CAPÍTULO 2

101 8 13
                                    

Louis notó que el desconocido a su lado contenía el aliento, pero se negó a hacerse el inocente cuando aquella podría ser la última noche de su vida. Tenía que hacer un esfuerzo para no imaginar lo que le esperaba a merced de sus captores... no, no quería pensar en ello.

Experimentar deseo en esa situación debería ser imposible, absurdo, pero eso fue antes de conocer a Harry, antes de que su increíble valor reforzase su determinación de ser fuerte, de escapar de allí.

Antes de que el roce de su mano, su proximidad, su comprensión, lo hicieran sentirse conectado con él de una forma como nunca se había sentido conectado con nadie. Antes de que un calor inesperado quemase su entrepierna y saturase su piel hasta que sintió que estaba ardiendo.

Sabía que sus terribles circunstancias creaban esa conexión, pero no era tan sencillo. Había algo en aquel hombre que lo atraía de una forma primitiva, instintiva.

Louis sabía que esa atracción desafiaba a la lógica, pero nunca había sentido un deseo tan irrefrenable, tan arrollador. Nunca se había sentido tan temerario o tan absolutamente seguro de lo que quería.

–¿Louis?

Su voz era profunda, ronca, tal vez por la sorpresa. O porque él sentía lo mismo.

Movió la mano de forma tentativa sobre su duro abdomen, conteniendo el deseo de explorarlo íntimamente. Sintió la sacudida de los músculos del cuerpo frente a él y su corazón se encogió. Era tan vibrante, tan enfáticamente vivo. No podía soportar la idea de que al día siguiente probablemente morirían los dos.

Harry retiró el flequillo de su cara en un gesto dolorosamente tierno y apartó una lágrima de su mejilla. Louis no se había dado cuenta de que estaba llorando.

Oyó el ruido metálico de la cadena cuando le pasó un brazo por la cintura, apretándolo contra su torso mientras susurraba algo en su idioma natal. El sonido de su voz era tan maravilloso como el inesperado borboteo de un riachuelo dando vida al desierto.

Se bebió ese sonido mientras levantaba la cabeza, buscando sus labios, deslizando una pierna sobre la suya como intentando encaramarse al cuerpo de Harry.

–Tienes mi palabra, Louis. Mañana, si podemos...

Él puso un dedo sobre sus labios.

–No hables de mañana, por favor. Solo quiero pensar en esta noche.

Estaban tan cerca que, incluso en la oscuridad, vio que apretaba los dientes en un gesto de preocupación.

«Este hombre está herido. Seguramente morirá mañana al igual que yo y, a pesar de eso, ha hecho todo lo posible para evitar que tú te derrumbases. Por supuesto, tiene en mente cosas más importantes que gratificar tu absurdo deseo».

Se le encogió el corazón al pensar eso. Sabía que solo era una respuesta física a su proximidad y tal vez al peligro. No significaba que lo desease. Además, podría no ser homosexual, bisexual o podría estar casado.

Louis se apartó, decidido a poner distancia entre ellos, pero él se lo impidió.

–Yo... –le susurró–. Necesito...

–¿Estás seguro? – Le preguntó Harry

–Sí. – Contestó Louis

–Yo también porque lo necesito. Lo necesito tanto.

Esa voz baja, ronca, resonó por todo su cuerpo, despertando las pocas terminaciones nerviosas que aún estaban dormidas. Louis sintió una ola de calor extendiéndose por su duro cuerpo. Sus piernas sobre las de él, la pelvis apretada contra su cadera. Sintió ruborizarse un poco cuando le apretó el trasero, atrayéndolo un poco más hacia él.

AMANTES DEL DESIERTO [LS AP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora