CAPÍTULO 11

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Louis miraba el vasto paisaje desde el helicóptero sintiendo una mezcla de admiración, curiosidad y miedo. Era cerca de allí donde Harry y él habían sido secuestrados.

–¿Todo bien? –preguntó Harry.

–Sí –le respondió, negándose a sucumbir al pánico.

–Me gusta viajar en helicóptero –Le dijo él, como sospechando que necesitaba una distracción– pero sé que algunas personas se ponen nerviosas.

–No, a mí sí me gusta –le contó Louis. De hecho, solía ir en helicóptero a los yacimientos.

No sabía a dónde lo llevaba y él tenía importantes decisiones que tomar sobre el futuro de Alex, aunque conocer mejor a Harry y su país era parte de eso.

La noche anterior había estado a punto de aceptar su proposición sin pensarlo más. De haber sabido cuánto iba a afectarle hacer el amor con él, no lo habría hecho.

¿A quién quería engañar? Tendría que ser mucho más fuerte para decir que no.

–Ya hemos llegado –Harry señaló un valle entre dos montañas y Louis vio la sinuosa curva de un río–. Ese es nuestro destino.

–Fue un viaje muy largo –comentó Louis.

–Quería que vieras algo de Ankara aparte de la capital.

–Y querías demostrarme lo segura que es esta zona del país ahora, ¿no?

Tenía que haber elegido aquel sitio deliberadamente. ¿Sabía que le daba miedo volver al desierto? ¿De verdad era tan transparente?

–Quería disipar tus miedos –respondió Harry–. Además, quiero que conozcas a mi gente. Durante mucho tiempo, esta región no ha recibido la misma atención que el resto del país, pero las cosas están cambiando desde que Joseph desapareció.

Enfrentarse a sus miedos lo ayudaría a superarlos ¿no? Sería bueno remplazar esos terribles recuerdos con otros más agradables, pensó Louis.

–Me parece muy bien.

Harry le sonrió.

La lógica le decía que debía mantener las distancias. Pero Louis no tenía energía para mantenerse distante. Esa misma mañana se había dejado llevar por una excitante sensación de poder mientras le hacía el amor. ¿Cuándo había sido la última vez que se sintió poderoso, dueño de su propio destino?

Desde hace quince meses, se había sentido a merced de fuerzas que no podía controlar. Primero el secuestro, luego el inesperado embarazo y, más tarde, acomodarse a las necesidades de Alex. Había aceptado el trabajo en Cumbria porque le ofrecía la oportunidad de tener horas libres para estar con su hijo...

–¿Te encuentras bien? –Harry apretó su hombro y Louis se dio cuenta de que habían aterrizado–. Si quieres que volvamos al palacio...

–No, no. Están esperándote –se apresuró a decir él al ver un grupo de gente frente a unas casitas de barro. La visita del patriarca era una ocasión especial y no podía decepcionarlos–. ¿Cómo vas a presentarme? Imagino que se preguntarán quién soy.

Harry sonrió.

–No te preocupes por eso.

–Pero no voy vestido para la ocasión –insistió Louis. Llevaba pantalones negros y una camisa beige que le gustaba mucho, pero tal vez debería haberse puesto ropa un poco más formal o ropa cómoda apta para el contexto.

–Te ves bien así. Venga, vamos.

El movimiento de las aspas los despeinó, pero Harry no pareció preocupado por su aspecto. Y seguramente le daba igual, Louis no pudo seguir pensando en ello porque él empezó a presentarle a la gente del pueblo.

AMANTES DEL DESIERTO [LS AP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora