AMANTES DEL DESIERTO [LS AP]

CAPÍTULO 4

Todas las dudas que Harry pudiese haber tenido sobre la paternidad del niño desaparecieron al ver su reacción. Louis se había puesto tan pálido que su piel parecía de porcelana.

En el informe que le entregaron sobre Louis William Tomlinson había una fotografía de él con un niño pequeño con pelo ondulado y ojos verdes.

Ahora estaba completamente seguro. Louis había tenido un hijo suyo.

Harry tuvo que hacer un esfuerzo para permanecer sentado, desde pequeño había aprendido a controlar sus impulsos, aunque más tarde se hubiera hecho famoso dejándose llevar por ellos.

No, eso no era verdad. Provocar escándalos no había sido algo impulsivo sino deliberado para vejar a su padre. Pero no era momento de pensar en eso.

Estaba abrumado ante la realidad de que tenía un hijo al que no conocía, y que Louis era quien lo había dado a luz.

¿Explicaba eso el deseo que sentía de hacerle el amor? Le habría gustado estar a su lado, ver los cambios en su cuerpo, estar con él durante el parto.

Se había perdido tantas cosas. Y Louis seguro había tenido que pasar por un proceso difícil sin el padre de su hijo a su lado.

–Iba a contártelo, pero es que...

Había temido que quisiera esconderle a su hijo y se alegró al comprobar que su primera impresión sobre él era la correcta. Louis era un hombre valiente y honesto. Lo había admirado esa noche, había querido creer que pudo escapar de sus captores, pero cuando por fin tuvo pruebas de que sí lo había logrado, experimentó ciertas dudas. ¿Por qué no se había puesto en contacto con él? ¿Por qué no le había dicho nada de su hijo?

Ahora sabía por qué.

Lo creía muerto, su sorpresa al verlo no era fingida.

–Lo que no entiendo... –empezó a decir Harry, mirándolo a los ojos–. Por mi trabajo, a veces aparezco en televisión. Estaba seguro que me habrías visto en algún momento.

Esa era una de las razones por las que había temido que Louis hubiese muerto o que no pudiera ponerse en contacto con él.

–¿Sales en televisión? ¿A qué te dedicas?

–A la política.

Louis torció el gesto.

–Mi padre se dedica a la política y, después de años soportando sus tejemanejes, decidí no ver las noticias en televisión. Especialmente las noticias de Ankara. Después de lo que pasó, no he querido saber nada sobre esa parte del mundo.

El brillo de angustia en sus bonitos ojos azules dejaba claro que el secuestro había dejado cicatrices en él.

–Lo entiendo.

–Además, ahora tengo otras prioridades.

El bebé, su hijo. Esa había sido su prioridad. Pero ahora también era la suya y Harry haría lo que fuera necesario para que su hijo tuviese la vida que merecía.

–Háblame de él.

–Alex es lo más importante de mi vida –dijo Louis.

–Y también lo será de la mía.

Se escuchaba y parecía tan decidido.

Sí, aquella noche habían encontrado consuelo uno en los brazos del otro.

Louis se había preguntado tantas veces qué habría pasado si Harry no hubiese muerto. Si hubiera estado a su lado durante el embarazo, durante el parto, ayudándolo a cuidar de Alex. Ese pensamiento era su refugio secreto cuando los problemas a los que se enfrentaba eran demasiado para él.