CAPÍTULO 1

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El golpe de una puerta despertó a Harry, quien tuvo que hacer un esfuerzo para abrir los ojos. La boca le sabía a sangre. A sangre y polvo.

Estaba tumbado boca abajo, con la cabeza y las costillas ardiendo de dolor y magulladuras por todo el cuerpo. Miró alrededor, intentando averiguar dónde estaba. Era en un lugar oscuro, iluminado apenas por un rayo de luna que se colaba a través de un ventanuco.

Oyó voces hablando en un antiguo dialecto local y aguzó el oído, intentando ignorar el implacable martilleo en su cabeza. Tres hombres alejándose, contó.

Lo matarían al día siguiente. Cuando llegase el líder para pagarles por el secuestro y disfrutar del espectáculo.

Harry apretó los dientes, haciendo un gesto de dolor. Por supuesto, Joseph estaba detrás del secuestro. ¿Quién más se hubiera atrevido? En los últimos años del reinado de su padre, el líder de los bandidos se había convertido en una amenaza para la zona.

El viejo gobernante no tenía gran interés en solucionar los problemas de la provincia más remota, la más pobre y atrasada del país, y el bandido había campado por sus respetos. Pero él no era como su padre y, tras su muerte, había introducido cambios en la región para terminar con las fechorías de Joseph.

No podía esperar clemencia de sus captores. No era tan ingenuo como para creer que negociarían con él a cambio de su liberación. No, Joseph lucharía para mantener su feudo de la única forma que conocía: con violencia.

¿Y qué mejor manera de intimidar a los pobres lugareños que ejecutar al nuevo jerarca? Así demostraría que las obras de modernización y el imperio de la ley no tenían sitio en esas montañas, que durante décadas solo habían conocido la autoridad del cuatrero.

El deseo de ver cómo iba el nuevo proyecto de irrigación lo había empujado a visitar la provincia con un guía local y un solo guardaespaldas.

Él, el gobernante de Ankara, había ido con un solo guardaespaldas al territorio de su enemigo.

Se le encogió el estómago al pensar en su guardaespaldas, Ben Safra, que había salido despedido del caballo cuando el animal tropezó con un cable atado entre dos rocas.

Harry había corrido a ayudarlo y fue entonces cuando los atacantes se lanzaron sobre él. No lo habían subyugado fácilmente, pero eso daba igual.

¿Estaría vivo Ben? No quería pensar en su fiel guardaespaldas abandonado donde había caído del caballo.

Tenía que pensar con frialdad. Debía encontrar la forma de escapar, o al menos de informar sobre su paradero a las fuerzas de seguridad, que sin duda estarían buscándolo.

Su padre siempre había dicho que tenía la suerte del diablo. Era una acusación, no un halago, pero por primera vez Harry se encontró deseando que su padre tuviese razón.

Un ruido interrumpió sus pensamientos.

No estaba solo.

Y no iba a quedarse tumbado esperando otro golpe, de modo que se puso en pie... y se detuvo abruptamente cuando algo tiró de su brazo.

Harry descubrió entonces que estaba encadenado a la pared. Se giró de nuevo, tan rápido como le permitían sus doloridas costillas, pero con la espalda contra la pared y las piernas abiertas, estaba dispuesto a lanzarse sobre su atacante.

–Vamos, sal para que pueda verte.

Nada. Ningún movimiento, ningún sonido.

Entonces, en la oscuridad, vio algo. Algo pálido que brillaba a la luz de la luna. ¿Su captor tenía un tono de voz extraño?

AMANTES DEL DESIERTO [LS AP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora