CAPÍTULO 9

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Louis vio el brillo de aquellos ojos verdes hipnotizadores y no sintió consternación o desaliento, ni siquiera un segundo de duda, solo anticipación. Era como una descarga eléctrica, haciendo que el vello de su nuca se erizase.

Con la boca de Harry sobre la suya, dura y exigente, estaba más que dispuesto. Lo había estado desde el momento que él había vuelto a su vida.

Lo deseaba tanto.

El alivio era tan profundo que se dejó llevar por el secreto anhelo de estar con él. En ese momento no necesitaba razones, lo único que necesitaba era sentir.

Le encantaba su sabor, su calor, su virilidad. No había coerción, solo una demanda que él estaba dispuesto a aceptar. Siempre había sido así con él.

Sus labios lo invitaban a seguir, casi suplicándole, y un escalofrío lo recorrió cuando empezó a jugar con su lengua, explorando su boca con una mezcla de determinación y experiencia.

Era como un viaje a través de estrellas. Louis sabía que estaba cediendo el control, pero también sabía que él nunca lo dejaría caer.

Harry lo apretó contra su torso y él puso una mano en su hombro, la otra alrededor de su cuello, enterrando los dedos en su espeso pelo ondulado y poniéndose de puntillas para besarlo. Su sabor, su aroma, su boca, todo era tan familiar como si apenas hubieran pasado un par de días desde que se entregaron por primera vez.

¿Se habían besado así en el desierto? No, seguro que no. Entonces era un extraño. Pero Harry no le parecía un extraño en ese momento. Llevaban muy poco tiempo juntos, pero parecían conocerse de forma íntima sin necesidad de palabras.

Él era el hombre que llenaba sus sueños y sus pensamientos desde esa noche en el desierto, el único hombre capaz de despertar su libido después de los rigores y el cansancio del embarazo. El hombre al que necesitaba como nunca había necesitado a nadie.

Pensar eso lo dejó inmóvil.

Harry lo miró con los ojos brillantes como gemas y tomando aire como si le costase respirar.

La toalla había caído al suelo. El aire estaba cargado de deseo y, sin embargo, había una pregunta en la expresión de Harry: ¿quería que parase?

Estaban al borde de algo más que un beso. Lo veía en su tensa expresión, aun así, lo soltaría si él se lo pidiese.

Sentía ternura por este hombre que ponía sus deseos por delante de los suyos y las dudas le parecían absurdas en ese momento. Nunca había conocido a nadie más íntegro.

La enormidad de esos sentimientos lo hacía temblar y Harry se apartó, tal vez malinterpretando su actitud.

–¡No! –Exclamó Louis, apretando sus hombros–. No, Harry.

–¿No quieres que siga besándote?

–No te apartes.

Harry tragó saliva y el convulso movimiento de su nuez dejaba claro que también él estaba afectado.

–De modo que al menos hay algo que apruebas de mí.

¿Quería hablar en ese momento?, se preguntó Louis, frustrado.

–¿Estás buscando un cumplido?

Él esbozó una sonrisa.

–No, pero si me dices algún cumplido lo aceptaré encantado. No es fácil conquistarte, Louis.

Él sacudió la cabeza.

–¿En serio? No olvides que me acosté con un extraño en una celda, unas horas después de conocerlo.

AMANTES DEL DESIERTO [LS AP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora