CAPÍTULO 10

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Louis abrió los ojos y dio un pequeño suspiró. Había dormido mejor que nunca y, aún medio dormido, sentía que el mundo era maravilloso.

Tardó un momento en darse cuenta que la deliciosa sensación que lo había despertado era el roce de unos dedos sobre su piel desnuda.

Piel desnuda.

Harry, más potente y magnífico que en sus sueños, le había hecho el amor con una determinación excitante y enloquecedora. Había sido exigente, pero también tierno, imperioso, considerado. Tembló al recordar cómo sus caricias habían tirado todas sus defensas, cómo el placer había sido interminable...

–Harry...

Abrió los ojos cuando lo sintió empezar a hacer suaves círculos sobre su pecho, acercándose al sensible pezón.

Por la luz que entraba en la habitación debía ser muy temprano y se alegró de que Alex no hubiese despertado a mitad de la noche, permitiéndoles hacer el amor sin interrupciones.

Aunque estaba seguro que despertaría pronto.

Cuando Harry pellizcó el pezón, Louis intentó levantarse de la cama, pero él se lo impidió sujetando sus piernas.

Se pasó la lengua por los labios y los ojos verdes siguieron el movimiento, los tendones de su cuello marcados mientras se inclinaba para besarlo.

Louis tomó aire. Era emocionante descubrir que tenía tanto poder sobre un hombre que le parecía irresistible.

–Buenos días, Lou.

Le gustaba que lo llamase así. En aquella boca, su nombre sonaba sensual e invitador.

–Buenos días, Harry.

Él deslizó una mano por su vientre, haciéndolo temblar. Harry había destruido todas las barreras que había entre ellos.

Louis sintió un escalofrío cuando puso una mano en su entrepierna. Las preocupaciones sobre el futuro daban igual en ese momento. Necesitaba más, pero entonces Harry se detuvo.

–¿Por qué has parado?

Louis frunció el ceño. No entendía la inmovilidad de su amante.

«Su amante».

Apretó los labios. Si estaba esperando que dijese que había cambiado de opinión sobre vivir juntos tendría que esperar sentado. ¿O quería algo más?

Así que lo empujó suavemente y Harry cayó sobre la cama, grande y perezoso como un enorme felino tomando el sol. Pero no había nada perezoso en sus ojos ni en la invitación que veía en ellos.

Louis se levantó y se colocó sobre sus poderosos muslos, pero él permaneció inmóvil... Decidió empezar a moverse incitándolo a que le prestara atención.

Entonces, sin poder evitarlo, Harry agarró sus caderas con fuerza. Riendo, Louis empezó a besar su torso, notó que él contenía el aliento y al ver que tragaba saliva, supo que lo tenía a su merced.

Acercó su rostro buscando sus labios en un beso apasionado, era delicioso, aunque duró poco porque Harry levantó las caderas para hacerle notar la fuerza de su deseo.

–Móntame, Louis.

Y él que pensaba que había tomado la iniciativa... ¿cómo podía objetar cuando también lo deseaba? Su voz grave y el temblor de sus manos traicionaban su desesperación.

Louis se puso de rodillas sobre él, con una mano sobre su ancho torso. Bajo la mano notó los latidos de su corazón y eso lo emocionó, sentir que Harry estaba a merced de su mutuo deseo.

AMANTES DEL DESIERTO [LS AP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora