CAPITULO 10

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Sasuke observó fijo el elegante traje que descansaba en la cama el cual había sido enviado por su hermano para el baile de graduación, compuesto por saco y chaleco de un color azul oscuro casi llegando a negro, pantalón del mismo color y una camisa blanca. A menudo se cuestiona por tener a su madre casi de forma diaria en sus pensamientos, pero una vez que se coloca el traje y se observa en el espejo mientras arregla la solapa, piensa que la antigua Mikoto, esa mujer soñadora que le preparaba el desayuno o solía pasar horas frente al espejo cubriendo los hematomas con maquillaje, se sentiría feliz por él.

Observa el reloj de marca que también fue un regalo de su hermano, a las ocho de la noche tenían que estar en el salón de eventos, habían acordado salir los cuatro en la camioneta, incluso tuvieron una reunión con los guardaespaldas acerca del evento.

— Ese día tendremos gran cantidad de puntos débiles respecto a su seguridad, porque es un evento en que la mayor parte de la defensa depende del instituto. El jefe no asistirá y no hemos realizado comunicado por canales oficiales que él viajará a Tokio para evitar que nuestros enemigos piensen en esto como una distracción. Quiero que mantengan sus ojos abiertos en todo momento— Aquello dijo el hombre que estaría a cargo de la seguridad de nombre Azuma, uno de los antiguos que había ordenado a su equipo más entrenado del que los resguardaba en las paredes de aquel instituto, hacerse cargo de la seguridad de esa noche.

Sasuke llegó al salón de espera de la mansión y se sentó en el sofá, ahora debía esperarlos, sus dedos golpeaban uno tras otro en su pierna. Los bailes siempre le habían parecido algo de lo cual podía reírse; burlarse de las personas a las que les parecía divertido ir a un lugar con más personas, bailar, embriagarse y buscar a quien cogerse. Sin embargo, ahí se encontraba él, algo ansioso esperando ver a Sakura, aquella mujer que pronto se convertiría en la esposa de su hermano.

***

El Uchiha sentado en la mesa que había sido dispuesta para ellos observa de reojo a la pelirrosa, sentada a su lado, frente a ellos se encontraba Naruto e Ino, Sakura lleva un vestido lila oscuro de mangas de randas transparentes con un descote pequeño en v y una falda larga que cae hasta el suelo cubriendo sus zapatos de tacos de color negro. En el escenario algunos bailarines profesionales bailaban al ritmo de BLACKPINK—Kill this love. Sakura mira al rubio, el como este no deja de sonreír tratando de ser gracioso con la rubia.

— ¿Qué te parece, Sasuke? —La voz de la pelirrosa se escuchó.

— Agradable, supongo— Mencionó probando un poco del vino que habían dejado para ellos.

— Esto seguirá aburrido un poco más, luego el director se irá, las luces se apagarán y nos dejarán bailar un poco.

El pelinegro le dedico una sonrisa ligera, claro que quería verla bailando y estaba dispuesto a pasar vergüenza solo por estar un poco más cerca de ella.

— ¿Nos tomamos un selfi? —preguntó la rubia levantando su celular.

Sasuke se acercó más a Sakura la cual hizo lo mismo en dirección al rubio, parecían par de piezas de domino que un dedo había conseguido tirar. Cuando aquel grupo termino de bailar las luces de un color tenue volvieron a encenderse en su totalidad y el director dio su gran discurso. El pelinegro escuchó los tres primeros minutos de la oratoria, después sus pensamientos nuevamente empezaron a divagar en el matrimonio. ¿Qué podía hacer para evitarlo? Los aplausos resonaron en el lugar, y cuando aquel hombre descendía las escaleras de la tarima las luces bajaron su intensidad, ahora la melodía pertenecía al grupo Imagine Dragons.

***

El instinto de la pelirrosa se puso en alerta a pesar de que siempre los tres, y ahora Sasuke eran objetivo de miradas inquisidoras respecto a ser demasiados reservados hacia los demás, sin embargo, ella sabía que algo no estaba bien.

Abrió el chat de Asuma para enviarle un mensaje.

— Hola, lamento no saludar antes, mi mesa esta por allá, con Neji y sus amigos.

Sakura se estiro para rosar la mejilla de Hinata no quería arruinarle el maquillaje estampando un beso con su labial.

— Descuida —respondió Naruto—. Entendemos.— Iré por una silla —Prosiguió.

— Puedes tomar mi asiento. Iré al baño —Interrumpió el pelinegro.

Cuando él se levantó, la pelirrosa no dudo en seguirlo, algo preocupada por lo que significaría estar lejos si reciben un ataque. Ella se percató como el pelinegro se detuvo a esperarla.

— ¿También vas al baño?

— No, realmente.

Ella tenía un arma, una pequeña con su silenciador escondida bajo su vestido en el estuche que rodeaba su pierna, también poseía su cuchillo, sin embargo, las posibilidades de salir sin un rasguño eran bajas, más que todo porque no sabía quiénes eran sus enemigos.

— Tengo algo que decirte, Sakura— Ella tenía el celular en sus manos, debía dar el aviso, pero él parecía querer decirle algo importante.

— ¿Es importante? ¿Por qué estas tan serio?

***

Sasuke la tenía frente a él, deslumbrado cada vez más y más por ella, observando aquellos parpados brillantes producto del maquillaje y esos ojos jades que la observaban fijo. Ella parecía tener la urgencia de llamar a alguien, pero Sasuke solo quería escupir sus sentimientos. Ella era la primera mujer que lo hacía desear decir esas palabras en voz alta, sin importar las consecuencias.

— ¿Quieres en verdad casarte con mi hermano?

El pelinegro se arrepintió al instante de su pregunta, eso no era lo que tenía planeado decir.

Ella sonríe ligero.

— No. Pero no dejare que mis estúpidos sentimientos me hagan fallar.

Sasuke se percató de que aquel par de ojos jades se dirigieron al rubio, y una vez más comprendió que quizás los mismos sentimientos que él mantenía hacia ella, Sakura los sentía por Naruto. No se trataba de Itachi o de él. Era Naruto. Sasuke le dedico una sonrisa de medio lado, y ella correspondió.

— Mi hermano es un buen hombre.

— A él tampoco le agrada la idea, me lo dijo él mismo, pero esto no se trata de lo que deseemos, si no de mantener fuerte el Imperio. He sido entrenada desde niña para esto.

Una organización de asesinos de elite, que cada vez se convertía en algo más real para Sasuke. Su vida cambio gracias a eso, el dejar atrás esa casa con olor a marihuana y otras drogas, las peleas callejeras y los constantes golpes en la puerta de los cobradores, y era su hermano quien se ensuciaba las manos por él.

— ¿Aun así cuidarías a mi hermano?

Sasuke se permitió estirar su mano en un acto que logró sorprenderlo hasta a él mismo, consiguiendo palpar aquella suave mejilla.

— No creo que necesite mi protección. Él es fuerte.

— Sakura.

Él quería besarla, luego se disculparía con Itachi y juraría no repetirlo, se inclinó tan solo unos pocos centímetros, cuando los gritos de las personas los alertaron.


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