Parte 8: A por los caballos

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Nathan despertó después de aquella pesadilla, recordando el cómo perdió a su familia, cómo eso marco un antes y un después en su vida.

*Toc, toc* se escucharon golpes en la puerta.

—Nathan, ya amaneció debemos ir a por los caballos.

—Muy bien, ya salgo.

Ambos bajaron de sus habitaciones, dirigiéndose al establo, dónde alquilaron dos caballos, que los ayudarían a transportar el Dinero, se dirigieron a la carretera "ahí dónde habían escondido el dinero"

—Muy pronto serás Libre Arthur —expiro Nathan mientras cabalgaba—, déjame preguntarte, tienes familia.

—Lo tuve Nathan, pero... murieron asesinados por unos cuantos centavos.

—Lo siento, la mía también.

—También lo siento, pero cómo pasó.

—Yo... fue hace mucho tiempo mi bella esposa Elena murió primero y en pocos minutos también mi hija Cassie, cada noche tengo pesadillas con ellas, desearía poder haber hecho algo.

—a mi también me calcome la culpe Nathan, pero al igual qué tú. Debo seguir sin mirar atrás.

—Lo se Arthur, pero siempre viene a mi mente sus recuerdos. Recuerdo qué mi esposa tenía el sueño de ir a vivir a la playa, o a una Isla o Costa.

—Igual qué Dutch, el quiere que vayamos a Tahití, que hagamos granjas, quiere qué nos alejamos de toda esta Vida moderna qué no tiene nada de civilizado.

—Pero tú que piensas Arthur, quieres ir a Tahití, no tienes ninguna razón pará quedarte.

Arthur se quedó pensativo por unos segundos, pues siempre se había enfocado en irse a Tahití, pero ¿Qué tan seguro estaba de querer estar en Tahití? La verdad no le molestaba tanto cómo a Dutch la vida civilizada, además si tenía una razón egoísta para quedarse y era el Amor de "Mary linton"

—Tus palabras me han hecho reflexionar, quizás tenga otro meta qué ir a Tahití.

Habían llegado al lugar al lugar de encuentro, pero algo se veía mal y era qué el lugar estaba destrozado, como si se había desatado una pelea.

—¿Dios qué pasó? —Arthur se bajo del caballo y luego Nathan lo siguió.

Nathan desenfundo se revolver cómo por instinto y apuntando al suelo con ello avanzo.

Y se encontraron con el cadáver de Micah Bell, con tres tiros en el estómago.

—Que demonios... —Y Arthur pateo el Rovolver de Nathan, desenfundo ambos lo amenazó —, ¡¡Que rayos esta pasando aquí!!

Nathan alzo ambas manos, recordando cómo había muerto su esposa.

—No no, qué te sucede.

—¡¡Por qué mi compañero esta muerto!! ¡¡DÓNDE ESTÁ EL TUYO!!

—No... No se.

—MENTIRAS —y quito el seguro de su revólver.

Pero de los arbustos salió un malherido Y herido Joel, con su camisa cubierta de sangre.

—ALTO NO DISPARES —grito Joel—, Fue el quien empezó, quiso matarme, quedarse con todo el dinero, luego dijo qué también mataría a Nathan, para no dejar cabos sueltos.

—Como creerte, como Creerlos —y apunto ambos revólvers—, se que no me ha dicho la verdad todo esté tiempo.

—Por favor Arthur, no... —suplico Nathan.

La Última Redención de Nathan: El legado del DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora