Final P.1

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Casino Apolo, Queens, Nueva York. 19:55 horas.

—¿Clarke no estuvo contigo, Roan?—le pregunté y él me miró extrañado.

—Sólo estábamos Roan y yo planeando todo— nos dijo Costia.

—De aquí iremos a Willets Point, Monty está allí. Y también contamos con alguien más.

—¿A quién meteremos ahora?—le preguntó Lincoln—. Ya estamos completos.

—No lo estamos. Falta Clarke.

—Y es por eso que he llamado a Niylah. Ella tomará el lugar de Octavia en el tejado, mientras que tú irás en lugar de Clarke.

—¿Acaso la reemplazarán? ¿Así sin más?

—Clarke está bien, Woods.

—Eso no lo sabes, Raven—le dije comenzando a desesperarme— ¿Y si Lightbourne la ha secuestrado? Si ese hijo de puta la tiene, juro que le pegaré un cañonazo en los huevos.

—Cálmate—me dijo Anya—. Seguro está en la mansión.

—¿Qué mierda tiene que hacer allí, sola?—pregunté y mirando a Roan, agregué— ¿Tú le has ordenado que fuera?

—No. Pero si está allí, estoy seguro de que sabrá cuidarse.

Lo miré y comencé a caminar de un lado a otro, sin dejar de llamar a su móvil. Pero no obtuve respuesta.

—Vamos Clarke... Atiéndeme.

—Lexa—dijo Costia y al voltear, pude ver que todos comenzaban a bajar—. Es hora.

Guardé mi móvil y seguí a Costia, encontrándonos con los chicos, cambiándose de ropa.

—Woods, espera—me detuve al ver que Raven me tomaba del brazo y me apartó del resto—. Esto iba a dárselo a Griffin, pero como no está aquí...—dijo y de sus bolsillos tomó cuatro granadas de humo.

—¿Qué?

—Úsalas bien—comentó guiniándome un ojo y se fue, dejándome sonreír.

—Eres increíble, Reyes.

Guardé las granadas en la mochila de Anya y me dirigí al baño, encontrándola sin su camiseta.

Me quité la mía junto con mis pantalones, y Anya me cedió el traje.

—Aquí tienes.

Lo acepté y comencé a cambiarme pero Anya no dejaba de mirarme.

—¿Qué?

—No puedo evitar recordar cuando eras una niña...

—Una niña que se metía en problemas y se drogaba—le dije y ella negó con la cabeza—. Lo siento, no supero mi pasado.

—Nadie lo hace, hermanita. Y mejor que no lo hagas, eso nos hace humanos.

Sonreí recordando que me había dicho lo mismo cuando llegué a la ciudad y aún sin terminar de cambiarnos, la abracé, pero en eso, la puerta se abrió logrando que nos separáramos.

—Oh lo siento.

—No te preocupes, Blake—le dijo Anya sin preocuparse por su desnudez—. Todas tenemos lo mismo.

Vi por el espejo que Octavia sonreía comenzando a ponerse su traje y terminé de cambiarme, pero se me dificultaba con el cierre de mi espalda.

—Déjame ayudarte.

Corrí mis cabellos para que pudiera cerrarlo y volteó dejándome ayudarla.

Una vez se hubiera ido, terminé de prepararme. Recogí mis cabellos en una trenza, pero antes de que mi hermana pudiera irse la tomé del brazo, deteniéndola.

True Lies - Clexa AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora