True Lies - Clexa AU

Capítulo 9

Mientras me dirigía a lo de Raven para reunirme con los demás, mi móvil comenzó a sonar.

—¿Hola?—pregunté al no reconocer el número.

—Alexandria.

—¿Quién es?

—La capitana Indra.

—¿Por qué me llama?

—Estoy al tanto de lo que has hecho, y quiero que te reúnas conmigo en Hunts Point, pero procura que nadie se entere.

Subí a un taxi y me dirigí hacia donde Indra me había indicado, pero cuando llegué ella no estaba.

Hunts Point, Bronx, Nueva York. 15:35 horas

—Tiene que estar cargándome... ¿Dónde está?

—Gracias por venir—me dijo Indra entrando al estacionamiento—. Estás haciendo un buen trabajo...

—Hago lo mejor que puedo.

—Dime algo ¿qué has hecho con Claudio Santiago?

—¿Cómo sabes sobre eso?—le pregunté y ella me miró seria.

—Le hiciste el trabajo gratis a Jaha.

—¿Qué tiene que ver Jaha con la guerra entre Blake y Lúxers?

—Vigila a Griffin—me dijo evadiendo mi pregunta—. Es peligrosa.

—Ella no es peligrosa—le grité acercándome a ella—. Dime lo de Jaha.

—Sigue haciendo tu trabajo, Woods. Estaremos en contacto.

Salí del lugar pensando en la charla que habían tenido, ¿qué era lo que había favorecido a Jaha? ¿Y por qué todos decían que Clarke era peligrosa?

En eso, mi móvil empezó a sonar y al ver el nombre de Clarke sonreí.

—Clarke.

—Lexa ¿terminaste el trabajo?

—Sí, Claudio explotó. Tengo una foto de prueba.

—Genial. A ver si con eso Santiago deja de molestarnos—respondió ella—. Estás haciendo un trabajo excelente.

—Gracias.

—Escucha.

—¿Qué sucede?

—Me preguntaba si quisieras salir conmigo.

—¿Es para algún trabajo?

—No... Tal vez en plan cita...—respondió riendo haciéndome sonreír—. Bueno ¿qué dices?

—Me encantaría.

—¿Te parece en el club más tarde?

—¿Paso por ti?

—De acuerdo, nos vemos en unas horas.

Apartamento de Anya, Centro de Manhattan, Nueva York. 16:00 horas.

Me dirigí al apartamento para poder descansar un poco, y cuando llegué me encontré con Anya en el living.

—Lexa ¿cómo te ha ido con Claudio?

—Salió bien—le dije mostrándole la foto.

—Bastante bien diría yo—comentó ella y al verme bostezar me preguntó— ¿Tienes sueño?

—Un poco.

—Ve a dormir, has tenido un día largo.

Sonreí y fui a la habitación sacándome la ropa. Poco tiempo después me quedé dormida empezando a soñar.