20. Hinata

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Ser microbusero no es cualquier cosa ¿sale? Es un reto ir manejando entre las calles de la ciudad, huir de las multas, mentarsela al wey de la ruta contraria, ver qué no me den baje con lo del pasaje, no darle en la madre a algún carro y no llevarme algún cristiano, en buen pedo somos unas reatotas manejando.

Al chile los de la fórmula 1 nos la pela y naturalmente más a mí.

—Subale, subale— pregono mientras le subo más a las canciones de los Temerarios y espero a que la raza termine de bajar, estoy a punto de arrancar de nuevo cuando mi celular me interrumpe, seguro son los compis pa' ver qué se arma al ratón —¿Qué tranza mi Oxígeno?— saludo alegremente al escuchar al vato que lleva la delantera en la apuesta del año.

Ya todos estamos enterados de lo que el cuarteto principal tiene planeado, es la más grande apuesta porque el perdedor pondrá la peda para todos los Hidropikos y aparentemente el que va ganando es Oikawa, Bokuto aún ni consigue objetivo pero es un hecho que en un abrir y cerrar de ojos les da vuelta porque todos saben que Bokuto podrá estar medio mencito pero es un perron en las técnicas de ligue.

Seguro el talento se lo heredó su jefa o eso dicen las malas lenguas de la colonia donde las mamás de Potasio, Astato, Bromo y Oxígeno se cargan una buena fama y quién no, si las señoras se siguen conservando, créame cuando les digo que si fuera hetero pediría que alguna de ellas me terminará de criar, amén.

Bueno, a raíz de esa apuesta los demás Hidros hemos desarrollado una apuesta secundaria y cada uno de nosotros eligió un caballo de carreras, yo elegí a qué Oikawa es el primero en noviar, Lev eligió a Kuroo, Iwaizumi a Bokuto y Terushima en favor de Atsumu, entre rubios artificiales se apoyan.

—Mi Hidrógeno, necesito un parote— me dice —¿se podrá y te compro una cawazaki?—

—Orale mi gran rey— me explica rápidamente lo que debo hacer y termino aceptando, este es un buen negocio la verdad ni como negarlo.

Al ver quién es mi pasaje me quedo ido, Bro, les juro que yo nunca había visto unos ojitos tan bonitos y pispiretos como los de este morrito, según la información que me dio Oikawa debo llevarlo a un restaurante para un almuerzo con su abuelo y es obvio que no puedo defraudarlo, no sé si lo sabían pero mi ruta se va en chinga y somos reconocidos como los más rápidos de Karasuno, puro piola ya sabes.

El chico que a simple vista parece algo antipático se sube y se sienta en el primer asiento a lado mío, le extiendo la mano pues pa' que me pague el pasaje verdad y me da su puño.

JAJAJAJAJAJAJA

Pinche morro, a leguas se ve que nunca se ha subido a uno de estos, pero ps como es un paro pa mi gallito y el morrito me gustó yo creo que no le voy a cobrar.

Arranco y salimos en putiza, pinches rápidos y furiosos se quedan pendejos a mi lado. Deberían llamarme Dominic Hinata Shōyō Toretto, suena de pocas tuercas ¿a poco no? a lo mejor tuneo mi nave más al rato con letras cholas en la parte trasera, se vería a toda madre también.

Le subo a mis rolitas de LuisMi porque recuerden que el sol no sale si no escucha a tremendas joyas que tiene Mikey.

—No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia, será que no me amas— canto mientras paso un tope bien machín hasta brinque en mi asiento

—Fijate pendejo, si no traes vacas— me gritan en la parte trasera del micro y yo le hago la seña de "huevos" por el espejo retrovisor, ps sí no tengo la culpa de que nunca pavimenten la pinche calle.

El chico de ojos azules se me queda mirando y no puedo evitar sentirme nervioso y medio chiveado, alchile y muy alchile sí está bonito, sería un lujo que me acompañará en mi turno y estuviera aquí sentado siempre, pero ni siquiera sé cuál es su nombre y no puedo darme el lujo  de desperdiciar la oportunidad de no conocerlo, no me lo perdonaría nunca.

No todos los días se sube un bizcochito a mi micro.

Veo las calles y me desvío dando un girón bien recio

—Esta no es la ruta— me dice con el entrecejo fruncido y no digo nada mientras sigo manejando en busca de un pequeño local que conozco —Hey, te estoy hablando maldito idiota— sigo sin hacer caso y continúo en mi camino hasta que lo veo y me brillan los ojitos.

Me estaciono y me bajo en chinga.

Entro a la papelería y compro un lápiz y una hoja de papel, me vuelvo a subir y se la extiendo al chico de luceros azules quien se me queda mirando sin entender ni madres.

—¿Me rolas tu número?— digo y él sólo frunce más el ceño.

Hijole, se ve más bonito

—¿Por qué debería?—

—Porque puedo hacer que tu viaje de diez minutos dure cuarenta y cinco— digo astutamente a sabiendas de la urgencia que tiene el chico por llegar

—Maldicion— me arrebata el papel y lápiz y escribe para después extenderme la hojita

Kageyama Tobio, que lindo nombre.

—Gracias muñeco— le sonrio y me devuelvo a mi asiento guardando el número en la bolsa de mi pantalón —Ora si, terminemos de llegar— digo y en un abrir y cerrar de ojos llegamos al restaurante que me dijo y se baja algo malhumorado.

Requeté tierno se ve.

Saco mi celular y abro el grupo de los hidros pa' mandar un mensaje de voz

—Oigaaaaaaan, tengo un mensaje y chisme también. Reunión importante nomás termino esta vuelta— digo y el mensaje se envía recibiendo al momento la confirmación de todos y Terushima dice que él también tiene algo que decir entonces es seguro que haya pedota después del chismesito. Pero yo necesito consejos porque definitivamente ese muñequito va a caer...

Vamo' a portarnos malDonde viven las historias. Descúbrelo ahora