𝐯𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐬𝐞𝐢𝐬

1.6K 194 76
                                    

Directo a la guerra.

───

Escuchaba los gritos, la gente estaba en pánico y clamaba misericordia para salvar sus almas, para que una luz de esperanza desbordara entre ellos. Las grandes pisadas estaban apunto de alcanzarlos, ellos corrían, pero no podían. Habían llegado hasta el risco vacío, aquel donde caerían y llegarían al abismo de la muerte. Cuando escuché el llanto de un niño, y una voz gruesa llamarme, me forcé abrir mis ojos grandemente. Respire, tomando aire mientras que mi pecho subía y bajaba. Sentía el frío de la mañana pegarse a mi cuerpo, las sábanas me cubrían, pero aún así podía sentir el frío. La fogata estaba apagada, aún el amanecer no se había esclarecido ante nosotros. Mis ojos estaban medio abiertos, aún estaba soñolienta, pero consiente de que era un nuevo día, uno que nos llevaría más cerca de nuestro objetivo; el retumbar. Me quede sentada, aún lado de mi yacía Mikasa dormida. Fue difícil que conciliara el sueño, ni siquiera se como pudo hacerlo, pero logró cerrar los ojos y calmarse. Todos estaban dormidos, algunos se removían y otros roncaban, pero yo tan solo ya había dormido lo suficiente. Aunque quisiera, el temor de soñar con el retumbar, me hacía perder el sueño. Me levante, pude ver a pocos centímetros a Armin, estaba sumamente dormido, y tapado.

-¿No puedes dormir tampoco?-un tono bajo de voz se dirigió a mi, pude ver a Jean levantarse de la sabana, restregando sus ojos mientras me miraba.

-Es difícil no dormir y pensar en todo lo qué pasa. Siento que el retumbar me perseguía. Quizás me estoy volviendo loca... -susurré, para así evitar que los que dormían se despertaran, pero Jean tan solo me sonrió de lado.

-Créeme, creo que todos estamos locos... -musitó, pasando por mi lado, toco mi hombro en una palmada.-Iré a observar. Recuéstate al menos unos minutos, pronto amanecerá y nos iremos.-me pidió, a lo que quede sorprendida.

-¿Seguiremos avanzando?-le pregunté, viendo como él dándome la espalda, asintió, desvaneciéndose entre los árboles, perdí su rastro.-Sabía que nos ayudarías... -susurré, mirando aún al bosque por donde se había ido, hasta que escuché un leve suspiro.

-¿Amaya?-baje mi mirada, observando cómo Armin se removía soñoliento, mientras que yo me arrodillé quedando a su lado.-¿Está todo bien?-me preguntó, rápidamente asentí.

-Solo... no podía dormir.-expresé, viendo como él con sus azulados ojos apagados me miró, levantando la sabana, como si quisiera darme un espacio.

-Todos saben que nos besamos. Ya nada les sorprende... -musitó él soñoliento, a lo que me acomode, sintiendo como él de una manera gentil me tapaba con la sabana.-Lo siento... creo que no debo bromear con eso.-avergonzado y sonrojado me miro, mientras que yo tan solo me mantuve neutral.

-No pude dormir pensando en todas esas personas a las que el retumbar alcanzará primero. Podía escuchar sus gritos en mi oído como si realmente yo estuviera ahí... -le contaba, aún en un tono bajo, a lo que suspiré.-Quiero que todo esto acabe. Hemos llegado muy lejos, no espero que vivamos, solo espero que acabe.-él me escuchaba, mientras que yo me sentía aturdida por todo lo que estaba pasando.

-Acabará, de una forma u otra, créeme... -expresó él.-Espero que al menos podamos hablar con Eren... -susurro, a lo que yo sentí como él levantó sus brazos para abrazarme.-No importa lo que pase, siempre estaré ahí para Mikasa y para ti, hasta el final, como el primer día.-sonreí reconfortada ante eso, porque era así, siempre él estaba ahí para nosotras.

𝐏𝐀𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋──  𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora