𝐝𝐢𝐞𝐳

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Asalto.

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-Noah, perdóname.-susurre, abrazándolo con todas mis fuerzas.-Se que el amor tan grande que te tengo, hará que vuelva por ti, aunque sea en mil pedazos.-le decía en su oído, mientras que mis lágrimas caían.-Noah perdón por lo que mamá va hacer, pero si no hago esto, tú no podrás vivir plenamente. Y, no puedo permitir que guíes mis pasos, mi madre me enseño a hacer lo correcto, y hoy después de tanto, lo haré.-musité, besando su mejilla.-Mamá volverá por ti, no importa lo que pase, siempre volveré a ti.-expresé.

Caminando por aquellas aceras repletas de personas, no dejaba de pensar en ese suceso, en aquel fuerte lazo sanguíneo que llevaba con él. Ajustaba mi uniforme, estirándolo un poco. Mi cabello iba amarrado en una corta coleta, con flequillos alrededor, viéndome un poco despeinada y peinada a la vez, una gran habilidad. La noche había caído sobre mis hombros, haciéndome sentir pesada, con miles de emociones albergando en mi interior. Veía alrededor de una manera arisca, cualquier movimiento me alertaba, pero sabía que no era momento, sería un espectáculo, encima de otro espectáculo. Estaba tensa, con Colt caminando aún lado de mi. Buscaba la manera en la que pudiera salvarlo sin decirle, sin lastimarlo. No quería involucrarlo en esto, pero ya todos estábamos adentro sin tenerlo en cuenta. Deslicé mi mano a la suya, entrelazándola. Él se merecía todo, y no lo sabía. Había sido quien me rescató de ese gran hoyuelo oscuro, pese a que aún mis sentimientos por Eren continuaban rondando, yo había aprendido lo que era querer a Colt, con sus encantos, desencantos o mañas, al igual que él a mi. Sus ojos me miraron de reojo, podía tener conocimiento de que algo me sucedía, mi silencio me delataba, inclusive mi actitud tan tensa y desesperada a la vez, demostrando que no quería estar aquí, pero él no entendería, muchos no lo harían. Solo las personas como yo y Eren, estamos dispuestos a sacrificar todo, para obtener algo.

Veía a tantas personas, caminaban entre charlas y sonrisas. Estaban preparados para la charla que se avecinaría, la visita de los Tybur traía emoción a la gente Marleyana, por sus raíces, por quienes eran. Pese a ser como nosotros los Eldianos, eran respetados y sumamente admirados. No sentía envidia, sentía lástima, tenían que llegar muy lejos para que estas personas los respetaran, e idolatraran. Las sillas estaban colocadas frente a la tarima, no sabía en qué momento todo pasaría. Tenía conocimiento de lo que yo debía hacer, a donde debía ir, y como debía actuar. Habían afirmado con sus corazones que mi familia estaría a salvo, inclusive Pieck y Porcco, quienes estaban alrededor de nosotros, junto a Zeke. Lo único que me preocupaba, era que Colt estaba aquí, y Falco no. Quería imaginar que Eren no provocaría una gran desastre, solo una afirmación de guerra, pero algo decía que la noche sería larga y muy oscura. No podía esperar menos de alguien como él, un niño que creció sin libertad, pasando a ser un adolescente impulsivo y depresivo, por todas las cosas que sostenían sus hombros, pero aquí debía estar, siguiendo algún camino que desconozco, pero lo seguiría, hasta el final. Estaba consiente que no se lo merecía, pero después de todo, se lo debía, le debía a Eren más que a cualquier persona. No sabía si era correcto, solo se que mi corazón quería acceder, porque no podría quedarme sentada viendo todo pasar, sin haber puesto un grano de arena, no importa el daño que provocará ese grano, lo había dejado caer, para siempre.

-¿Donde estará Falco?-se preguntaba Gaby, a quien veía desesperada mirando entre las personas, mientras que tomábamos asiento.

-No lo sé, nunca llega tarde.-opinó Colt, observando también entre las personas, sentándose a mi lado, mientras que yo estaba cabizbaja, apretando mis manos en las rodillas, tenía frío, y estaba nerviosa.-Mi amor.-sentí la mano de Colt tocar mi mano.-¿Qué tienes?-me preguntó, a lo que alce la mirada para observarle, me estaba matando el mentirle, no podía hacerlo.

𝐏𝐀𝐈𝐍𝐅𝐔𝐋──  𝐄𝐫𝐞𝐧 𝐉𝐚𝐞𝐠𝐞𝐫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora