𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 14 - 𝓔𝓷𝓬𝓾𝓮𝓷𝓽𝓻𝓸𝓼 𝓲𝓷𝓮𝓼𝓹𝓮𝓻𝓪𝓭𝓸𝓼

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—Es una pequeña lentejita —Leon afirmó admirado con los ojos empañados en lágrimas debido a la emoción.

—No se engañe, señor Kennedy. Ahora, su hijo parece muy pequeño. Pero le aseguro que antes de lo que usted imagina, lo tendrá llorando en sus brazos —el ginecólogo le aseguró con una sonrisa.

Claire, tumbada en la camilla, observaba ilusionada el monitor.

Inesperadamente, el teléfono de Leon comenzó a sonar. El agente lo sacó del bolsillo y vio que era Chris quien lo llamaba. Descolgó la llamada muy serio.

—Te llamo luego, Chris —dijo a su cuñado.

E iba a colgar la llamada cuando Claire le aseguró cariñosa:

—Sal al pasillo, cielo. No te preocupes, yo habré terminado enseguida, ¿verdad, doctor?

—Por supuesto, señora Kennedy. No me queda más que darle un par de recomendaciones y de consejos, y la visita habrá terminado. El bebé se está desarrollando dentro de todos los parámetros esperados. Así que, no existe de qué preocuparse.

—¿Seguro? —Leon miró a su bella pelirroja no demasiado convencido.

—Anda, ve, amor —insistió con una sonrisa divertida.

Él asintió levemente con la cabeza y salió del cuarto.

—Creo que, en mi vida había visto un papá tan emocionado con la primera ecografía de su hijo —el ginecólogo comentó a Claire, sonriente.

Y ella tan sólo sonrió a modo de respuesta. Tampoco ella habría imaginado, no hacía siquiera tres meses atrás, que podría llegar a ser tan feliz al lado del hombre a quien tanto amaba y que parecía ser más frío que un témpano de hielo.


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—¿Dónde narices estáis, Leon? —Chris preguntó con voz preocupada a su cuñado, a través del auricular del teléfono móvil—. He estado en vuestra casa y allí no hay nadie. ¿Estás bien? ¿Mi hermana está bien? —exigió saber nervioso.

—Sí, tranquilo. Hemos asistido a una visita rutinaria con su ginecólogo, nada más —el rubio afirmó tranquilamente.

Chris exhaló lleno de alivio.

—Joder, tío. Qué susto me habéis dado. Podías haberme avisado —le reprochó.

—Que yo sepa, de niño yo jamás tuve una niñera. Y no pienso empezar a tenerla ahora —respondió divertido.

—Que te jodan —el moreno respondió con malos modos—. ¿Dónde estáis?

—En el St. Jones. Adam me recomendó un ginecólogo muy bueno, compañero suyo. Y Claire ha estado de acuerdo en visitarlo. ¿Te apetece reunirte con nosotros aquí y luego vamos los tres a comer algo por ahí? —le propuso sintiéndose culpable, ya que él se preocupaba tanto por ellos.

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