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Era el día del aniversario del jardín, los padres de familia llevaban las cosas para la caja de donación además de comida como bolsas de papas en lo salado, y las personas que les tocó traer cosas dulces traían algo como queques.

Los niños iban junto a sus padres cubriéndose de la lluvia con sus chaquetas y paraguas. El otoño empezaba, y los días eran fríos y lluviosos de vez en cuando.

Mina caminó junto con su hija hacia la entrada del jardín, deteniéndose cuando la menor se detuvo para saludar a la profesora Minatozaki. El paraguas las cubría de las gotas que caían.

Sana estaba de manera similar, con un paraguas en manos para no mojarse, además de que su chaqueta la mantenía cálida.

— ¡Hola, profesora! —Saludó Nayeon alzando su mano sobrante, ya que la otra estaba tomando la mano de su madre.

— Buenos días, Nay, ¿ya estás mejor? —La menor asintió con una sonrisita. La varicela se había ido por fin luego de once días que se mantuvo en la niña.

— ¡Sí! Y ya no tengo granitos. —Alzó un poco su cabeza mostrando su carita sin granitos o costras. Su cuerpo ya estaba despejado de granitos por la varicela, aunque por andar quitándose unas costras se le quedaron algunas marcas, pero nada exagerado o demasiado notorio.

— No te habrás ido quitando las costras, ¿cierto? —Preguntó burlona. La expresión de Nayeon cambió de una feliz a una nerviosa.

— No... Ninguna. —Dijo fingiendo inocencia. Su madre le miró acusándola solo con la mirada, y lo que le solía decir Mina se le vino a la mente: "No debes mentir, conejita, mentir es muy malo". — Bueno, unas poquitas. —Dijo con un mohín en un murmuro.

Sana negó sonriendo, no le sorprendía para nada la respuesta de su alumna. Elevó su mirada y la posó en Mina, ambas conectando miradas y poniéndose levemente nerviosas. Pudo darse cuenta que en esta ocasión la doctora no se veía apurada o ansiosa, muy pocas veces veía así a la pelinegra.

— No te ves apurada. —Dijo curiosa. Mina abrió los ojos como platos, sorprendida, ¿realmente era tan obvio cuando iba tarde al trabajo?

— Hoy es mi día libre, además salí como los padres de familia que deben quedarse a ayudar en el desayuno. —Sana sonrió, eso ella no lo sabía. Dahyun se había encargado junto con la directiva del curso a elegir a los padres que tuvieran que quedarse, entre esas saliendo Mina, aunque la otra profesora decidió no decirle nada a su colega, era una pequeña sorpresa para ella.

— Entonces tendremos tiempo para conversar. —Mina le sonrió tímida y asintió con la cabeza. Por otro lado, Nayeon miraba la escena desde su lugar con una sonrisa traviesa, al igual que con un poco de curiosidad por las pequeñas, pero a la vez grandes interacciones que tenía su mamá y su profesora, y es que quizás su deseo de cumpleaños se podría hacer realidad, ¿y qué mejor que con su maestra favorita?

La campana sonó, la entrada se iba cerrando con el paso de que los alumnos, padres y profesores iban entrando a las salas de clases.

Los padres iban dejando sus donaciones en la caja, y la comida sobre el escritorio de las profesoras por mientras. Se fue colocando un mantel sobre las mesas que estaban juntas, formando una gran mesa en su lugar. Servilletas, vasos y platos se colocaron en cada puesto para que los niños se sirvieran. En el centro de la mesa había un poco de todo, tanto cosas dulces como saladas.

Cada padre ayudó en servir la comida junto con las dos profesoras que estaban en aquella sala.

Y claro que la comida no duró demasiado; Los niños atacaron los platos de comida como leones hambrientos cazando a sus presas, y es que a estos pequeños no se les iba el hambre, aunque comieran mucho.

Una conversación empezó entre Sana y Mina, sonriéndose y conociéndose un poco más que antes, llamando la atención de los apoderados curiosos.

Ambas sabían que lo que sea que se estuviera formando entre ellas no era una "amistad entre profesora y apoderada", sabían que era mucho más que eso; estaban yendo por un camino que ninguna de las dos se esperó, sin saber lo que les preparaba el destino o como terminaría todo, y mientras las preguntas que a veces se formaban en sus mentes luego de cada interacción no tenían respuestas, solo disfrutarían lo cómodas que se sentían al estar una al lado de la otra.

— Uh, bunny —Le habló Jeongyeon sentada junto a ella—. La profesora Sana y tu mamá se llevan muy bien, ¿no? ¿Son amigas? —Preguntó mirando al par de adultas que seguían conversando dedicándose sonrisas mutuas.

Nayeon las miró y sonrió, negando con su cabeza de forma traviesa. — Más que eso.

— ¿Mejores amigas? —Preguntó nuevamente la pequeña e inocente Jeongyeon. Nayeon rio negando con su cabeza.

— Ay, Yeonnie, míralas bien. —La mencionada la miró confundida, no entendiendo que era lo que tenía que darse cuenta. Y como si una ampolleta se hubiera prendido sobre su cabeza, se dio cuenta de un detalle, y es que el par de adultas le recordaban a sus madres cuando se miraban enamoradas, y una nueva pregunta se formó en su mente; ¿la profesora y la mamá de su mejor amiga estaban enamoradas?

— ¿Se gustan? —Preguntó. Nayeon asintió, aunque realmente no sabía la respuesta por completo, pero esperaba muy en el fondo que fuera así.

Jeongyeon abrió su boquita de forma sorprendida, poniendo más atención en las adultas. Levantó su brazo llamando a su profesora Dahyun, tenía otra duda más, pero eso debía responderlo otro adulto.

La profesora se acercó a ellas guardando de forma desapercibida su celular, esperando que nadie se haya dado cuenta que le estaba sonriendo como una tonta a la pantalla del aparato, pero todo tenía su explicación.

— ¿Sí, niñas? —Jeongyeon sonrió, y, por otro lado, Nayeon la miró expectante.

— ¿Cómo actúan los enamorados? —La mayor frunció su ceño sin entender de donde les dio curiosidad esa pregunta, pero luego de darse cuenta que las menores miraban a su colega y la apoderada pudo entender.

Rio al presenciar como Sana pasó a botar los vasos por andar perdida en la mirada de la otra, y de forma nerviosa los ordenó todos  poniéndolos uno sobre el otro con ayuda de Mina.

— De forma tonta. —Las niñas se miraron entre sí y llegaron a una conclusión juntas.

— Pues sí, están enamoradas. —Concluyó Jeongyeon, siendo apoyada por Nayeon. Dahyun solo rio bajo por las conclusiones de sus alumnas, aunque opinaba de igual forma. 

My Little Bunny [Adaptación 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora