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Las brisas heladas en las calles anunciaban el pronto inicio del invierno dentro de unas semanas, y es que el otoño ya se iba despidiendo, haciendo que ya tengan que empezar a salir bien abrigadas para no pasar frío en el tiempo que estén fuera.

Aún era noviembre, pero aun así ya se podían ver los estantes de las tiendas con decoraciones navideñas, y en el centro de la plaza principal ya se estaba decorando con varias luces y adornos navideños. El centro comercial no fue la excepción, empezando a preparar un árbol enorme que iría en el centro del lugar, luego se pondrían los últimos detalles alrededor.

Y ahí estaban como hace ya unos meses atrás; caminando ambas adultas tomando una mano de la niña que miraba las tiendas con adoración al ver decoraciones navideñas y escuchar los villancicos.

Todas iban bien abrigados, al menos lo suficiente para el frio que hacía, que tampoco era demasiado exagerado; chaquetas y alguna que otra bufanda era suficiente.

Mina miraba atenta cada tienda de juguetes, sobre todo cuando veía que a su hija se le iluminaban más los ojitos con una de las cosas que ofreciera ese puesto en específico para cuando decidiera hacer la carta a Santa.

— ¿Le interesa ir a comer una pizza? —Propuso Sana. Y si creían que la emoción de la niña entre ellas no podía ser mayor, demostró lo contrario; Sonrió convencida por la idea, asintiendo emocionada. No la juzguen; tenía hambre.

— ¡Sí, por favor! —Dijo Nayeon mirando emocionada a su profesora. Sana por su parte elevó la mirada a Mina, quien asintió con una leve sonrisa. — ¡Vamos! —Empezó a avanzar rápido, tirando como consecuencia el agarre que tenía con ambas adultas, haciendo que estas tengan que empezar a caminar un poco más rápido para no seguir siendo tironeadas por la menor. Solo pudieron reír al ver el esfuerzo que le ponía la pequeña al estar intentando mover a las adultas a su misma velocidad, utilizando toda la fuerza que tenía.

Al llegar a uno de los tantos puestos de comida que había, una chica joven les atendió con gusto, mostrándose amable.

Tomó sus órdenes, anotando todo al igual del nombre al que debía llamar, siendo Mina quien iría a buscar luego la comida, negándose a la propuesta de ser ayudada por Sana.

Eligieron una mesa que estuviera cerca del ventanal que había, dejando ver las tiendas cercanas en las calles y la plaza.

Nayeon se quedó mirando por la ventana, fijándose en cada pequeño detalle, mirando expectante cuando una niña se cayó, y esperando que esta empezara a llorar, solo pudo ver como la niña fruncía su ceño y abultaba sus labios como si estuviera enfadada, levantándose sin ningún problema y limpiando su pantalón. Bien, tenía que aprender de ella porque cada vez que caía no podía evitar hacer un mohín y que sus ojos se cristalicen.

Al estar mirando como la niña era tan fuerte de aguantar una pequeña caída, casi convirtiéndola en como una heroína para ella, se estaba perdiendo las miradas y sutiles palabras coquetas entre su madre y su profesora.

¡Myoui Mina! —Gritó una voz femenina. Nayeon volteó rápido y por fin pudo ser testigo de cómo ambas adultas se sonreían cómplices y enamoradas, ¿de qué se perdió?

Mina se levantó a buscar la bandeja con la comida; era el momento, necesitaba preguntar, de hecho, debía preguntar.

— ¿Mi mamá y usted ya son pareja? —Preguntó Nayeon con muchas emociones al mismo tiempo: confusión, emoción e interés.

Sana pestañó sorprendida por la repentina pregunta. Tragó duro y se enderezó en su sitio, cayendo en cuenta de lo que dijo la menor. — Bu-eno... algo así. —La cara de confusión de la pequeña no tardó en manifestarse.

My Little Bunny [Adaptación 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora