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— Llegas tarde. —Dijo Dahyun siguiendo con su mirada a su mejor amiga recién llegada.

— Primero; buenos días. —Suspiró cansada, recuperando el aire al haber tenido que estacionarse un poco más lejos del jardín por ya no haber sitio donde solía dejar su auto. — Y segundo; Lo sé, lo sé, pero mi mamá me llamó cuando me iba, así que... —Dahyun asintió comprensiva.

— Bueno, al menos no llegas tarde para ver a tu doctora. —Sonriendo traviesa fue como se posicionó a su lado en la entrada, viendo como algunos otros apoderados llegaban, al igual que la madre de la pequeña Nayeon.

Sana se enderezó, poniéndose firme, aunque sus mejillas estaban levemente sonrojadas y se notaba su nerviosismo de igual forma.

Cuando Mina llegó hasta la entrada tomando la mano de su hija, conectó miradas con la profesora rubia, tragando duro y nerviosa. Ambas elevaron un poco las comisuras de sus labios en una sonrisa tímida y cómplice.

Nayeon miraba todo desde su lugar, ¿Por qué sentía que se perdió de algo? De cualquier forma, caminó hasta un poquito más adentro de la entrada. Se quedó mirando a su madre; hasta este punto del camino, su madre siempre se despedía, sobre todo cuando debía ir al trabajo de inmediato.

Podría ser una pequeña niña, pero sabía que había algo distinto en el ambiente. ¿El qué? Eso no lo sabía, pero de que había algo nuevo entre su profesora y su madre, había.

— Mamá, ¿no vas tarde? —Aunque amaba las interacciones de su profesora y su madre, tampoco significaba que prefería que su progenitora llegase tarde al trabajo,  siempre la mayor le decía que era importante llegar a tiempo a los lugares.

— ¿Qué? Ah, sí. —Se arrodilló hasta quedar a la altura de la niña con una mirada cálida y con cariño. — Recuerda que te va a venir a buscar Lisa, ¿sí?

— ¿Te veré mañana? —Su tono era un poco triste. Esta vez el turno de Mina dudaría un poco más de lo que solía durar, siendo un turno de veintiséis horas justas. La mayor asintió segura.

— Mañana ya estaré en casa, ¿está bien? —Le sonrió, intentando subirle un poco el ánimo. — Te comes toda tu comida, y no te duermas tan tarde. —Nayeon asintió segura, iba a cumplir su palabra. — Ya entra. Te quiero mucho. —Besó la mejilla suave de la menor.

— Te quiero, ¡suerte! —Corrió hasta su salón, encontrándose con sus amigos prontamente.

Mina suspiró. Revisó el reloj de muñeca que tenía e hizo una mueca, dándose la vuelta para empezar a caminar un poco más rápido.

La profesora rubia, al ver todo, se acercó rápido a la madre, interrumpiendo su paso. Mina le miró expectante, y Sana respiró profundo y habló.

— Sé que vas tarde, pero ¿tienes alguna hora libre? Deberíamos hablar sobre lo que pasó el otro día. —Las mejillas de la apoderada se sintieron calientes de inmediato, de igual forma, asintió.

— Claro, puedes venir en mi hora de almuerzo, a las dos de la tarde. — Sana asintió.

— Ahí estaré. —Como solía pasar, le dedicó una leve sonrisa a la pelinegra. Se movió a un lado, dejando que Mina se fuera, algo que pasó en poco segundos.

Dahyun se fue acercando a pasos lentos, esperando hasta que perdió a la apoderada de vista. — ¿Hay algo que quieras decirme, Sanake? —Preguntó curiosa, aunque con un semblante travieso.

— Mina y yo nos besamos. —Dijo rápidamente. — Ya debemos entrar. —Se encaminó hasta el salón de clases, dejando a su mejor amiga en su lugar que seguía analizando las palabras de esta.

My Little Bunny [Adaptación 2na]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora