Capítulo N°17: El Amanecer

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Evans: Luego de varios días tratando de encontrar algo que me llenase ese vacío, sentía que era suficiente y simplemente me detuve y dejé de buscar, en ese momento supe que la única oportunidad de creer en el amor era aquel momento en donde la conocí. Una tarde tan normal con un clima de altas temperaturas de casi 40° grados, caminaba bajo el sol recordando momentos divertidos, sonriendo solo en la playa con los auriculares puestos escuchando música a todo volumen, observando el atardecer como si nunca lo hubiera visto en la vida, mirando detalladamente cada segundo caer el sol desde el horizonte, y despejarme de todo por un momento, día tras día creyendo que el dolor nunca pasaría qué las heridas no iban a sanar tan fácilmente, pero el tiempo me demostró lo contrario, y pude ver otros mundos, pude encontrar un camino distinto, una nueva página, y crear mi propia historia, pero sinceramente Eva, es parte de mí vida, es una versión distinta a la que me gustaría que fuese, no la puedo sacar de esta historia, de mí historia, cómo olvidar aquél comienzo, cómo olvidar los celos, cómo podría olvidar los momentos divertidos que fueron varios y forman parte de mi vida y parte de mí, mí pasado y presente.
Observó caer el sol y me siento en la orilla del río a contemplar cada segundo lo maravilloso qué es el atardecer, no tan hermoso como sus ojos pero es muy bonito, ella tiene algo muy especial y no se qué es ese algo, pero me pierdo cuando la veo y me encanta, me preguntó sí debe ser su hermoso rostro súper lindo o su voz tan tierna y casi excitante, tiene esos rasgos perfectos en la terminación de sus labios qué la deja con un toque maravilloso de belleza.
Luego de ver pasar el atardecer todo oscurece y de mi rostro cae una lágrima volviéndome a la realidad, secó mis lágrimas y saco el móvil y la foto de ella en el fondo de mi pantalla hace que de mí salga una sonrisa pícara y a la misma vez triste, me muerdo el labio inferior viendo cada detalle de sus labios y siento la necesidad de probarlos.
Cerebro: -Cállate Evans ella tiene a otra persona en su vida, supéralo.-
Yo: -Claro y tú desde cuándo dándome órdenes, maldita voz de mis pensamientos.-
Cerebro: -Siempre lo hago o por que crees que no la olvidas, es gracias a mí, así que respeta los rangos querido.-
Yo: -Cállate tú, déjame, las ilusiones me hacen bien.-
En ese momento tengo una pequeña discusión conmigo mismo, esa tarde estaba muy solo y me senté a conversar conmigo por unos instantes, luego de aquella platica, cojo el móvil para escribirle un mensaje, donde decía tantas cosas y me exprese libremente, pero me detuve y volví a guardar el móvil en los pantalones, me quedo observando las estrellas, pasaron varios minutos y la playa estaba vacía me quité la ropa, y me tiré al río.
La soledad es buena para determinadas situaciones, como por ejemplo: estar solo, pero esa noche no fue así, salgo del agua y voy en busca de la ropa que deje en la orilla del río, veo que se acerca a un grupo de personas y rápidamente empiezo a ponerme la ropa cuando, estoy a camino de ponerme la sudadera, que me queda totalmente apretada al cuerpo veo como aquel grupo eran solo chicas, y moría de vergüenza, con la cabeza hacia abajo camino lentamente por la orilla con las manos en los bolsillos, vuelvo a tomar el móvil y son las 5:00 en punto, veo que me la pase un largo tiempo en la playa, yendo de camino a casa veo salir el sol y decido quedarme a contemplar el amanecer tan hermoso que sale al otro lado del Río, a medida que sale el sol me imagino lo lindo que sería estar con Eva compartiendo momentos juntos como si se tratase de un cuento de hadas, puedo admitir que mis fantasías con ella son un poquitín exageradas, pero no puedo negar que me gusta, cojo el movil otra vez: -Tres llamadas perdidas de mi mejor amigo-
y unos mensajes repitiéndome -En dónde estas Evans?, recordé tener planes para esa mañana, pero la noche anterior había salido a despejarme, mi mejor amigo es con la única persona que puedo contar siempre está cuando lo necesito es Dani. Esa misma mañana recuerdo tener planes con él, Dani y yo iríamos a pescar con mi primo, pero ellos no se despegan de sus novias, ellos dos llevan años de relación con sus parejas, y una vez más me siento apartado de todo, se suponía que era una salida entre amigos, pero no fue así, ese día estuvo muy lejos de ser un día tranquilo, literalmente me dejaron de lado esos tontos ,con una caña de pescar y una carnada logró sacar un pescado, el primero en varios años, no me sentía afortunado para nada, me sentía como ese pescadito ilusionado por la carnada pero muerto de dolor al final, las metáforas me confunden y me refiero a que cae en una trampa en la misma trampa que mis amigos están cayendo ahora mismo sentados allí con ellas creyendo que van a durar para toda la vida.
Cerebro: -Suenas egoísta ¿lo sabes?.-
Yo: -Egoísta yo? y tú que sabes de eso no haces otra cosa que hablarme.-
Cerebro: -Pues soy tú, y claro que te hablo tonto porque sí no te hablo no hablas con nadie.-
Yo: -Tienes razón, no puedo evitarlo, por un momento me dejo llevar por él egoísmo, sabiendo que mis amigos son las únicas personas que me soportan.-
Cerebro: -Tranquilo no dejes que te afecte, recuerda que hiciste una promesa.-
Yo: -lose.-
Luego de varias horas regresamos al pueblo y nos despedimos con un saludo típico que teníamos de niños, me dirijo hacía mí casa y solo pienso en ducharme y tirarme a la cama y encerrarme en mí habitación a oscuras como lo suelo hacer siempre, una vez tirado a la cama cojo el móvil, entro en la conversación de Eva y estoy con muchas ganas de escribirle, pero no se me ocurre nada, quisiera tener una conversación normal como antes pero ahora todo cambió, solo puedo ver su hermoso rostro en la foto de pantalla del móvil, me la quedó mirando toda la noche hasta que me duermo profundamente...

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