Capitulo VII: Mi cita con un cadáver

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Me senté al lado de Tom al igual que Isa, quien estaba al otro lado de Tom.

–Abrázala –murmure en su oído. Me miro con cara de "¿Estas loca?"– Le tiene miedo a las películas de terror –asintió y puso su mano en la cintura de Isa. Ella lo miro, y sonrió. Apoyo su cabeza en el hombro.

Me levanté y caminé a la habitación.

–¿No vas a ver la película? –preguntó Lucas. Negué con la cabeza.

–An, ven aquí –dijo Karen palmeando al lado de ella.

–No, tengo sueño –abrí la puerta, pero una voz me detuvo.

–Anna, te llama Emma –dijo mi tía, quien entraba por la puerta. Volví a correr a ella, y le quite el móvil.

Salí de la cabaña y me pare a la orilla del lago.

*Llamada entrante*

–Hola –saludé sonriendo.

–Papá me regaño –dijo llorando.

–¿Qué? ¿Por qué? –fruncí el ceño.

–Le dije que quería verte, y me dijo que no, que no te vería hasta después del verano –dijo, sin dejar de llorar.

–Escúchame, nos veremos, eso te lo aseguro. No llores bebé, te juro que nos veremos.

–¿Segura?

–Como que me llamo Anna del Carmen Jones –dije riendo. Ella se largo a reír, junto conmigo.

–Pero hermanita, tu no te llamas Anna del Carmen.

–Lo se, pero te hice reír –me mordí el labio– ¿Qué hora es allá? –pregunté.

–Veinte para las ocho, ¿Y allá? –preguntó. Ya había dejado de llorar.

–Las diez con quince minutos –dije riendo.

–Deberías irte a dormir.

–Pero no quiero dejar de hablar contigo –dije triste.

–Mañana dormirás hasta tarde, y te regañaran. Ya vete a dormir.

–No me gusta que me regañes –dije riendo.

–Viene papá. Hablamos mañana. Te amo, adiós –colgó.

Quede mirando el móvil. Me había cortado, ¿Qué le había dicho papá para que reaccionara así?

–Anna –dijo alguien detrás de mi. Me di vuelta, y vi a James parado a unos metros de mi.

–¿Qué?

–¿Me perdonas? –hizo una cara de perro mojado.

–Claro –caminé, pasando por su lado. Haló mi brazo y me dio la vuelta– ¿Qué pasa?

–¿Cómo es eso de "claro"? –Imito mi voz– Anna, perdí mi orgullo y vine a pedirte perdón.

–Y yo te dije que claro. Da igual –rodé los ojos y entre a la cabaña– Gracias, otra vez –le entregue el móvil a mi tía

–¿Podemos hablar en la habitación? –asentí y fui a la habitación.

–He hablado con tu padre...

–¿Qué dijo? –pregunte.

–Que no llamaras a Emma, porque quiere verte y esta colmando su paciencia.

Nunca te dejaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora