Capitulo I: La vida me odia

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Anna

Abrí los ojos perezosamente, ya que un estupido rayo de sol me pegaba en el rostro. Estire el brazo, y vi la hora. 07: 39 a.m.

¡Oh Dios, llegare tarde!

Me levante a toda prisa y corrí al baño. Saque una toalla para el cuerpo, y otra para el cabello. Me di una corta ducha y salí corriendo. Me vestí a la velocidad de un rayo y entre nuevamente al baño. Me cepille los dientes. Puse un poco de sombra en mis ojos, un fino delineado y aplique mascara de pestañas. Un poco de brillo y listo. Tome mi maleta e iba a bajar, cuando me doy cuenta de que no me he peinado.

Corrí nuevamente al baño y cepille a gran velocidad mi cabello.

-¡Hija, llegaras tarde! -grito mi padre desde la planta baja

-¡Ya voy papá! -grite. Tome mi maleta, mi móvil y mis audífonos. Salí de mi habitación, procurando que la ventana quedase bien cerrada y cerré la puerta con seguro, para que nadie pudiera entrar y ver mis cosas.

-Querida, ¿Necesitas ayuda? -pregunto mi padre

-No, gracias -sonreí. Baje las escaleras como puede, pues mi maleta pesaba demasiado, aunque solo llevaba unas pocas cosas. Termine de bajar, y ellos me esperaban en la puerta principal

-¿Ansiosa? -pregunto mi hermanita

-Ni te lo imaginas -fingí una sonrisa

¿Quién podría estar ansiosa, cuando va a pasar todo su verano encerrada en un maldito campamento, que queda al otro lado del mundo? Al menos, yo no. Hace dos años que me enviaba al mismo campamento de verano. ¿Por qué lo hacía? Por la razón de que él debía de salir del país para trabajar.

El campamento no era tan malo, aunque si las personas con las que tenias que convivir día a día. No todas las chicas, ni todos los chicos eran tan malos. Algunos, eran muy agradables, pero siempre te cambiaban de cabaña y de compañeros. ¿Por qué? Porque era un maldito campamento que le gustaba hacer actividades para que todos los adolescentes se conocieran.

-Anna, sube la maleta al coche -dijo mi padre

-Esta bien -sonreí.

Agh, como odio fingir

Una vez que la maleta estuvo dentro, me senté en la parte trasera del coche.

-¿Crees que este año te toquen con tus amigos que hiciste el verano pasado? -pregunto mi querida hermanita

-No -suspire- todos los años cambian de compañeros, creo que este año será igual

-Puedes hacerte mas amigos -sonrió.

-No, no lo creo -bufe

Este verano, será igual de aburrido que el anterior...

...

El viaje en el coche fue silencioso, ya que ninguno de los tres sabia que decir.

Mi hermana insistió en entrar conmigo al aeropuerto, así que accedí.

-Creo que deberíamos irnos, se nos hace tarde -dijo papá, cuando ya habían pasado diez minutos

-No, no quiero dejarla sola -dijo mi hermanita con tristeza. Suspire. Definitivamente, este verano seria largo

-Esta bien, no te preocupes -sonreí

-¿Estas segura? Podemos quedarnos hasta que el avión despegue -froto mi brazo

-No te preocupes, estaré bien -sonreí

-¿Tienes dinero suficiente, por si acaso? -pregunto mi padre

Nunca te dejaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora