Capitulo XVIII: El Fin Parte II

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No sé en qué pensar, nunca me imaginé que James pudiera hacerme algo así. Nunca creí que James fuera capaz de engañarme con Allison. Después de todo lo que pasamos… ¿ha estado jugando conmigo? ¿Ha estado acostándose todo este tiempo con Allison?
Choco contra un cuerpo y caigo al suelo.
—¿Estas bien, An? —dice Agustín, ayudando a levantarme. Mira mis lágrimas y frunce el ceño— ¿Qué…?
—¡Anna! —el grito de James lo interrumpe. Allison sale tras él. Agustín lo mira sorprendido, incapaz de creer lo que está viendo.
—Me engañó, Agustín, me engaño —digo.
Las lágrimas no dejan de salir y tengo un dolor en el pecho que solo había sentido antes una vez; cuando había perdido a mi madre. Y era por esa razón que lo sentía, había perdido a alguien al que amaba, que era importante para mí.
—Anna, escúchame —dice James a metros de nosotros. El rostro de Agustín esta desfigurado por completo, sus ojos están oscuros y aprieta con fuerza las mano.
—¡No te atrevas a decir una mierda, James! —grita Agustín, sorprendiéndonos a los tres.
—¿Qué te pasa, Agustín? —James es el más sorprendido cuando Agustín se lanza sobre él y lo golpea.
—¿Cómo te has atrevido a hacerle esto a An? ¡No se lo merecía! —el segundo golpe llega y alguien me toma del brazo.
—¿Qué sucede? —pregunta Karen. En cuanto mira la escena, queda sorprendida. Isa mira a Allison, James y Agustín, y luego a mí. Claro está lo que ocurre.
—Oh Dios —es lo único que sale de la boca de Isa. Thomas frunce el ceño y Gus me sostiene de los hombros.
—¡No he hecho nada! —grita James. Agustín deja de golpearlo y se levanta, va junto a Allison y ella retrocede.
—¡Eres una maldita zorra! —Agustín está fuera de control y yo sigo llorando.
¿Por qué me tiene que ocurrir esto a mí? ¿Por qué James me tuvo que engañar?
—An… —pronuncia James, pero niego con la cabeza y corro. Corro lo más rápido que las piernas me dan hacia la cabaña.
El dolor en el pecho no se va ni con todos los gritos que he dado, ni con todas las maldiciones que le he gritado a James, ni con todos los golpes que le he dado a la puerta de la habitación.
¡Maldición! Confié en él, le creí todas las putas mentiras que me dijo, le creí cada palabra… ¿Cómo pude ser tan estúpida?
—¡Anna! —Me sobresalto cuando golpean la puerta— ¡Tienes que escucharme, hay una explicación!
—¡Déjala, James! —Grita Isa, furiosa— ¡La destruiste por completo con tu maldita traición!
No quería oírlos hablar, no quería oír las malditas mentiras que me diría James. ¿Por qué tuvo que hacer eso? Allison y él se estuvieron burlando de mi todo este tiempo.
—¡Abre la puerta, An! —escuchaba su voz demasiado fuerte. Mis oídos dolían, mi cabeza dolía, mi corazón dolía. ¡Maldito James!
—¿Es que no entiendes que no quiere hablar contigo? —Karen gritó. Se escuchó un fuerte golpe— ¡Eres un maldito mentiroso!
—Cálmate, Karen —dice Gus. Un estruendo se escuchó y me sobresalte— ¡Karen por Dios!
Abrí la puerta. Todos se dieron vuelta a mirarme. James estaba frente a mí. Karen un poco más atrás echa una furia, con un montón de objetos en el suelo. Gus la afirmaba. Isa lloraba en los brazos de Tom. Allison tenía una sonrisa de oreja a oreja. Perra.
—Anna —dice James. Lo ignoro y voy hacia Karen; le sonrío como puedo.
—La furia Karen, ¿no? —se le asoma una sonrisa, pero desaparece al instante. Me abraza y se pone a llorar.
—Perdón por hacer que estuvieras con este estúpido. Todo fue mi culpa por creerle —la abrazo de nuevo y lloro con ella. No fue su culpa, sino mía por creerle.
—An, quiero hablar contigo —dice James. Cerré los ojos y apreté a Karen con fuerza.
—¡Cállate, James! —gritaron todos al unísono. Me entraron ganas de reír.
Debería hablar con él…
—Está bien, James —digo, pasando las manos por mi rostro. Todos me miran como si estuviera loca y guiño el ojo. Camino hacia la habitación y James entra al instante, cierra la puerta con seguro y me mira.
Me mira…
Me mira…
Y me mira…
—Juro que… —levanto mi mano y la dejo caer sobre su mejilla. Miles de hormigas pasan por mi mano y arde, pero sé que ha valido la pena cuando veo la gran marca roja que ha dejado mi mano.
—No jures una mierda. Te creí todo James —me arde la garganta— ¿Cuál era el objetivo de todo esto? ¿Hacerme mierda o simplemente fue diversión?
—An yo…
—No me digas An.
Todo el dolor que sentía minutos atrás, ha desaparecido, ahora solo siento rencor, odio.
—No hice nada, todo fue una trampa —sus ojos están rojos y su labio tiembla—. Todo lo que te he dicho fue verdad.
—Hoy… —mi voz se quiebra al recordar— hoy dije que te amo, James  —las lágrimas amenazan con salir—. Hoy admití algo que nunca había admitido.
—Y yo te am…
—¡No te atrevas a decirlo! —Intento controlar mi respiración para que las lágrimas no salgan— Eres un maldito mentiroso, eso es lo que eres. ¿Cómo pudiste engañarme así? ¿Por qué? Creí que… —suelto una carcajada—. Que tonta de mí, que creí todas tus palabras, todas tus mentiras, todos tus te quiero y te amo. Fui una estúpida al creerte.
—Nada de eso fue mentira, Anna —sus mejillas estaban empapadas—. Te amo de verdad, estoy enamorado de ti…
—¡Deja de mentir! —Las lágrimas salen sin permiso— ¡No sé cómo pude confiar en ti!
—Anna, tienes que creerme. Allison planeo todo esto…
—¿De verdad piensas que voy a creer lo que dices, después de lo que vi?
—Déjame explicarte como sucedió…
—Te escucho.
—Fui a mi habitación a cambiarme ropa, ella llegó y dijo que tú te habías caído y que tu pierna sangraba… le creí…
—Eres…
—Déjame terminar, An —asentí—. Fui tras ella corriendo y me llevo a esa cabaña… cuando llegue tu no estabas y ella empezó a desnudarse, quise salir, pero estaba todo con llave…
—Cuando yo entre estaba abierto —dije casi gritando. Asintió.
—Déjame terminar —pide—. Le dije que no quería nada con ella, que me dejara en paz… y me pidió conversar. Hablamos de ti, de todo lo enamorado que estaba… tienes que creerme, An.
—La puerta.
—Fue Zoe. La vi por la ventana y fue ahí cuando me puse de pie para irme.
—La besaste, James. Estabas sin camiseta.
—Hacía un calor infernal dentro y saque mi camiseta porque estaba sudando. Cuando me puse de pie, ella se lanzó a besarme y fue cuando te vi.
—Se lo seguiste.
No contesto.
—Tú querías, ¿verdad? Querías acostarte con ella así como estuvieron haciendo todo este tiempo...
—An, no he hecho nada, lo juro —él estaba más tranquilo, pero yo no.
—No quiero volver a verte en mi puta vida.
Se queda helado a penas me escucha.
—Quiero que salgas de esta maldita habitación, y que me dejes en paz.
—An…
—Quiero que salgas de mi vida.
—No…
—Que me dejes, para seguir sola…
—Estás loca…
—Nunca debí creerte todas esas mierdas.
—No son mentiras.
—Déjame en paz.
—No, An —dice con seguridad—. No voy a dejarte, ¡Y nunca te dejaré!
Me dirijo hacia la puerta sintiendo como todo dentro de mí se rompe. Yo dije que nunca lo dejaría, y él también lo dijo, pero… no puedo seguir con alguien con el que no tengo futuro.
—Vete, James. Ya nos hemos dicho todo y no quiero volver a verte.
Me mira, con las mejillas llenas de lágrimas. Si esto lo hace sufrir tanto como a mí, ¿Por qué lo hace?
—Hablamos mañana, cuando estés más calmada, ¿vale? —dice despacio. Se acerca a mí—. Espero que duermas bien y mañana estés mejor para que hablemos. Te amo demasiado, pequeña —se agacha para besarme y lo dejo. Es un simple topón, pero lo necesitaba.
Sale de la habitación y en menos de un segundo Isa y Karen están encerrándome nuevamente.
—¿Qué harás? —dice Karen, mientras ambas me apretujan entre sus brazos.
—Tengo que irme.
Se separa de mí y ambas me miran. Sus ojos se llenan de lágrimas y asienten al mismo tiempo.
—Empaca sus cosas, Karen —dice Isa, mientras me abraza y yo lloro sobre su hombro.
Tomo el móvil para llamar a mi padre.
*Llamada entrante*
—Hola hija, ¿Qué horas son estas de llamar?
—Papá, necesito que llames a mi tía y le digas que me voy ahora mismo del campamento.
—Pero… ¿Qué dices?
—Sabes que si no fuera necesario, no lo haría —sollozo.
—Inmediatamente la llamo. Te veo en el aeropuerto —dice seriamente.
—Gracias, papá.
—Cuídate hijita.
Corto.
—No quiero volver a ver a James jamás —Isa me abraza y ya no aguanto el dolor. Lloro, lloro y lloro hasta que recibo el mensaje de papá en el que dice que está todo listo.
Extrañare los momentos con James, no puedo engañarme a mí misma.

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Hoy se cumplen DOS años desde que comencé a subir esta historia y ha llegado a su fin....

Espero que les haya gustado a tod@s.

¡Esperen el epílogo que se subirá en unos días!

Nunca te dejaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora