¿¡UN QUÉ?!- ❦McLennon❦-(Mpreg)

5

Paul se encontraba mal, mal, mal. Su cabeza dolía como los mil demonios y sentía que en cualquier momento le iba a explotar.

Estaba acostado en el sofá, tratando de levantarse, y fallando en el proceso.

Miró la hora en su teléfono y apenas si eran las tres de la tarde, quería llamar a John pero no podía hacerlo, su novio estaba en una importante reunión y no quería molestarlo.

Agarró el teléfono y marcó un número.

"Diga"

"Mamá" chilló

"¿Paul?" su madre preguntó asustada "Dios, amor, ¿qué pasa?"

"Me duele mucho, mamá" se quejó, respirando pesadamente "Y tengo muchas ganas de vomitar"

Intentó no llorar, no quería asustar a su madre, solo respiró profundo, tratando de tranquilizarse.

"Cariño" ella respiró profundamente "¿Donde está John?"

Paul lloriqueo.

"Él aún no sabe" sollozo "Y está en el trabajo"

Mary suspiró al otro lado de la línea, intentando mantener la calma.

"¿Cuando piensas decirle?"

Paul negó con la cabeza a pesar de que su madre no podía verlo, él no quería decirle, él no podía decirle, no podía arruinar los planes que John tenía.

"No lo sé" confesó.

"Quieres que te vaya a buscar para ir a un doctor?"

Paul desde que se había enterado que estaba embarazado nunca había ido a una consulta médica, y solo su madre sabía que él estaba esperando un bebé.

"No"

"Intenta relajarte y dormir un poco, cariño, es normal las ganas de vomitar, y el dolor de cabeza seguro es por el estrés que tienes"

Asintió.

"Gracias mamá"

"No dudes en llamarme si necesitas algo"

Cuando colgó, dejó el teléfono a un lado, y antes de que pudiera siquiera pensar en otra cosa, se quedó dormido.

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John entró al departamento con una sonrisa resplandeciente, en una mano llevaba el maletín de trabajar y en la otra un enorme ramo de rosas amarillas.

Tranco la puerta con cuidado, sin hacer ruido alguno, quería sorprender a su lindo novio.

Pero la sorpresa se la llevó él.

Dejó caer todo en el piso, llegando rápidamente hasta el sofá donde su novio estaba acostado.

"¿Bebé?"

Su rostro estaba pálido y bajo sus ojos había ojeras.

"¿John?" intentó abrir los ojos, pero se mareo al instante.

"Cariño" susurró, agarrando sus manos "¿Que tienes?"

Paul sonrió débilmente.

"Estoy bien, no te preocupes"

"¿Como que no me preocupe?" lo miró angustiado, besando sus nudillos.

"¿Sabes cómo me sentiría mejor?" Paul murmuró, mirándolo.

"¿Cómo?"

"Con una sopa de pollo"

John sonrió, se acercó hasta él y besando sus labios.

"Enseguida, mi amor"

Y Paul solo no le quiso decir que se sentía como si se fuese a desmayar en cualquier momento.