Cerró los ojos y suspiró, frotándose las sienes repetidas veces.
"Oh, vamos, cariño" Mary murmuró, apretándole el hombro suavemente.
"Mamá" dijo cansado, queriendo terminar con eso de una vez "Te agradezco en serio todo lo que has hecho por mí, pero no me iré a vivir contigo, tú tienes un esposo el cual atender y yo una hija que cuidar, tengo mi propia casa, no quiero molestar"
Ella rodó los ojos "No eres una molestia"
"Igual no me iré a vivir contigo" bufo, para luego sonreírle "Sabes que te amo, pero es mi decisión final, además, hemos hablado esto millones de veces"
No insistió más "Está bien" levantó las manos, retrocediendo sus pasos "Pero seguiré viniendo todas las semanas a ver a mi nieta"
Paul sonrió, mirándola con cariño.
"Sabes que puedes ver a Aranza cuando desees"
"Así me dijeras que no, iba a venir" bromeó, agarrando su cartera.
Rodó los ojos, asintiendo en su dirección "Sí, lo que sea"
Quedaron en un silencio, mientras Mary miraba a su hijo.
"Paul..."
"No me mires así" la cortó, levantándose de la silla y caminando fuera de su campo de visión conociendo esa mirada "No quiero hablar del tema, ya te lo he dicho"
"Hoy es 30" ella insistió, caminando detrás de él. "Sabes que siempre llega dinero a esta fecha"
Paul no la miró, no quería que lo viera llorar.
"Lo sé, y se lo agradezco porque gracias a ello es que he podido comprarle a Aranza todo lo que necesita"
Mary quería decir su opinión acerca de ello, pero no dijo nada. "Bueno, me voy" anunció.
"Adiós, mamá"
Cuando Paul se quedó solo, subió las escaleras hasta el cuarto de su hija, donde esta dormía plácidamente sobre su pequeña cama, unos cabellos rebeldes caían sobre su rostro, recordándole a John, siempre recordándole a él.
"¿Por qué no puedo superarlo?" se preguntó a sí mismo.
Se supone que ya ha pasado un año desde que John lo abandonó, no debería porque seguir doliendo, pero no puede evitarlo, no cuando su pequeña hija lo mira con esos pequeños ojos marrón.
Pero sin embargo, todo se vuelve más doloroso cuando mensualmente llega un cheque a sus manos, el cual proviene de John, con una generosa cantidad de dinero, cosa que le confirma que John no lo quería y que tampoco quería tener hijos con él.
"¿Pá" escucha una pequeña voz adormilada.
Parpadea, tratando de alejar todo pensamiento de su mente y se enfoca en su hija.
"Hola, bebé" la saluda, cargándola y llevándola con él. "¿Cómo dormiste?"
Aranza solo bosteza, agarrándose de sus hombros para no caerse.
"Al parecer aún tienes sueño" le sonríe con cariño, apegándola más a él.
Las cosas para Paul siguen igual, solo que ahora tiene un vecino que lo apoya en todo.
Agarró a su hija y la arrullo suavemente contra su pecho para que se durmiera, se movió de un lado para otro; cuando Aranza se durmió por completo la acostó en su cuna, la admiró por un momento, sonriendo nostálgicamente y bajando hasta la cocina.
Se preparó un vaso de chocolate caliente, tratando de calmar cualquier cosa que en su pecho estuviera creciendo, "No debería estar así" se reprochó a si mismo
El timbre de la puerta sonó, sacándolo de sus pensamientos, dejo la taza encima de la mesa y camino hasta la entrada, abriéndola.
"George" saludó, dándole un cálido abrazo "Pasa"
Se hizo a un lado, dejando que su buen vecino entrara.
"¿Cómo estás?" preguntó suavemente.
"No me hables así" dijo, molesto "No pasa nada"
"Hoy es 30, Paulie" dijo, sonriendo "Solo, ya sabes... Olvídalo" negó con la cabeza, mirando sus manos "Esto estaba en la puerta"
Miró en las manos de George un sobre blanco, idéntico a todos los que llegaban a final de cada mes.
"Justo a tiempo" dijo irónico.
"¿Alguna vez te has preguntado porque John se fue?"
Paul parpadeó, mirándolo confundido ante la repentina pregunta "Es obvio" dijo molesto "La respuesta es tan obvia que hasta el más tonto se daría cuenta, John no me quería"
"Bueno... con todo lo que sé gracias a ti, no creo del todo que eso sea así"
"¿Si quiera porque estamos hablando de esto?" preguntó, tomando asiento en el sofá.
"Porque sé que todos los 30 te pones realmente triste"
Paul no lo negó, solo se quedó mirando el sobre entre sus manos "Es solo que me molesta tanto ¿sabes?" parpadeó, no queriendo mirar a George a los ojos "¿Por qué no es lo suficientemente hombre como para traerme el cheque personalmente?" frunció el ceño, mirando hacia el frente "Solo deja el estúpido cheque y una nota de espero que Aranza este bien"
George se mordió el labio inferior, viendo como por la mejilla de Paul caía una lágrima.
"Paulie..."
"No importa" sonrió, sacudiendo la cabeza "Yo tengo una hija a quien amo y a quien tengo que cuidar, y te tengo a ti"
George asintió, abrazándolo por lo hombros, dejando que Paul se escondiera en su cuello.
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¿¡UN QUÉ?!- ❦McLennon❦-(Mpreg)
FanficPaul y John muy enamorados se vuelven padres repentinamente