20 cm // Timothee Chalamet

iv

Timothée POV:

Cuatro años atrás

— ¡Suelta esa mierda! ¡Ya basta!— me reclamó arrebatandome la botella de licor que cargaba en una mano mientras aventaba ropa a la maleta—.

— No soporto más esto, ¡No te aguanto! Me quedé contigo estos años por Rosie pero no lo soporto más —me defendí—.

— He sido una buena esposa... una buena madre...¡ ¿Por qué me odias tanto?! 

Chasqueé molesto por la pura pregunta.

— ¡Deja de hacerlo todo tan jodidamente difícil! ¿Por que no solo puedes madurar y ser un buen esposo y padre para la niña? ¡Te odio! —gritó aventándome ligeramente—.

— ¡No me digas que no soy buen padre! —me defendí de vuelta, tomando sus muñeca para que dejara de aventarme— Tu sabes perfectamente cuánto amo a la niña y todo lo que he sacrificado por ella.

— ¿Ah si? ¿Cómo que? ¿Madison? ¿Tu puta esa? Han pasado años y aún no dejas de llorariquear como un idiota por eso. ¡Debería darte pena!

— ¿Cómo la llamaste? 

Mi pecho subía y bajaba de la rabia, cada que hablaba de esto con ella siempre terminaba igual: en pelea.

— ¡Puta! ¡Lo que es!

— Te recuerdo que la amante siempre fuiste tú.

El silencio se hizo más fuerte desde que dije eso, sabía que la había hecho enojar, ese era el punto.

La ignoré y seguí empacando mis cosas.

— ¿A dónde vas?

— A  un hotel, a donde sea lejos de ti... necesito el divorcio.

— ¡Timothée!  ¡Piensa en Rosie!

— Eso hago. No quiero que viva con dos padres que no se aman juntos, puedo ser un buen padre aunque no esté contigo.

Cerré la maleta y me fui sin despedirme, Rosie estaba en casa de su abuela materna  ya que mi suegra nos pidio cuidarla, por lo que me fue más facil irme de casa. Una vez en el frío cuarto de hotel me dejé caer en la cama. No soportaba a Ester, peleabamos por cualquier tontería todos los días, somos totalmente opuestos y no de la manera en que nos complementamos, si no que chocamos completamente. Igual ella con sus celos enfermizos, me había hecho dejar de hablar con compañeras de la universidad pues no confiaba en mi, y yo para evitar problemas lo hice, revisaba mi celular cuando me bañaba, de esto me di cuenta recién ayer, y por eso hemos vuelto a pelear. Yo de verdad no estaba engañandola ni haciendo nada malo para que desconfiara de mi, pero no importa que, ella no cambiaba.

Suspiré profundamente, aun algo ebrio. Y mi mente divagó por todos lados, pero uno en especial. Una morena de piernas bonitas y ojos negros. Como la extrañaba....  mierda.

Tomé el celular entre mis manos e hice lo que Ester tanto temía que hiciera, la busqué en instagram, donde de inmediato la encontré... su perfil estaba llena de fotos de ella en cafeterias en Londres, o con amigos que no conocía, en hospital, todo parecía que ella era una persona completamente diferente... quien antes era mi todo ahora yo desconocía.. mi Madison. Suspiré al acordarme de la última vez que nos vimos...

Como me arrepiento de no haber salido detrás de ella... de haber peleado una última vez por nosotros... de seguro me odia por todo lo que hice... y todavía al final la dejé ir llorando cuando ella volvió con el corazón en la mano dispuesta a perdonarme.

Cerré los ojos y sentí dos solitarias lágrimas caer de mis ojos. Tenía que dejarla ir... habían pasado más de dos años y todavía pienso en ella a diario como si nunca nos hubieramos separado...