20 cm // Timothee Chalamet

IX

Maddys POV:

Otro shot de tequila bajó por mi garganta, quemando esta a su paso y yo con la esperanza de que me hiciera perder la noción para olvidar lo estresante de esta semana.

— No mentiste cuando dijiste que querías embriagarte —rió el coreano—.

— ¿Por qué mentiría? —me encogí de hombros y saqué mi celular para mirar twitter unos minutos—.

— ¿En que tanto piensas que dejas a tu acompañante ignorado?

Guardé mi celular apenada, admitia no estaba de un humor ideal para socializar pero al final del día yo lo había invitado al bar.

— Lo siento —me disculpé—.

— Está bien... ¿entonces....?

— Rosie Chalamet

Asintió.

— ¿Que pasa?

— No parece estar mejorando... hablé con Morgan y parece que sus estudios de sangre no muestran mucho cambio con la quimioterapia...

— Maddy... ya no es tu caso.

— Lo sé lo sé —me acomodé mi cabello tras mis orejas—. pero....

— Pero Timothée... —me interrumpió—.

Negué.

— No.. no es eso.. la niña, me encariñe con ella...

— Yah....está bien admitir que te preocupas también por el.

— Déjame.. —dije apenada, escondiendo mi rostro entre mis manos—.

— Lo que no está bien es que vengas a ahogar tu culpa en 12 shots de tequila blanco —rió—.

Suspiré.

— Te lo juro que no siento nada romantico por...

— Hey.. no te estoy acusando de nada

Kang Song tenía la habilidad de leer mi mente, y eso era lo que mas me gustaba de el. Morgan era mi compañera oncóloga la cual ahora atendia a Rosie, y claro que hablé con ella y me enteré de lo sucedido estas ultimas semanas que no he estado con ellos. Trataba de evadir donde sabía estarían en el hospital para evitar toparme con los Chalamet y había triunfado casi al cien por ciento, pero la curiosidad me mataba cada vez que venían.

Cada vez que el venía a mi mente ahogaba el pensamiento con un trago a mi coctel. Sé que mezclar alcoholes no es nada mas que formula para desastre pero eso era lo que quería, igualar mi estado fisico con el mental.

Eventualmente saqué mi celular y en un impulso de idiotez comencé a escribirle, "¿cómo estas? ¿necesitas compañía?" pero el celular fue arrebatado de mis manos.

— No lo hagas..

— Solo necesito saber si está bien..

— No lo está, ya lo sabes. Su hija tiene cancer, esta muriendo. No hay manera de que esté bien, solo estás buscando una excusa para hablarle.

Fruncí el ceño, molesta.

— No digas eso... y peor, me haces sonar como si estuviese tomando esto como una oportunidad para estar con el..

— Yo jamás dije eso...

No sabía si era mi juicio nublado, o más bien, mi juicio inundado por alcohol, pero me molesté demasiado, asi que tomé mis cosas y me paré de la silla para marcharme, pero sus fuertes manos sostuvieron las mias.