XI

208 14 2
                                    

TW// 

Maddy POV:

Karina, una ginecologa del hospital, platicaba conmigo mientras preparaba la máquina de ultrasonido. Reí nerviosa. Song no pudo venir, estaba en una cirugía, pero no importaba. 

— Puedes recostarte —me invitó a subirme a aquella camilla—.

Asentí y me puse cómoda. 

— Qué lindo anillo —miré mi dedo anular con el recién nuevo anillo que me había dado hace un par de días—.

— Si... tiene buen gusto.

— Pues claro, te tiene a ti —bromeó—.

Sonreí.

— Se que no somos cercanas, pero me da mucho gusto verte a ti y a Song juntos.

Asentí, agradeciendo su calidez 

— Algún día quiero igual conocer al amor de mi vida en el hospital

Reí.

El amor de mi vida. Eso es una fuerte manera de decirlo... 

Me sentí culpable cuando de inmediato mi mente recordó a mi exnovio. Mordí mi mejilla. Basta. Estos pensamientos intrusivos no hacían nada mas que incomodarme. 

— Algún día, Karina —le deseé lo mejor—.

Descubrí mi abdomen y sentí como colocaba el frío gel.

— ¿Lista? —preguntó tomando el transductor, asentí—.

Miré la pantalla con atención mientras esta movía el aparato sobre mi vientre.

Finalmente divise algo reconocible.

— Ahi esta... —susurró—.

Mi corazón latia en mi garganta, en shock, sin poder creer la escena que estaba sucediendo.

Pero su ceño fruncido envió una ola de frío por todo mi cuerpo.

— Recuerdame por favor cuantas semanas tienes... —preguntó—

— Siete...

Asintió. Oprimio varios botones, y pude ver como daba zoom a la imagen y hacia mediciones.

— Karina...

Su silencio llenaba la habitación.

— ¿Qué es...?

Volteó el monitor un poco, para que pudiera ver mejor.

— Este es el embrion —dijo señalando un par de puntilleos blancos en la pantalla— tiene un tamaño menor al esperado pero eso hasta cierto punto no es un gran dato de alarma.. 

Asenti.

— No logro encontrar un latido —susurró, buscando con el transductor—.

Mi garganta se cerró.

— ¿Qué...?

Permanece un minuto mas buscando un latido, y yo la miraba ansiosa. Finalmente selecciona unos botones y sale una tirilla de fotografías de aquella computadora y aleja el transductor de mi. Para después pasarme una servilleta, con la cual limpié mi abdomen.

— No he logrado encontrar un latido —dijo seria— pero podría ser por el tamaño... le daremos una semana más y regresas a otro ultrasonido, ¿si?

— Pero... ¿no debería ser ya detectable...?

Asintió.

— Puede ser que tengas menos semanas... 

20 cm // Timothee ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora