XIII

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Timotheé:
— ¡Papi! ¡Pasame la pelota!

Tome esta que recién rebotó contra la caliente arena y se la lancé con cuidado de vuelta. Topándome con la silueta de Madison sentada en la orilla de la playa.

— ¿Puedes jugar sola un poquito? Papi necesita hablar con la doctora

— ¿Está triste? —preguntó con un puchero, preocupda, asentí—.

— Eso creo...

— Esta bien. Me cae muyyy bien. No quiero que este triste...papi ¿puedes hacer que no este troste?

Asentí con ternura.

— Entonces... ¡Ayoz!

Se despidio antes de correr de vuelta a la palapa donde descansaban todos sus juguetes de arena.

Una vez me aseguré de que Lizzie, la niñera/enfermera que contraté para que nos apoyara aqui, estaba observándola de cerca, me hice camino a Maddy, sentándome a su lado.

La morena tenia los ojos cerrados. Su cabello volando con la brisa del mar y el cielo naranja a punto de oscurecer haciendo su piel brillar. Se veía increíblemente hermosa, aunque su aura irradiaba tristesa.

— ¿Estas bien? —pregunté sin rodeos—.

Asintió.

— Solo estoy... pensando

— ¿En que piensas?

— Nada.... Y todo. Nada en particular —negó algo fuera de si misma—.

Mantuvimos el silencio unos momentos, con solo el sonido de las olas chocando de fondo.

— Es muy linda....  —susurré—.

Esta elevó una ceja.

— ¿Quien? ¿yo?

Rei, sintiendo mis orejas arder.

— La vista... decía —reí—.

— Uy...

— Bueno, tu también p-pero me referi...

— Timothée... está bien, solo te estoy molestando —se burló—.

— Dios... —negué apenado— realmente ya no tengo nada de labia.

Y no era mentira.  Antes era un coqueto, y ahora tartamudeo hablando.

— Está bien, no es cómo que lo necesitas.

Asenti. Sintiendome extrañamente rechazado.

— Kang Song me llamó —confesó—.

— ¿Y...? 

Suspiro antes de dejar su cabeza caer en mi hombro. 

— No le contesté....

Asenti, feliz de ello.

— Pero me dejo un voicemail
— ¿Que dice?
— No me he dignado a escucharlo.
— No lo hagas.
Negó sacando su celular.
— Solo estaba esperando a no sentirme tan sola para escucharlo...

Alcé la ceja.
— ¿Lo dices por mi?
Negó
— No, por los millones de peces nadando en el mar ahorita —dijo sarcásticamente, reí— si, por ti.

Sonrei ahora mas relajado.

— Me alegra saber que sirvo de algo

Desbloqueó el telefono y finalmente reprodujo el buzon de voz mientras aun seguia recargada en mi hombro.

"Hola Madison.... Te fuiste ... y sin decirme a donde. ¿Renunciaste o te diste una licencia?...

Nadie me dice la verdad... estoy preocupado por ti..."

20 cm // Timothee ChalametDonde viven las historias. Descúbrelo ahora