Flotantes Pétalos Negros (Drarry) [Spanish Ver]

El Dúo de Idiotas Más Granger

'Al final se rendirían'.

Después del fracaso de intentar convencerlos durante la cena, eso fue lo que Draco se fue a dormir creyendo.

Pero durante dos días seguidos, cuando fue a despertar a Blaise y Theo, Draco se encontró con que estaban durmiendo sobre los pupitres con los libros delante. Draco se apresuró a lanzar un encantamiento antidormido, sintiéndose aunque culpable de que tuvieran que pensar que tenían que ocultarle sus investigaciones. Cuando envió a su búho real a ver cómo estaba Pansy, Leia volvió con la noticia de que estaba en la misma situación.

Así que, después de perder la paciencia con el equipo el lunes, Draco abandonó el entrenamiento para buscarlos y disculparse por haber planteado siquiera la posibilidad de abandonar.

Y, como era de esperar, estaban escondidos en la biblioteca.

Draco suspiró aliviado cuando vio el familiar pelo negro, cogiendo un libro al azar de la estantería mientras se dirigía hacia ellos. "Blaise, no vas a creer lo que Urquhart intentó-" Draco se detuvo en seco. "Potter".

Potter levantó la vista de donde estaba torpemente, con Weasley y Granger a su lado. Parecían estar enfrascados en una acalorada discusión con los amigos de Draco, que lo miraban con horror. Fue entonces cuando Draco se dio cuenta de que no se había molestado en lanzar un encantamiento de limpieza y, por lo tanto, su ropa tenía una mancha roja bastante desagradable.

"Ketchup", soltó Draco. Blaise, Pansy y Theo se relajaron de inmediato y sus varitas bajaron una mínima fracción. Entonces Draco se dio cuenta de lo fuera de contexto que estaba desde la perspectiva del Dúo Idiota más Granger. (Granger era una excepción al insulto, ya que obviamente es la más brillante de los Gryffindor). "Quiero decir que Urquhart no podría alcanzarme. Conmigo, quiero decir". Entonces se aclaró la garganta. "Potter, esta es una conversación privada. ¿Qué haces todavía aquí?"

"Estábamos hablando primero-"

Draco se burló. "¿Todavía sigues con el pasado, chico de oro?" dijo Draco. Lanzó un rápido encantamiento y se encaramó a la mesa. "Sinceramente, algunos de nosotros estamos madurando. ¿Quieres guardar tu trauma de la infancia para otro día?"

Los ojos de Potter brillaron peligrosamente. Pero las palabras de Weasley lo detuvieron.

"No vale la pena, amigo".

Algo en Draco se quebró ante eso. ¿No valía la pena? "Lárgate, Comadreja", siseó.

Esta vez, la palabra de Weasley no fue suficiente para contener a Potter. Lo cual estaba bien, ya que Draco también tenía algo de adrenalina de la que necesitaba deshacerse. Cuando Potter le lanzó un puñetazo a la cara, Draco se apresuró a bloquearlo y lanzar un corte propio. Potter no tuvo tanta suerte; retrocedió a trompicones, pero antes de que pudiera tomar represalias, Blaise tiró de Draco hacia atrás.

"¿No puedes aguantar ni un golpe, Malfoy? Sigues siendo un hurón asustadizo, ¿verdad?"

Draco se lanzó hacia delante.

"¡Draco! ¡Draco! Detente". Blaise le rogaba que lo dejara en paz -sin duda, su temor a que las emociones exacerbadas de Draco le devolvieran toda la fuerza del Hanahaki. Pero su preocupación sólo alimentaba la ira inquebrantable de Draco. Ser transfigurado en hurón no era un paseo fácil en el invernadero. Fue física y mentalmente agotador: que le reestructuraran los huesos y le destrozaran la mente como si lo estuvieran cruciando casi lo mata. Y escuchar a Potter, de entre todas las personas, desechar su dolor hizo que Draco se pusiera rojo.

"¡Déjame ir!"

No sabía por qué se retorcía.

¿Por qué le importaba tanto la opinión de Potter sobre él?