Sobre Soñar

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Salir con Harry hacía que Draco sintiera que estaba soñando.

Se sentía como si estuviera viviendo un sueño en el que ocurrían cosas imposibles todos los días. Se sentía como si no tuviera más remedio que vivir de forma imposible, y sin embargo, Draco no quería despertar nunca.

Él y Harry habían hablado un poco más de todo lo que había entre ellos– el Hanahaki, el sacrificio y cosas por el estilo– durante las últimas semanas, y Draco sentía que su vínculo era ahora más que fuerte.

Por aquel entonces– antes de que Harry se descubriera y Draco lo besuqueara a fondo con Blaise en segundo plano, resentido por ser el tercero en discordia– había habido algo entre ellos. Algo que les impedía ser completamente sinceros y felices el uno con el otro. Algo relacionado con sus sentimientos mutuos.

Sus inseguridades, formadas por el imposible conjunto de normas de sus figuras paternas (no tan paternas para Harry y sus parientes muggles), habían sido un enorme dolor de cabeza para ambos. Les dificultaba la comprensión de muchas cosas. A falta de mejores ejemplos: la forma en que Harry no entendía por qué Draco podía encapricharse de él y la forma en que Deaco no podía entender por qué la gente lo quería vivo.

Pero ahora era diferente.

Definitivamente diferente.

El pecho de Draco ya no se sentía pesado al ver a Harry sonreír. Ya no se sentía sin emociones ni distanciado. No había un sentimiento persistente que le dijera que Harry aún le guardaba rencor. Draco sintió que se le permitía tomar a Harry de la mano sin el temor de que Harry lo hiciera por lástima y estupidez. Podía acercarse a Harry para darle un beso cuando quisiera.

Sin embargo, no todo era dorado.

Hubo algunos momentos en los que Draco pensó que Harry todavía le tenía lástima, y definitivamente hubo algunos momentos en los que Harry no tenía ni idea de que Draco estaba tan enamorado de él.

Sin embargo, Draco solía recordar que era él quien había pillado a Harry en una posición vulnerable. Fue él quien besuqueó a Harry a fondo aquel hermoso día en la Torre de Gryffindor, y fue él quien le pidió a Harry que pusiera una etiqueta a lo que eran. Y Harry se lo había permitido todas esas veces.

Y Harry le había dicho una vez que cada vez que se sentía un poco falto de amor, Harry recordaba que Draco había tenido la enfermedad del Hanahaki primero, y entonces recordaba que el sentimiento era mutuo mucho antes de que él mismo se diera cuenta de que estaba enamorado de Draco.

Su primera afirmación hizo que Draco lo atrajera inmediatamente para darle un fuerte abrazo, mientras que la segunda le valió una avergonzada palmada en el brazo.

Sus dificultades se resolvieron tan fácilmente que Draco casi no podía creerlo.

Y apostaría con gusto cien galeones a que Harry sentía lo mismo.

En un buen día, estaría dispuesto a triplicar esa apuesta.

Especialmente durante ese lunes– esto le hizo creer que los lunes eran capaces de ser días buenos– en el que Harry admitió que había querido besar a Draco tantas veces a lo largo de su amistad. Harry había creído anteriormente que Draco estaba interesado en otra persona y, por lo tanto, se negaba a ceder y a hacer las cosas bonitas y románticas que quería hacer con él. Sin embargo, ahora que eran novios, Harry se alegró de notar que se le permitía obligar a Draco a hacer todas las cosas bonitas y románticas que quisiera.

A Draco, secretamente, no le importaba.

A Harry le había gustado especialmente saber que las "cosas bonitas y románticas" también incluían citas privadas en la biblioteca. Más de una vez se alejaron de su grupo de amigos para esconderse en la biblioteca y simplemente leer libros juntos. Muchas de esas veces, se acercaban a la mesa donde los padres de Harry habían grabado sus nombres, y Draco leía a su lado en silencio mientras Harry hojeaba el libro de imágenes de su familia.

Flotantes Pétalos Negros (Drarry) [Spanish Ver]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora