Un Chico Puede Soñar

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Era tarde cuando regresaron al ala del hospital. Ni siquiera tres constelaciones en– bien, Draco se había tomado su tiempo en contarle a Harry todo sobre cada una de las constelaciones y estaba tan entusiasmado en contarle los nombres de sus antepasados que perdió la noción del tiempo– Harry empezó a dormitar. Aunque Draco tenía ganas de echar las manos a la cabeza porque Harry era el que había preguntado, no se quejó mientras caminaban por los pasillos muertos. Es cierto que no se quejó porque seguía describiendo emocionado a Cefeo con Harry, que asentía sin apartar la vista de Draco ni una sola vez.

Se metieron en la misma cama, sin querer levantar sospechas al despertarse en la misma cama. Desde luego, Draco tampoco se quejaba de eso. Disfrutaba más bien de ver a Harry dormirse y pensar en varias cosas antes de que el sueño lo reclamara. Bueno, también ayudaba que Draco estuviera bien acostumbrado a la cálida mano que envolvía la suya (después de todo, era como un mini abrazo).

Por la mañana, cuando Draco se despertó y se dio cuenta de que Harry le había dejado, estuvo a punto de tirarse por un precipicio y le dio otro ataque de sangre. Pero entonces Harry apareció de la nada, arrastrándolo decididamente fuera del Ala de Hospital una vez que le dio a Draco dos minutos para arreglarse la túnica. No era tiempo suficiente, pero Harry se negó a darle más. El bastardo ni siquiera le dio a Madam Pomfrey la oportunidad de suplicar a Draco que la dejara llamar a algunos sanadores de San Mungo o de contarle los detalles de la enfermedad.

Aunque, Draco tenía que darle a Harry algunos apoyos: después de todo, se despertó con Harry sonriendo como si colgara la luna y las estrellas al cielo.

'Hoy será un buen día'.

"¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Por qué estás así?" preguntó Draco. Harry había dejado por fin de arrastrarlo fuera del Ala Hospitalaria, pero ahora estaban de pie en el patio casi vacío. "Así que... ¿raro?"

Harry puso los ojos en blanco. "No estoy siendo raro. Estoy contento. Todo está finalmente bien y tenemos a Snape a primera hora–"

"Muy bien, ¿quién eres y qué has hecho con Harry?"

"No seas tan imbécil".

El embobamiento de Draco no cesó. Por un momento, creyó no haber escuchado bien, pero la expresión molesta y exasperada en el rostro de Harry le dijo lo contrario. "No puedes culparme exactamente. Si mi memoria no me falla, no te gusta precisamente Severus".

"Para ser justos", interrumpió Harry, "no sabía que era capaz de no ser un baboso".

Ante eso, Draco soltó una risita. "Sí que lo parece, pero Severus es capaz de ser un individuo cariñoso".

"Estoy bastante seguro de que es sólo para ti".

"Y tiene una rutina capilar bastante respetable. Su pelo no es de ninguna manera 'baboso'", añadió Draco, lanzando una mirada a Harry cuando parecía querer refutar esa afirmación. "Olvida a Severus y su pelo por un momento. Por qué estás tan mareado hoy?"

Harry sonrió con satisfacción, algo que debió de aprender de Blaise o de Theo mientras Draco estaba inconsciente. Le sentaba ridículamente bien, pero Draco no estaba dispuesto a admitirlo en voz alta y arriesgarse a que le explotara la cabeza por toda la vergüenza autoimpuesta.

"De acuerdo, bien. Anoche fue bastante divertido y, mientras dormías, me di cuenta de que podíamos gastar una broma a nuestros amigos a primera hora de la mañana. Obviamente, no saben que estás despierto desde ayer, así que pensé que sería muy divertido si esperábamos hasta que fuera casi la hora del desayuno– que es cuando te han visto por primera vez estos dos últimos días– y les dábamos un susto de muerte."

Flotantes Pétalos Negros (Drarry) [Spanish Ver]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora