Capítulo 11. Si tan solo...

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Bakugou

No sé por qué carajos esa mosquito se cree que puede tener tantas libertades con MI NOVIO, pero cada vez que puede, se le aparece, como la plaga que es, hasta querer adentrarse en sus retinas bicolor. Para colmo, el muy estoico no establece una distancia porque "un sempai debe servir de ejemplo".

¡Ejemplo mis... !

Ejemplo de ponerla en su lugar, es lo que haré.

Y tal y como pensé, la oportunidad se presentó mucho antes de lo que imaginé.

– ¡¿Con esa boca besas a tu novio?! – Había conseguido ahuyentarla haciendo uso de cuanto calificativo se me ocurriera, que ni por lejos llegaba a describirla. Estaba más que harto de verla cerca de Shoto.

La insulsa tuvo la osadía de robarle un beso en la mejilla a MI NOVIO mientras yo estaba ahí, sin el más mínimo decoro que, a juzgar por su expresión, no era algo que él esperara. Estaba considerando seriamente en aplicarle yo mismo la pena de muerte.

– ¡Por supuesto! ¿Y sabes qué es lo mejor? – Colocándome en frente de ella, destacado nuestra diferencia de altura; era más que evidente que no estábamos al mismo nivel. – ¡Que le encanta! – Estaba tan roja que fácilmente habría competido con un tomate.
– Katsuki, solo me estaba pidiendo un consejo. – apoyando su barbilla en uno de mis hombros
– ¿Y por qué tiene que estar tan encimosa? – haciendo una barricada entre ambos
– No soy encimosa. – Dando un pisotón, cual mosca. – Solo sé apreciar la buena compañía, a diferencia de otros...
– Pero él aparentemente no, y por eso estoy aquí – de pronto, se estaban aglomerando los extras
– ¿Lo dices por ti? – La insecto tenía agallas, debía admitir. Nada que estamparla en una pared no arreglara.
– Veamos si eres tan valiente cuando te aplaste como un insec– ¡Suéltame!
– Tú también debes poner el ejemplo, Katsuki – Tomando mi mano haciendo uso de su don de hielo para amortiguar mis chispas. – Akemi, – Escucharlo nombrarla, me dio acidez. – espero haberte sido de ayuda con la teoría heroica del deber.
– Aún hay ciertos puntos que no comprendo del todo...– era más que obvio que le estaba coqueteando
– ¡Claro que no! ¡Las moscas no tienen cerebro!
– ¿Qué es todo este escándalo? – Era el zombie que teníamos por compañero de clase – Bakugou, Todoroki; ¿por qué no me extraña? – Lo que faltaba. – Espero estén ahorrándole molestias a nuestro presidente y delegada de clase, enseñándole a nuestros kohais cómo es un alumno ejemplar de esta prestigiosa academia. – Las prácticas le estaban dando resultado, cada vez era más manipulador. – ¿Necesitas ayuda con algo más?
– No... Estoy bien – Ella pareció titubear, a lo mejor conociendo su don. Para algo tenía que servir el siniestro este.
– Es muy parecido al Prof. Aizawa... – los extras comenzaron a murmurar.
– Gracias por el halago, pero él no sería tan condesciende. – Inclinándose para estar a la altura de la chica que, pese al bajo tono de voz, pude escuchar – Si ya todo se aclaró, no creo necesario usar mis habilidades de convencimiento, ¿verdad? – La mosquito palideció para dar la vuelta, sin más. – Espero que los demás tengan un buen día – No había que ser un genio para saber que, cualquiera que respondiera a eso, no tendría dominio de sí.

– Y, ¿ustedes dos? ¿Cuándo dejarán de ser tan llamativos?
– ¡Lo dice quien tiene un par de ojeras por ojos! – dejándome llevar, pero no usó su don en mí
– Te percataste, ¿verdad? – Acercándose a nosotros, una vez la trifulca se dispersó. – Eso, aunque no lo creas, se llama "confianza". Deberías practicarla. – Sé que se refería a Shoto, pero me molestaban demasiado las libertades que la insecto creía tener con él.
– Eres muy oportuno, Shinso. – Sintiendo la calidez de su mano, tomando la mía. – Katsuki y yo no les daremos más problemas. – Habla por ti.
– Quisiera creerles... – Mirando su reloj. – Como sea, ya casi es hora de regresar a clase. ¿Por qué no nos adelantamos?

Eres Importante Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora