Capítulo 19. Firmes Promesas

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Kaori Akemi

Mas allá de las constantes prácticas para adquirir nuestras licencias provisionales y las asignaciones, me costaba creer que, como en otras academias, aquí también se realizaban actividades como las de un Festival Cultural.

Tras al menos dos semanas en las que no podíamos decidirnos, porque para ser honesta, o eran ideas muy estúpidas o imposibles de realizar, una de nuestras compañeras, Yumiya, quien puede proyectar las imágenes mentales de quien toque, nos propuso hacer una experiencia extrasensorial, con la ayuda de Lina, quien se encargaría de atraer a los clientes tras leer sus mentes.

Fue entonces que, haciendo uso de mi buen gusto que propuse hiciéramos un bosque celta encantado, donde nos vestiríamos como criaturas mágicas, que guiarían a los visitantes. A los demás les encantó mi idea, cómo era de esperarse, por lo que nos dispusimos a conseguir un vestuario ad hoc.

Pero, más allá de todos estos preparativos, lo que me tenía flotando, literal y figurativamente, era saber que Todoroki–sempai al fin se libró de la bestia que siempre estaba con él, y eso me hacía infinitamente feliz.

Después de todo, era cuestión de tiempo para que ocurriera, digo, ¿quién podría estar con alguien que todo el tiempo se la pasa llamando "extras" a los demás y gritando por todo? ¡Es insufrible!

No tenía ni la menor idea de lo que pasó en la misión, pero, fuera lo que fuera, me permitía ahora poder acercarme a él, y me encargaría de que nadie más lo hiciera.

Fue en uno de los recesos cuando me pude acercar a él, quien estaba leyendo un libreto. De buena fuente (mejor conocida como Lina) me enteré de que la clase 2–A de héroes haría una obra de teatro con temática de fantasía medieval y, esa era la perfecta excusa para ayudarlo a ensayar sus diálogos. Sin embargo, el papel que le tocó no le hacía justicia.

Solo a un tarado se le ocurriría permitir que actuara como un simple rastreador, ¡si era más que obvio que cumplía con todos los requisitos para ser un príncipe!

Como sea, eso no sería obstáculo para compartir con él todo el tiempo que fuera necesario para que nos acercáramos a un punto irreversible, donde sólo tuviera ojos para mí.

– ¡Hola, Todoroki–sempai! – me presenté mostrándole una amplia sonrisa
– Hola, Akemi – me saludó, con su monotónico timbre, salvo que esta vez, me pareció algo sombrío. Tenía que hacer algo para animarlo, y no había nadie mejor que yo para iluminar sus días.
– ¿Qué haces? – sentándome a pocos centímetros de él
– Repaso mis líneas para la obra que presentaremos en el Festival Cultural. – Esperaba estarlo sobre analizando de más, pero, sus ojos se veían distantes.
– Me encantaría ayudarte. – Colocando delicadamente mi cabello detrás de mi oreja. – Digo, tengo buen ojo para detectar el talento histriónico, y puedo decir que tú tienes de sobra – aunque con el papel que tienes, se desperdicie.
– No creo que sea conve–
– ¡Descuida! – subiendo mi mano derecha en señal de juramento. – Mis labios están sellados. – Llevando mi dedo índice a mi boca, guiñándole un ojo. – Será nuestro pequeño secreto. – Aunque, si quisieras hacerlo oficial, sellándolos con los tuyos, estaría más que encantada, y más en esta área de la academia, donde no solían transitar inoportunos.

Dudó por unos segundos, pero luego accedió, aunque no fuera en lo que estaba pensando.

Tomó una profunda bocanada de aire y, comenzó a recitar sus líneas que, para ser un rastreador, además de hablar más de lo que pensé, no parecía ser un personaje tan irrelevante después de todo. Quizás si le haya tocado un papel a su altura.

Eres Importante Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora