Capítulo 12. Brillante Declaración

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Tsunomoto Kaname

Apenas pude llegar al cuarto lugar en el Festival Deportivo y entonces entendí que, más que fuerza, necesitaba mejorar mi coordinación, por lo que, por el momento, estaba aumentando la cantidad de objetos que puedo controlar sin perder el control, y no tanto en su peso.

Al menos podría practicar con la que actualmente ostentaba el primer lugar de este año.

– ¡Hey! – Aunque era un fastidio. – ¡Estoy aquí! – Apareciendo delante de mí para picarme la nariz – Cada vez más lerdo.
– Realmente, no sé qué te ven. – Mientras sus admiradores le ofrecían porras.
– Lo mismo digo. – Señalando detrás de mí.

Debo admitir que no estaba acostumbrado a esto. Después del festival deportivo, había un grupo de chicas que con frecuencia venía cuando entrenaba y que aplaudían mi desempeño.

– Oye, ¿por qué no le das la oportunidad a algún desdichado detrás de ti en vez de ir por alguien que, no sé, no está soltero? – Esto último hizo que me arrojara una considerable cantidad de pelotas que, detuve sin dificultad.
– Lo dice quien rechazó tres confesiones la semana pasada – devolviéndole los proyectiles esféricos – ¿Qué? ¿Nadie te merece?
– ¿Lo dices por ti? – Había chicas muy lindas en la academia, debo admitir, pero no quería distraerme.
– ¡Claro! – apareciendo detrás de mí, haciendo que gran parte de las pelotas cayeran. – ¡Solo Todoroki–sempai es digno! – A juzgar por su pareja, ese chico era un imán para alborotadores... Y era uno también.

Y pensar que por culpa de esta escandalosa que me gasto de amiga, coincidiría con ella, Yaoyorozu Momo, aunque me hubiera encantado que fuera en otras circunstancias.

Antes la había visto acompañada de un par de chicas, una invisible y la otra de cabello malva. Exhumaba ese aire angelical al caminar y, hasta donde sabía, además de ser la delegada de su problemática clase, también era la que tenía las calificaciones más altas.

Verla caminar era todo un deleite a los ojos y su destreza en pelea era majestuosa e impecable.

Delicada y ágil en combate, su don es indiscutiblemente impresionante. Ya quisiera yo crear cualquier cosa que imaginase.

Era inalcanzable.

– Se te van a salir los ojos espiándola – la impronta de Kaori hizo que elevara todo lo que tenía en frente por el susto. – Al menos tienes buenos reflejos. – Volviéndolos a colocar en su lugar.
– No la estoy espiando...
– En absoluto. – Recostándose en mi pupitre – Verla día sí y día también, esperando volver a rescatarla de algún aperitivo volador.
– Por tu culpa, casi se inicia una pelea de comida.
– No fue para tanto. Además, si no fuera por mí, jamás se habrían hablado... Claro, si a eso se le puede llamar una conversación.
– Al menos yo no ando por ahí causando alboroto por alguien que ya tiene pareja.
– ¡Esa mecha andante no lo merece! – cambiando radicalmente de humor – Pero ese no es el punto. ¿Cuándo le volverás hablar?
– ¡¿Qué?! ¡Ni loco! – no soy ni de lejos un prospecto para ella.
– ¿Y por qué no?
– No creo ser su tipo... – No estaba seguro, pero quizás su tipo es más bien intelectual, como el chico de cabello azulado con lentes con el que siempre está.
– ¿Y cuál es su tipo, según tú?
– ¿Sabes qué? – levantándome de mi asiento – Esta conversación no va a ningún lado. – Dirigiéndome a la salida, solo para que se apareciera delante de mí. Ella suspiró profundamente antes de continuar.
– Es la primera vez que veo que estás interesado en alguien más y quiero ayudarte.
– Ah, ¿sí? ¿Cómo?
– Mira el calendario .
– ¿Qué se supone que deba ver? – poniendo los ojos en blanco, apareciendo delante del objeto
– Dentro de poco será San Valentín – Estaba muy emocionada – Vas a escribirle una carta – Apareciendo delante de mí, de nuevo – Porque, como cocinero, la matarías. – Confesó, con una mueca.
– ¿Y me crees mejor poeta?
– El mal gusto no ha matado a nadie, creo... Como sea, ¡debes dar el primer paso! – Mira que terminar recibiendo consejos románticos de alguien que rechaza a todos, es contradictorio. – Con mi vasta experiencia recibiendo cartas, te ayudaré a escribir la tuya.
– No lo sé. ¿Por qué la mía destacaría sobre el resto de montones que de seguro recibirá?
– Porque yo te ayudaría a escribirla, ¡dah!
– No lo sé, Kaori... – Nunca había hecho algo parecido.
– Al parecer es demasiado para ti... ¡No hay esperanza! – Era excelente actriz. Comenzó a lamentarse dramáticamente, dando vueltas ligeramente; reminiscencias de uno de sus pasatiempos, el ballet – ¡¿Qué podemos esperar de un aspirante a héroe... – desapareció antes de terminar su cuestión, y estaba tardando en aparecer. Eso no era algo bueno. – ....que no puede escribir unas cuantas líneas para la chica que le gusta?! – Golpeando mi nariz.

Eres Importante Para MíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora