Aғᴛᴇʀɢʟᴏᴡ¹ || Ikaris [The Eternals]

05

—Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 05—

575 A.C

BABILONIA

El sol estaba en su punto máximo, eso hacía que las personas se refugiaran en la sombra que proporcionaban las casas y construcciones alrededor de la ciudad de Babilonia, los eternos habían construido la ciudad para cuidar y proteger a los humanos de los desviantes, cada día eran menos y eso les alegraba, además que habían pasado varios siglos desde que pisaron este planeta y la relación entre todos ellos se desarrolló.

Gold observó a Ikaris a lo lejos hablando con unas personas en su lengua nativa que a decir verdad le había costado demasiado aprender, era de memoria buena pero las cosas a veces se le dificultaban.

─ Cuidado que se te cae la baba ─ Sprite pasó caminando enfrente de ella llamando su atención.

─ No creo ser la única a la que se le cae la baba ─ alzó una ceja dejando con la boca abierta a Sprite, creía que había sido discreta a la hora de comérselo con la mirada.

─ ¿Se nota? ─ preguntó ella en un hilo de voz.

─ La realidad no lo sabía pero me lo acabas de confirmar ─ la sonrisa inocente que surgió en la cara de Gold fue suficiente para que Sprite bufara y creara una ilusión en donde apuñalaba a Gold.

Esta retrocedió al ver el cuchillo en su piel chocando con alguna pared de una casa, abrió la boca observándolo e intentó sacárselo pero cuando su mano tocó el cuchillo este desapareció.

Volteó a ver a Sprite que tenía una sonrisa de victoria.

─ No entiendo como cabe tanta maldad en un cuerpo tan chiquito ─ la rubia se quejó tocándose ese lugar de la visión

─ De la misma manera que cabe en el tuyo ─ atacó la pelirroja

─ Touché

Una persona que estaba pasando por ahí se arrodilló ante ellas, era muy común verlos hacer esto. Gold negó tomando del hombro a Sprite y agradeciendo en su idioma mientras el hombre la señalaba a ella y luego al oro que traían en unos cuencos pidiéndole que lo tomara a lo que la rubia se negó con cuidado.

La historia detrás del oro era simple, cuando llegaron unos años más tarde como en 4000 antes de cristo fue que lo hallaron, el joven que lo encontró llegó corriendo hacia la aldea en la que vivían y la señaló a ella. Druig le tradujo que esa piedra se llamaría así por su nombre.

Estaba hablando con Druig sobre las cosas que había encontrado en la selva. No era que me gustara mucho explorar pero algo tenía que hacer para matar el aburrimiento si no había desviantes a los cuáles matar.

─ No entiendo que haces metiéndote a esos lugares ─ Druig se quejó observándola como siempre lo hacía

─ Oh, vamos. Soy la eterna "más poderosa" según ustedes ─ Gold extendió sus manos señalándose