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—Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 11—

—Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 11—

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100 D.C.

ROMA

Estaba cansada, totalmente cansada de vivir en el mismo lugar. Las caras no eran las mismas y la gente seguía creyendo que eran dioses que habían venido a salvarlos, algunos, otros creían fielmente en Dios y todas esas cosas.

Caminó por la orilla de un acantilado mientras pensaba si dejarse caer o seguir caminando ya que había escuchado un ruido que conocía a la perfección. Siguiendo su instinto se dejó caer y mientras caía observó cómo un desviante pasaba arriba de ella, justo donde estaba.

A punto de chocar contra unas de las rocas filudas que se encontraban en la orilla de la playa se elevó hacia el desviante tomándolo por sorpresa y llevándoselo más arriba. El desviante en defensa mientras Gold iluminaba sus ojos en dorado y apretaba su mandíbula le clavó las garras en la cintura haciendo que un jadeo saliera de sus labios.

No había nadie a la vista y se dejó caer cuando las garras salieron de su cuerpo mientras pensaba rápidamente en una manera de matarlo. Agarró vuelo de nuevo mientras el desviante venía hacia ella y extendió sus manos para hacer un escudo enfrente de ella.

Esto hizo que el desviante se estampara y Gold aprovecho el aturdimiento de este para iluminar sus ojos y dejar que el aura dorada saliera de sus manos disparando directamente hacia este haciéndolo perder un ala.

Gold llevó su mano izquierda hacia las heridas y tocó empapándose de sangre que la hizo fruncir el ceño.

Todo esto porque ya no usaban sus trajes desde el año cero, realmente era un fastidio ir con trajes a todos lados y Ajak había dicho que lo mejor era dejar de hacerlo, estos contenían tecnología más avanzada que no permitía que las heridas fueran tan graves.

Extrañaba su traje en estos momentos por primera vez luego de cien años.

El desviante cayó a la tierra y Gold aprovechó para apoyarse en esta mientras de sus manos salía el aura directamente hacia el desviante y separando sus manos lo más lejos que pudo lanzó una bola dorada que terminó por convertirlo en polvo en la parte del pecho haciéndolo caer.

Se removió incómoda ante las heridas y se dejó caer junto al cuerpo de su adversario.

Esto pasa por no ser prevenidos con los ataques, aunque pudo con él y eso la hace sentirse orgullosa. Rueda para poner sus manos en la arena e impulsarse para levantarse cuando unos brazos la ayudan sosteniéndola de los antebrazos parándola enseguida.

Reconocería a el dueño de estos dónde fuera, era algo que nunca se iría de su mente así los años pasaran y ellos no hubieran tenido algún contacto de piel.

─ ¿Estás bien? ─ Ikaris ayudó a Gold a levantarse observando el desastre que había hecho mientras la ropa se le pegaba en la parte de su cintura y la tela blanca se volvía roja rápidamente ─ Diablos Gold, ahora sí te lastimó.

Aғᴛᴇʀɢʟᴏᴡ¹ || Ikaris [The Eternals]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora