Aғᴛᴇʀɢʟᴏᴡ¹ || Ikaris [The Eternals]

34

—Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 34—

Pelear con un amor verdadero es boxear sin guantes.

Así lo estaba sintiendo en estos momentos, cada golpe que dirigía hacia el eterno le afectaba y dolía, como si la que estuviera recibiendo el golpe de su vida fuera ella.

Para Ikaris era igual o peor, no sabía si podría hacerle algo más allá de aventarla con sus rayos, había dicho que mataría a todo el que se opusiera en su camino, pero estaba dudando de aquello al ver al amor de su vida peleando contra él.

¿Por qué tuvo que romper lo que ama tanto?

Era la duda que más generaba su cerebro, si tanto la amaba ¿por qué estaba haciendo esto? ¿Por qué ataba las manos de ambos detrás de su espalda?

Gold le lanzó una de sus esferas lanzándolo al suelo mientras se acercaba para rodearlo con su aura, sus ojos eran del color violeta más fuerte que había visto y le generaba pesar a Ikaris saber que Gold estaba teniendo un ataque.

― Podría matarte en estos instantes ― murmuró moviendo sus dedos, mostrándole a su esposo su aura.

― No lo harías.

― ¿Tú lo harías? ― Gold preguntó tragando grueso, no sería capaz.

― No quiero hacerte esto, no quiero perder esto contigo. Sé que es mi culpa, lo siento, pero no puedo dejar que sigan con su plan ― y volviendo a pedir perdón en su interior lanzó sus rayos hacia Gold que lo más rápido que pudo se cubrió con su antebrazo el rostro recibiendo el impacto.

Salió volando hacia el suelo, cayó y alejó su brazo de su rostro sollozando al notar que esto era todo, era el fin de algo que les había tomado tanto tiempo construir, era el final de su historia de amor dándole paso a una nueva etapa en dónde uno o ambos saldrían lastimados.

Tantas cosas que pasaron, tantas incertidumbres, percances y contratiempos en el camino parecían nada comparado a esto. Les había costado años estar juntos para destruirlo en un segundo.

Pero ella no era la culpable.

Sus ojos volvieron a ser cafés liberando a Ikaris que voló observándola tirada, era su debilidad, debilidad que debía de destruir, pero que no lo haría porque terminaría destruyéndose a sí mismo.

Voló hacia los demás dejando a Gold ahí, sin querer moverse y pasando por una crisis emocional en dónde no podía dejar de llorar ¿por qué todo era tan complicado?

Todo se había complicado en esta semana.

― Druig murió ― Ikaris dio la noticia siendo escuchada por Gold que sintió su cuerpo pesado, como si no pudiera respirar y empezó a querer inhalar aire enderezándose mientras sollozaba más fuerte.