Capítulo 2: Rusia

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Amara

El viaje fue corto, con el jet de la familia no fue difícil llegar a Rusia y el que todo el personal haya estado activo facilitó las cosas para llegar lo más antes posible.

Muerdo mi dedo índice mientras el coche me lleva a la mansión que tenemos aquí, hace años no veníamos y es porque a mamá no le gusta venir en lo absoluto pero cuando de acompañar a mi padre se trata, viajaría hasta el mismo infierno.

Apenas se estacionó el auto bajé para encontrarme a papá cruzado de brazos en la entrada, con una mirada gélida en el rostro, la idea de que yo viaje a Rusia no le debe haber alegrado ni un poco y es que a veces es tan sobreprotector que se olvida de que algún día tomaremos las riendas del negocio y que debemos enterarnos de todo lo que sucede para estar listos cuando lleguemos al mando.

Trago saliva y avanzo con la mirada en alto, por más que sus ojos penetrantes transmitan ganas de asesinarme ahora mismo.

- Hola papi...

Bufa con incredulidad.

- ¿Hola papi? ¿Enserio vienes a saludarme así como si nada? ¿Te das una idea de lo furioso que estoy contigo ahora?

Ruedo los ojos por su dramatismo.

- Papá, sabes que no iba a dejarte aquí sin ayuda y solo, además quiero ver a mamá.

Suspira resignado, no es como si le fuera a obedecer.

- Ven aquí princesa.

Abre sus brazos y me tiro a ellos envolviendo los míos en su cuello mientras dejo que me eleve en el aire con su usual amor paternal.

- Te extrañé mucho.

- Yo también papi.

Me adentro con él a la mansión mientras le pregunto por mamá.

- Está arriba, en nuestro cuarto- suspira y veo sus ojos tristes.

- Ey....¿Qué pasa?

Niega.

- No sabes la desesperación que sentí al verla ahí, Mar, se estaba muriendo en mis brazos.

Los ojos se me cristalizan de solo sopesar lo que significaría que ella muriera.

- Mi mamá es fuerte, ella estará bien.

Se sienta en el sofá y aprieta el tabique de su nariz.

- Papá, no te veo bien ¿pasa algo más?

- Estoy intentando averiguar quién fue el responsable, Ángelo te habrá dicho los que me hacen ruido pero no lo sé hace tiempo que no tenía disputas con nadie y esto de me hace extraño.

- Si...he pensado que podría ayudarte con eso.

Niega.

- No. No hay manera que tú te metas en esto, le dije a Ángelo que no quería que vinieras pero sabía que era caso perdido y que no le harías caso, ahora yo te pido que no te metas en esto, es peligroso.

Escucho pasos y ambos nos volteamos a ver a mi madre que baja de las escaleras con cuidado.

- ¿Qué carajos haces levantada?- exclama papá enojado.

Mamá cruza los brazos en su pecho mirándolo desafiante.

- Estoy bien y no me hables así Francesco.

Uy....problemas en el paraíso.

- ¡Princesa!- exclama al notarme y yo no tardo en ir hasta ella abrazandola con cuidado de no lastimarle las heridas.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora