Alexandre
La impaciencia me carcome mientras Marina me cura la herida, necesito volver con Ángelo para rastrear a Amara e ir por ella.
- ¿Puedes quedarte quieto?- me regaña ya fastidiada.
Dejo de mover la pierna y la miro con el ceño fruncido.
- Pues entonces apúrate, necesito irme cuanto antes.
Suspira.
- No creo que debas ir por ella- dice colocando la venda- Tal vez así nos evitaríamos problemas, después de todo esto comenzó por su culpa, ya tendrás a tu padre que era lo que querías desde un inicio y cuando te lo devuelvan, ella ya no pintará nada aquí.
Quito el brazo con brusquedad cuando termina de poner la cinta.
- No me interesan tus opiniones- avanzo hacia ella lentamente y se encoge- Amara es mi pareja, está conmigo aunque te duela, y si tú no has podido lograrlo es algo que tienes que superar, pero ten en claro que no la dejaré a manos de un puto psicópata que solo quiere hacerle daño; si quieres irte....allá está la puerta.
Los labios le tiemblan y los ojos se le cristalizan, me alejo suspirando, ella no puede seguir con este amor hacia mí, es insano para ella y molesto para mi relación con Amara.
- No somos una pareja porque tú no lo has querido, te he dado mi amor por dos años, hice todo lo que me has pedido a la perfección y te he acompañado en toda esta odisea desde el inicio, así me pagas, con desprecio y prefiriendo a una recién llegada que a mí.
Niego.
- Nunca te prometí una relación, jamás te dije que estaríamos juntos o algo por el estilo, tú crees que yo tengo una responsabilidad que cumplir contigo pero estás equivocada, me gusta Amara y la quiero conmigo, no espero que lo entiendas pero si que lo aceptes o tendrás que marcharte porque ahora en escala de importancia, ella está sobre todo.
Me marcho sin dejarla hablar, no tengo que seguir perdiendo el tiempo con reclamos innecesarios que no hacen más que hacerme perder el tiempo.
Voy a la sala de planeación apresurando el paso, al entrar veo a Ángelo, Jack, Dylan, Sonia y Nate.
- ¿Ya pudiste rastrear su ubicación?
Un silencio se extiende por toda la sala y sé que eso no es nada bueno, veo la cara de Ángelo, la preocupación está dibujada en su gesto.
- No podemos rastrearla...el último punto donde la perdimos fue en Brandeburgo, parece que le han quitado el chip del brazo.
Intento mantener la calma pero mi pulso se acelera y una llama de incontrolable enojo me hace sentir que me recorre lava por las venas.
- ¡¿ESTAS CONSCIENTE DE LO QUE ESTO PUEDE SIGNIFICAR?!
- Si, Alexandre, soy demasiado consciente de que mi hermana puede estar en peligro.
Niego observándolo incrédulo.
- ¡Vaya, pues que bueno!- exclamo con ironía- Esto es por tu maldita culpa, si me hubieras ayudado, la habríamos quitado de sus manos pero decidiste seguirle el juego a pesar de que sabías que esto era un riesgo, me queda claro que aún sigues siendo un niño inmaduro y que no puedes estar a cargo de esto, también es mi culpa por creer que eras capaz de dirigir una tropa.
Sé que soy duro con mis palabras pero esto ha sido una estupidez y no podemos hacernos los idiotas esperando a que ella aparezca como por arte de magia, no va a poder sola contra toda una banda.
- Pero no te preocupes, yo solucionaré esto y no me andaré con rodeos ni vueltas de niños.
Soy consciente de que solo alargaremos el problema si nos quedamos callados y que tarde o temprano se enterará.
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Amor prohibido
Roman pour AdolescentsAmara Salvatore era lo prohibido. Amara era aquello que atrae, un peligro latente que causaba curiosidad y que ansiaba descubrir. Alexandre Dubois era lo prohibido. Alexandre era aquello a lo que no podía acercarme, era en quien no podía pensar ni i...