Capítulo 7: Al descubierto

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Amara

Acaricio la cabecita del hermoso e imponente doberman.

- Muy malote este bebé hermoso.

Continúo embobada con el perro, la verdad es que son tan admirables, tienen un porte que impone respeto, siempre he querido uno pero con Draco, el golden de mi hermano, me bastaba.

- Necesito que encuentres a Lía Salvatore- suelta de la nada interrumpiendo mis pensamientos.

Dejo de acariciar a Thor, siento que la sangre se me va del rostro e intento recomponerme para que no lo note, las manos se me vuelven puños e intento contener lo que se desata al oír el nombre de mi hermana pequeña.

- ¿Secuestro?- pregunto con cierto tono amargo en mi boca.

Estoy conteniendome por no lanzarme y apuntarlo por haber mencionado que mi hermanita.

- Si, tengo algunos asuntos que atender con su padre y supongo que tener a su bebita me facilitará arreglarlos.

¿Asuntos pendientes con papá?

Sea lo que sea tendré que hablar con él y afrontarme a las consecuencias que traerá que él sepa que yo estoy aquí, es posible que se arme una guerra cuando se entere que mamá sabía pero eso prefiero mantenerlo oculto.

- ¿Para cuando la necesitas?- Debo hablar con papá ahora mismo, necesito que protega a Lía como nunca antes.

- Lo más antes posible.

Asiento tragándome los instintos asesinos que me invaden.

- Te lo conseguiré lo más pronto que pueda.

Doy la vuelta y avanzo con rapidez a la mansión.

Siento que me tiemblan las manos y me pica la necesidad de hacer algo, no permitiré que se lleven a mi sirenita, ella es tan dulce y frágil que no podría resistir estar involucrada en esto.

Lía odia la sangre y la violencia, prefiere el baile y los libros y quiero que siga así, porque ella merece poder estar en paz sin preocuparse por cosas como esta, no elige esta vida como nosotros y lo respeto.

(**)

Al acabar el día nos marchamos a casa.

Voy a mi cuarto y comienzo a llamar a mi padre, me mentalizo en que va a gritarme como un loco pero es algo necesario.

- Hola princesa- saluda apenas contesta.

- Papá, necesito hablar contigo y quiero que estés tranquilo.

Trago saliva ante el silencio de la línea.

- ¿Qué has hecho?

Muerdo mi labio y aprieto el teléfono con fuerza.

- Me infiltre en la mafia de Dubois y averigüe algo que no me gusta un carajo y necesito saber que putos asuntos pendientes tienes con él- suelto tan rápido que me olvide de respirar.

El silencio en la línea me hace tensar, espero el grito y....

- ¡¿QUE HICISTE QUÉ?!

La voz enfadada de mi padre se hace presente y suspiro con el miedo que me abarca.

- Papá es algo grave, si quieres me gritas después pero necesito que protejan a Lía.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora