Capítulo 19: Posesivo

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Alexandre

El abrir los ojos me resulta una completa tortura.

El dolor de cabeza me mata pero logro abrirlos siendo consciente de que me siento algo acalorado.

Miro el brazo sobre mí y recuerdo que no he dormido solo, sino que Amara Salvatore se encuentra recostada sobre mí pecho.

Me acomodo mejor con mi mano en su cintura y ella se remueve mientras se queja.

- Quédate quieto...- gruñe.

- Gruñona- me burlo.

Me abraza aún más mientras se sigue quejando.

- Eres muy cómodo para dormir...

Me río y nos quedamos así, le acaricio el cabello y no puedo evitar pensar que todo ha sido diferente con ella.

Con Marina nunca me ha gustado estar así, nunca se lo he permitido pero con ella es diferente y no sé si es porque ambos tenemos claro en lo que se basa nuestro vínculo o porque sé que ella no siente nada por mí y que jamás sentiremos algo el uno por el otro.

Me fijo en la hora y ya es momento de levantarnos.

Procuro revisar su cuello, tiene marcas por el episodio de anoche y tengo ganas de matar a Marina por hacerle esto sin ninguna razón razonable.

- ¿Se ve muy mal?- pregunta mirando mi expresión que no ha de ser muy buena.

Suspiro.

- Un poco, lo siento Amara, no creí que llegaría a ese extremo y aún creo que tendré que despedirla.

Se incorpora un poco y trato de ignorar la punzada que me recorre al ver que trae puesta mi camisa, sus pezones se remarcan en la tela y mi lengua se hace agua con el deseo de lametearlos.

- Yo la provoqué- confiesa- Bueno, en realidad ella se alteró porque no quise que te despertara y empezó a decir muchas cosas malas, podría haberme defendido pero luego yo sería la mala del cuento y preferí que alguien me rescatara y viera esa faceta de ella.

Suspiro ante su confesión, admito que me había extrañado que ella no se defendiera y ahora con su explicación puedo entenderlo todo aunque me resulte sumamente estúpido.

- Eres una idiota, podría haberte matado- la regaño- ¿Qué tal si nadie te recataba? Tendría que enviarle tu puto cadáver a tu padre y de paso me cortaría la cabeza ¡No vuelvas a hacer algo así! Y no provoques a Marina otra vez, puedes ser mi compañera y su superior ahora, pero no te olvides que ella es la que trabajará aquí cuando te vayas.

Aprieta los dientes.

- Bien, como sea.

Se levanta enfadada y se quita la camisa mostrando la desnudez que ocultaba, se pone su ropa mientras solo la observo sin decirle absolutamente nada.

- Amara- la llamo antes de que cruce la puerta.

Se medio voltea pero sin quitar la mano del picaporte.

- ¿Qué?

- Quiero el plan para la reunión con los Red Eagle, detallado, y quiero que incluyas a Marina en eso.

Se ríe falsamente.

- Que no se te olvide a ti, que no eres nadie para ordenarme y que yo incluiré a quien quiera para este papel, fue mi idea después de todo.

Abre la puerta y la azota en cuanto sale, echo la cabeza para atrás sintiéndome frustrado, ella cree que es invencible pero realmente Marina pudo haberla matado si no me despertaba con los gritos.

Amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora