Capitulo 1.

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Nathalie y Gorilla subían las maletas al porta equipaje del auto familiar, Adrien ya estaba dentro escogiendo la música, mientras Gabriel depositaba sus miraculous dentro de la caja fuerte, tomaba unos mapas, algo de dinero y otras cosas más que iba a necesitar para el viaje.

Tras tomar todo lo indispensable, el aclamado diseñador de modas salio al frente de su casa, allí miro a su asistente con algo de melancolía, para luego proceder a darle algunas órdenes.

─Me gustaría llevarte, no soy nada sin ti, pero le prometí que seríamos solo los dos. . .

─No se preocupe señor, lo entiendo, serán solo unos días y sabe que me puede llamar siempre que necesite.

─Lo se─ rasca su nuca ─La próxima podríamos hacer algo los tres. . .¿que dices?

─Encantada─ sonrie

─Descansa por favor, aún debes recuperarte.

─Lo haré. . .ahora váyase o perderán el permiso de despegue.

Gabriel asintió, le sonrió y se subió al auto, el rubio menor saco su mano por la ventanilla, saludo y luego ambos se fueron.

─Aprovecha y ve a visitar a tu familia, no voy a requerir tus servicios estos días─ hablo mirando al guardaespaldas, este hizo una mueca en señal de disconformidad ─Hablo enserio, estoy mucho mejor, ve, nada me va a pasar, hay un dicho que dice, yerba mala nunca muere─ guiña un ojo, el contrario suspira rendido y procede a marcharse

Los Agreste llegaron al aeropuerto, aparcaron el auto, bajaron las maletas, y se dirigieron rápidamente al mostrador para iniciar el check in, una vez listos, con pasaporte en mano se acercaron a la puerta de abordaje, la azafata tomo los pasajes y les permitió abordar el avión.

En cuestión de minutos, el jet privado de Gabriel despegaba de la hermosa ciudad a la cual dejaban atrás para iniciar este viaje.

─Estoy muy feliz padre─ comento Adrien mirando por la ventana

─Me alegra saber eso hijo, estos días seremos solo tu y yo, de ahora en más prometo compensar todos estos años de ausencia.

─¿De verdad?─ lo mira con ilucion ─¡Eres el mejor!─ Gabriel sonríe ─¿A dónde vamos a ir exactamente?

─Lisboa y Madrid, después debo regresar por unos asuntos a París y luego, si quieres, podemos hacer un viaje junto con Nathalie. . .

─Me encantaría padre─ sonríe

Después de dos horas y media de viaje, en dónde padre e hijo se la pasaron hablando sobre cosas triviales y algún que otro consejo sobre chicas, el avión finalmente llegó a Portugal, apenas aterrizaron los dos hombres salieron a la calle y se fueron hacia un restaurante, ambos se acomodaron allí, el menor se dirigió al baño y el adulto se dispuso a elegir el menú.

─Buenos días─ saludo una voz muy dulce, que extrañamente le resultó familiar al hombre, pero no fue lo suficiente para que este aparte la vista del menu ─¿Que le puedo ofrecer?─ agrego

─No me decido, ¿cuál es el especial de la casa?.

─Bacalhau á Lagareiro─ replicó la voz

─Deme dos, con agua por favor─ cierra la carta y se la extiende a la persona, todo sin verla

─Excelente señor, ¿algo más?─ ante eso, el hombre decide mirar a la persona que le hablaba, ahí estaba ella, una mujer exactamente igual a su asistente, vistiendo el uniforme del lugar y anotando todo en una pequeña libreta

─¿¡Nathalie!?─ exclamó anonadado, la mujer baja la libreta y lo mira

─¿Disculpe?─ replicó la mujer

─Me disculpo─ suspira ─Usted es muy parecida a alguien que conozco

─¿De verdad?, llevo año sin escuchar eso, solían confundirme con mi hermana─ sonríe

─¿Tiene una gemela?.

─No─ vuelve a mirar la libreta ─¿Algo más?

─Nada más.

La mujer se va y el diseñador se queda pensativo, era imposible que su asistente tenga una hermana y el no lo sepa, sabía todo de Nathalie; en eso, su hijo volvió, el chico se sentó frente a su padre y lo noto desconcertado.

─¿Pasa algo?─ él sale del trance

─Nada hijo, ya ordené.

─Excelente. . .sabes, extraño a Nathalie─ desvía su mirada

─Te entiendo, ambos pasamos mucho tiempo junto a ella, tal vez exagere haciendo esto tan íntimo. . .

─¡No!, adoro esto, pero si, tienes razón, paso tanto tiempo con ella, que me extraña no verla cerca. . .

─En pocos días la vamos a volver a ver, y sino, siempre podemos hacer una video llamada.

En eso, dos platos se acomodaron frente a ellos, los dos elevan sus miradas y se encuentra con la pelinegra, depositando las órdenes, los vasos y sonriendo.

─¡Nathalie viniste a sorprendernos!─ grito Adrien, la mesera se asustó

─¿Tu también?─ se quejo ─Mi nombre es Ariel, soy su mesera, ya dejen de confundirme con esa tal Nathalie, que además tiene el odioso nombre de mi hermana─ bufo

─¿Ariel Sancoeur?─ pregunto el modeló, la mujer abrió sus ojos sorprendida

─¿Cómo sabes mi apellido?.

─Venimos de Francia. . .y Nathalie Sancoeur es mi asistente─ aclaro Gabriel

─¡Vaya!, ¿quien lo diría?, que pequeño es el mundo─ sonríe ─Tengo tantos años sin ver a mi hermana que ya había olvidado que tenía una. . .

─¿Por qué no se ven?─ pregunto Adrien completamente extrañado

─Nathalie es difícil, ya la conocen.

─No creo que Nathalie sea tan osca como para olvidarse de la familia─ replicó Gabriel en defensa de su mano derecha

─Entonces no la conocen bien─ ríe ─Yo invito el almuerzo, no todos los días vienen amigos de mi hermana─ sin argumentar más palabra se giró y se fue

─¿Tu enserio no sabías?.

─No hijo, y creía saber todo sobre Nathalie.

─¿Que crees que pasó?.

─No se, pero eso no nos incumbe. . .ya tendremos tiempo de aclararlo cuando estemos de regreso en casa.

Los dos hombres siguieron el almuerzo en tranquilidad, Gabriel pago de todas formas argumentando que no hacía falta regalarle nada, se despidió cariñosamente de Ariel y emprendió camino al hotel, donde estaría hospedado los próximos cinco días.

Esa noche Gabriel en la soledad de su habitación se dispuso a preguntarle a Nathalie sobre este asunto, había redactado el mensaje, pero no sé animaba a enviarlo, el mismo tenía problemas familiares, no se quería imaginar los de su asistente, así mismo Ariel la había llamado odiosa, asíque seguramente tuvieron un altercado, por ende él no debía entrometerse, rápidamente borró el mensaje, en su lugar, el envío un "dulces sueños ya estamos instalados" y se fue a dormir.

Miraculous: ¡Tres son multitud!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora