Capítulo 2.

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Gabriel y Adrien paseaban por Lisboa, allí estarían cuatro días y después se irían a Madrid, a donde quieran que vayan, una sombra misteriosa los seguía, harto, Gabriel decidió parar cerca de un puesto de helados y confrontar a quien fuera que los seguía.

Resultó ser, que Ariel estaba de día libre y curiosa por estar ante el jefe de su hermana decidió seguirlos para ver si se la cruzaba de imprevisto.

─No se que pasa entre Nathalie y usted, pero si quiere la puedo llamar.

─¡No!─ lo interrumpió en un grito ─No lo haga, no hace falta, no la quiero ver, si sucedía, bien, pero no la pienso buscar

─No sea orgullosa─ Adrien rio de fondo, era muy chistoso para el escuchar a su padre decir eso, siendo el rey de los orgullosos

─Lamento molestarlos, pero en fin, si mi hermana no está aquí ya no los molestó─ se aleja corriendo

─¿No crees que tenemos que hacer algo?.

─Nada. . .lo único que podemos hacer es venir de regreso, pero con Nathalie y juntarlas.

─Podemos hacer una video llamada y solucionar todo hoy mismo─ se quejo

─Solo empeoraría las cosas. . .hijo, un conflicto familiar no es fácil de resolver, por más buenas intenciones que tengas, vas a tener que esperar.

Los dos terminaron su ronda y regresaron al hotel, Adrien fue a tomar una ducha mientras que Gabriel se recluyo en su habitación, en ese momento su celular sonó, al ver el remitente sus manos temblaron, hablar mucho de ella parecía que la invoco, rápidamente contesto y fingió una actitud relajada.

─Hola Nat.

¿Nat?─ replicó mirándolo fijamente, este empezó a sudar ─Me agrada─ hace una pausa, el suspira aliviado─Llamaron de la empresa, hubo un pequeño problema, sus confeccistas mal interpretaron las órdenes y mezclaron los colores, necesitan saber que hacer, si dejarlo así o empezar de cero

─¿Tu que opinas?─ ella se asombra

Bueno. . .a mi criterio los vestidos se ven bien; pero señor usted es el que sabe.

─Estoy de vacaciones asíque tu eres la jefa si los ves bien diles que continúen, confío en tí─ fuerza una sonrisa

¿Está todo en orden?, con todo respeto; lo noto. . . extrañó

─¡Está todo de maravilla!, ¿allí todo en orden?.

Si─ desvía la mirada ─Hay mucho silenció. . .más del habitual, hoy fui a despertar a Adrien─ deja escapar una pequeña risa ─Ya lusco como un robot

No digas eso, es la costumbre. . .sabes el también te extraña, cuando antes planea volver─ la contraria sonríe ─Crei que le gustaría más algo de padre e hijo, pero hay una realidad que no podemos negar, nos haces falta─ baja la mirada, la puerta se siente, Adrien entra y ve a su padre hablando

─¿Es ella?.

Soy yo─ se escuchó decir, Gabriel gira el teléfono y el menor puede ver a su asistente

─Hola Nathalie, ¿como está todo en París?.

Excelente, ¿todo bien ahí, necesitas que envíe algo?.

─¿Te puedes enviar a ti misma?─ ella ríe

Disfruta tu estadía con tu padre Adrien es algo que no va a suceder dos veces, luego haremos algo aquí para compensarte─ sonrie ─Debo dejarlos tengo otra llamada, diviértanse─ cuelga

─¿Le has dicho?─ el ojigris niega ─Padre tienes que decirle, no podemos hacer como si Ariel no existe

─Tenemos que hacerlo hijo, promete que no dirás nada hasta que volvamos a París.

─Esta bien padre, solo si me dejas salir más con mis amigos.

─Bien, tenemos un trato─ rodea sus ojos ─Ahora vamos a merendar y después a disfrutar un poco más de la ciudad, mañana en la noche partimos a Barcelona

Los dos se alistaron y bajaron a merendar, luego siguieron visitando la ciudad, participaron de una feria y vieron como unos artistas callejeros bailaban en medio de la calle, al caer la noche los dos fueron al restaurante en dónde la Sancoeur trabajaba, en efecto tenía el día libre, Gabriel quería hablar con ella, pero lejos de la vista de su hijo, mañana tendría que levantarse temprano para hacerlo.

Al día siguiente apenas los rayos del sol se colaron por la ventana, Gabriel se levantó, le dejo una nota a Adrien diciéndole dónde estaría y bajo para ir a desayunar al restaurante y tener una oportunidad de hablar con Ariel sin que el escuché, no era por nada, pero cualquier información de más que este tenga en su poder, luego podría terminar en Nathalie sin que el lo concienta.

─Buenos días, ¿que le sirvo?─ ahora que el diseñador sabía el parentesco, sin dudas parecía que hablaba con su asistente

─Dos cafés─ respondió serenó

La chica sonrió, fue a la cocina y en pocos minutos volvió con la bandeja, acomodo las tazas y antes de irse, Gabriel la tomo de la muñeca y le enseño la silla vacía frente a el, ella se negó, pero ante su insistencia no tuvo más remedio que sentarse.

─¿Que quiere, así es como ligan en París?─ el contrario medio sonríe

─Quiero que hablemos, no puede ser que después de veinte años a mi servicio recién ahora me entero que mi asistente tiene una hermana.

─Ya se terminó el misterio, ¿para que el interrogatorio?.

─Aprecio mucho a Nathalie. . .quiero que ustedes se reconcilien.

─Eso es imposible, si la conoces, ella es muy testaruda.

─Con más razón las quiero reconciliar, mira─ hurga en su chaqueta ─Tenga este pasaje, es para dentro de unos días, será fácil ubicar mi mansión, quiero que vengas de visita, yo hablaré con ella

─Muy bien─ lo toma

─No se que paso, no me interesa, solo quiero ayudarlas, Nathalie merece tener a su familia cerca.

─Bien─ guarda el boleto ─Algo más que quiera saber

─Solo si irás.

─Si, iré, no sé preocupe─ se levanta ─Ahora debo trabajar─ se aleja

Gabriel toma su café mientras sonríe ampliamente, luego podría hablar con Nathalie y como consecuencia arreglar todo este asunto entre hermanas; al caer la noche en todo Lisboa, padre e hijo abordaron el avión que los llevaría a Madrid, sin saber, que allí, todo este asunto, iba a agrandarse.

Miraculous: ¡Tres son multitud!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora