Capitulo 10

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Las tres hermanas desayunaban tranquilas en el jardín, en absoluto silencio, realmente parecían copias entre ellas, sostenían la taza con la misma mano, y hasta bebian un sorbo al mismo tiempo; el primero en encontrarselas fue Adrien, el cual ya se sentía incómodo teniendo a las tres ahí, ya no podía reconocer a Nathalie a pesar de tener su mechon rojo en la cabeza.

─Nathalie, ¿puedo hablar contigo en privado?─ pidió con cautela

─Claro─ la susodicha se levanta

Ambos caminan hasta adentro y se detienen en la cocina, el chico se sienta y la mira, la inspecciona una vez, lo hace nuevamente e incluso la observa por una tercera vez.

─¿Eres tú cierto?.

─Claro que si Adrien.

─Me agrada que tus hermanas estén aquí, pero ya no sé si eres tú, ¿cómo lo sé?─ ella se toca el mechon y sonríe ─Eso no me da seguridad. . .

─A los cinco años quisiste maquillarme con tus témperas, el día que empecé a usar por primera vez mi sombra de ojos─ dijo tranquila, el se puso rojo

─Muy bien, eres tu─ suspira ─Necesito que me ayudes con un regaló─ pidió en tono tranquilo

─¿De que tipo?.

─Romantico.

─¿Volverás con la señorita Tsurugi?.

─No, es para otra persona.

─Si es la señorita Dupain-Cheng, olvídate de bombones y cosas asi─ el se vuelve a poner rojo

─¿Cómo?.

─Te conozco muy bien, eso espero eliminé tus dudas sobre mi─ sonríe, detrás de ella pasa Claudia sin ser vista por ninguno de los dos

─Me tranquiliza. . .¿flores?─ ella niega ─¿Entonces que puedo hacer?.

─Sugiero cine o algún peluche.

─Ya hemos ido al cine─ baja la mirada ─¿Le gustaran los peluches?

─A toda mujer le gustan Adrien─ Claudia regresa, esta vez si es vista por Adrien, pero el no le presta atención

─¿A ti te gustan los peluches?.

─No.

─¿Entonces?.

─Yo no estoy en las estadísticas─ desvía la mirada

─¿Eres mujer?.

─Claro.

─Entonces estás en las estadísticas, si a ti no te gustan los peluches a ella tampoco.

─Seré más clara, si el chico que te gusta te regala algo, automáticamente te gustará─ hace una pausa ante la confusión del contrario ─Supongamos que tengo novio, a mí no me gustan los peluches, pero si me da uno, me encantará

─¿Yo le gustó a Marinette?.

─Adrien no te entiendo─ suspira

─A mí me gusta Marinette, pero no sé si a ella le agrade─ Nathalie se ríe, como nunca antes lo había hecho, incluso unas lágrimas descienden por sus ojos, el chico se avergüenza

─Por favor Adrien, le agradas muchísimo a esa chica, tanto que hasta te tejió una bufanda.

─¿Cuando hizo eso?─ la ejecutiva se quería morir, necesitaba que la tierra la trague

─Es hora de que confiese─ baja la mirada ─La bufanda azul que recibiste el año pasado como regalo de cumpleaños no era de tu padre, era de ella, yo cambie los emisarios para no decepcionar a tu padre porque olvide comprar algo en su nombre─ suspira

Miraculous: ¡Tres son multitud!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora