Miraculous: ¡Tres son multitud!

Capitulo 3.

Gabriel y Adrien bajaban del avión mientras el adulto se dirigía al mostrador para presentar los pasaportes y sellar su salida, el menor se quedó curioseando por los pasillos, el aeropuerto tenía varias tiendas que llamaban la atención del chico, incluso había una tienda de comida, en los cuales se podían admirar piernas de jamones, tal cosa llamo la atención del chico, que se acercó a observar, hasta que algo mucho más interesante que la tienda, llamo su atención, a un costado, parada mirando en dirección contraria a el, estaba una mujer alta, de cabello oscuro, traje negro, lentes y un rodete perfecto que solo una sola persona en todo el mundo es capaz, de usar.

─¡Nathalie!─ grito el chico y corrió hasta la persona, sin detenerse a confirmar la identidad de esta, la rodeo rápidamente con sus brazos y se apego a ella

─¡Niño no soy tu madre!─ replico molesta intentado quitarse

Ahí el joven cae en cuentas de que se equivocó, pero al ver mejor a la mujer se percata que es muy parecida a su asistente, solo que en vez de tener su mechon de color rojo, lo tenía teñido de azul.

─¿Otra más?─ replicó con sus ojos cristalinos, el comentario a la mujer no le había caído bien

─¿A qué te refieres con otra?─ la mujer piensa en como la llamo ─¿Conoces a mi hermana?─ el chico como si fuera un niño pequeño, asiente mientras se frota los ojos ─Que pequeño es el mundo, de todas las personas tenías que conocer a la mal humorada de mi hermana─ sonríe ─¿Ella viene contigo?

En eso aparece Gabriel, el cual se percata de la situación, al ver a la mujer se queda estático, él, al igual que Adrien pensaba que estaba frente a Nathalie.

─Por su expresión usted también me confunde, me presento, Claudia Sancoeur a sus ordes─ sonríe

─Son~Son tres─ titubeó el diseñador

─¿También conocen a Ariel?, vaya que el mundo es un pañuelo─ ríe, los dos rubios se miran atónitos

─Ariel no nos dijo que eran tres, y Nathalie no habla de ustedes, ¿por qué?─ se animó a decir Gabriel

─Mire, estoy trabajando, si quiere cuando termine mi turno puedo verlos y contarles todo.

─Me encantaría─ menciono el platinado

─Bueno vivo aquí a unas manzanas, los invito a cenar en mi casa, ¿dónde se van a hospedar?.

─En el hotel imperial.

─Muy bien, paso por ustedes más tarde─ sonríe y de su cintura descuelga una radio ─Central, todo en orden en pasillo tres, me dirijo al hala norte─ mira a los contrarios, sonríe y se va

─¡Son tres!─ exclamó Gabriel

─Trillizas─ aclaro Adrien ─¿Puedes creerlo?

─La verdad aun no hijo, me cuesta creer que Nathalie tenga dos hermanas idénticas y jamás nos lo haya dicho ¿crees que en algún momento se hayan intercambiado sin que lo sepamos?

─No creo padre, nos habríamos dado cuenta, se nota que las tres son muy diferentes, además de que algo pasó entre ellas, no parece que se hayan visto en años.

─En eso tienes razón, ¿que crees que haya pasado?.

─No se padre, ¿pero podemos averiguarlo en el hotel?.

─Claro que si hijo.

Ambos salen a la calle, paran un taxi y se dirigen hacia su hotel, allí se instalaron y nuevamente como si fuera arte de magia, el celular del diseñador sonó, indicando que Nathalie se quería comunicar con el.

─Ho~Hola─ dijo nervioso mientras se sentaba en un sillón, Adrien de fondo comía una manzana y observaba todo

─Buenos días señor, no es mi intensión molestar a cada rato, pero recibí una alerta que compró un boleto de avión para dentro de una semana, ¿planean quedarse fuera más tiempo?─ hace silencio y mira a Gabriel ya que hacían video llamada

─No Nathalie, yo lo compré a propósito.

─Entiendo. . .¿ya se instalaron en Barcelona?.

─Si, recién, ¿alguna vez estuviste aquí Nathalie?.

─Creo que fui con usted a un desfile. . .

─¿Nunca viniste sola?.

─No tengo motivos para ir a Barcelona señor, ¿por que?.

─Curiosidad, en dos días volvemos a París, estamos anciosos por volver a verte.

─No pensé que me iban a extrañar tanto, iré por ambos al aeropuerto entonces─ sonríe ─¿Como se encuentra Adrien?

─Muy bien─ grito de fondo ─Papa se porta de maravilla─ ella se rie, Gabriel la observa y se sonroja ante eso

─Me alegro, cuando regresen, le daré una manzana por haberse portado de maravilla─ sonríe ─No molesto mas, sigan divirtiéndose─ cuelga antes de que los contrarios puedan decir algo

─¿Acaso ella bromeó contigo?.

─Si. . .

─¿Ustedes?.

─Por favor hijo, no, ¿como crees?.

─Me agrada mucho Nathalie, por favor, promete que si vas re hacer tu vida no traeras otra mujer.

─Hijo, te puede agradar mucho Nathalie, pero ella no me ve de esa manera─ suspira ─¿Tu quieres que re haga mi vida?.

─Solo con ella.

─¿Me estas escuchando?.

─¿Tu me escuchas a mi?.

─Te digo que Nathalie no me ve de esa manera hijo, lamento que te hayas hecho ideas equivocadas.

─¿Alguna vez le preguntaste?.

─¿Cómo crees?.

─Entonces no sabes, ella se preocupa muchísimo por ti, por mi, creo que le gustas y no te das cuenta.

─Si le gustara a Nathalie lo sabría, la conozco muy bien.

─¿Estas seguro?.

─Hace quince años que trabaja conmigo, estoy seguro de lo que digo.

─Ya veremos padre.

Cada quien fue a su actividad, Adrien miró televisión y Gabriel se ducho, cuando el sol se escondió en todo el territorio Español, alguien llamó a su puerta, el menor fue a abrir y se espanto con lo que encontró del otro lado, esa mujer era Nathalie y al mismo tiempo no.

─Buenas noches, espero no se hayan olvidado de nuestro encuentro─ comentó en tono tranquilo

─No. . .padre, Claudia está aquí.

En segundos Gabriel apareció estaba tan bien vestido que la contraria no pudo evitar quedarse viéndolo como tonta.

─¿Vamos?.

Los tres salen y abordan el auto de la susodicha, esta conduce algunas manzanas y llegan hasta su hogar, era un lindo y pintoresco departamento, ella estaciona, los tres bajan y se adentran en el lugar, los Agreste no podían creerlo, era como estar en la habitación de Nathalie pero distribuida en un enorme departamento.