Capitulo 8

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La puerta del atelier se abrió, Gabriel seguía concentrado en sus bocetos, alcanzó a ver una cabellera pelinegra traspasar en dirección al escritorio y pensando en que se trataba de su asistente siguió en su mundo como si nada pasará.

─Que silla más cómoda.

Escuchó como alguien hablo, eso llamo su atención, el hombre levanto la mirada por completo, la cara era la misma de siempre, la vestimenta también, lo único que cambiaba era el color del mechon, ante sus ojos no estaba Nathalie, sino Claudia.

─¿Qué haces aquí?.

─Nathalie y Ariel duermen, estaba aburrida.

─Puedes ir al jardín, o cualquier lugar, ese escritorio no es una opción.

─¿Por qué no, acaso no le pertenece a Nathy?.

─Por esa misma razón, es su escritorio.

─Pero no creo que le moleste que lo use─ replicó pícara

─Escucha, ahora que se todo lo que paso no me interesa tratarlas bien, hirieron a Nathalie y eso no se los voy a perdonar, si la convencí de que las dejé quedarse fue porque creo que le hará bien a ella estar en paz con ustedes, pero no voy a soportar ningún tipo de juego.

─Yo no estoy jugando, amo a mi hermana y estoy feliz de haberla recuperado, aquí la malvada siempre fue Ariel, se hacía pasar por ambas y destruyó la confianza que tenía con Nathalie.

─Levantate de ahí por favor.

─Obligueme─ se cruza de brazos

Gabriel baja del podio atraviesa el atelier, se acerca a la mujer y la toma de los brazos para levantarla, pero esta, más astuta que el utiliza la diferencia de fuerza y altura para que este trastabille y caiga sobre ella, en ese instante, Nathalie entra en el lugar, siendo testigo de la escena.

─¿Pero que estas haciendo aquí?─ bufo

─Me aburría y tu no querías abrirme─ Gabriel se levanta apenado y la mira

─Largo, ya─ se corre de la puerta Claudia hace caso sin claudicar, Nathalie cierra la puerta detrás de ella ─Le dije que esto no iba a ser fácil, ¿me escucho?, claro que no, jamas lo hace

─Perdón.

─Después de esto le aseguro que jamás volveré a confiar en su usted, mi confianza murió aquí y ahora─ lo rodea y se sienta en el escritorio

─No me digas eso.

Ella hace silenció, el se acerca y la mira con dolor, la mujer ni se inmuta, Gabriel suspira y se termina alejando frustrado, sabía que su asistente solía enojarse, pero hasta ahora, jamás tuvo la oportunidad de probarlo.

A la hora de la cena la mujer de levantó, fue hasta la cocina, ordenó aumentar los platos y preparar un menú especial, después subió a su habitación y allí se encontró con Ariel, la cual husmeaba en sus cosas.

─¡Ariel!─ grito, la contraria soltó el libro que tenía en su mano y se giró ─No han cambiado nada, ¡nada!─ se acerca

─Tranquila, no tramaba nada malo, buscaba un libro, el mismo Adrien me dijo que tu habitación funcionaba como una biblioteca.

─No funcionaba, yo pedí que la hagan asi─ levanta el libro ─Sin máscaras Ariel, ¿que quieren?

─Bueno. . .que ese obelisco guapetón de ojos grises se haya acercado a mí fue suficiente excusa, leí que es viudo y no puedo creer que ninguna haya clavado sus garras en el.

─No pienso permitirlo.

─¿Que sos su niñera?.

─Soy su mano derecha.

─Y lo seguirás siendo, eso no me imposibilita incarle el diente─ sonríe, la puerta se abre y Claudia entra

─Perdón, pero el ceno en mi casa así que será mío, hicimos conexión.

─Dos estúpidas─ bufo la teñida de rojo ─¿Se creen que el gran Gabriel Agreste les va a dar atención?─ se ríe ─Sean realistas, la casa está llena de imágenes de la señora Agreste y ninguna mujer entró en esta casa desde su partida

─¿Quieres apostar Nath?.

─Si Nathy, apostemos─ sonrió Claudia

─Las escuchó.

─Déjanos quedarnos sin importar lo que hagamos─ musito Claudia

─Y la primera que bese al señor Agreste se queda con el─ siguió Ariel

─Y tu también juegas─ acotó la teñida de azul

─No─ se cruzó de brazos Nathalie

─¿Tienes miedo Nath?.

─Te mueres por el Nathy, por algo te pusiste como loca antes.

─Si, tienes que jugar con nosotras, ¡esta vez las tres por el mismo hombre en vez de robarnoslo entre nosotras!─ sonríe Ariel

─Bien, jugaré sólo para protegerlo─ rebusno ─Antes de dejarlo con ustedes me mató─ se sienta en su cama ─Y mi habitación está prohibida

─Bien, que gane la mejor─ se rio Ariel y salió de ahí

─Que empiece el juego─ guiña un ojo y sale junto con Claudia

Nathalie suspiro, miró sus pies, luego se levantó, acomodo el libro en la estantería, arreglo su traje y salió para revisar como iba la cena.

Miraculous: ¡Tres son multitud!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora