Estoy tan bien como el paisaje invernal

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Pido perdón por la tardanza.

Este finde estuve de viaje, fui a visitar a mi familia que vive en la otra punta del pais. En total recorrí como 3mil km aprox. Intentare ser mas puntual estas semanas, lo juro. Ahora si, les dejo disfrutar.

Disfruten:

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—Este hechizo defensivo es perfecto para confundir al oponente y esconderse. Muy bien, ahora quiero que todos empujen los bancos hacia el fondo y se paren en el centro—después de media hora leyendo y explicando la historia, teoría, funciones y métodos de uso del hechizo, el profesor Zigor nos indico que era hora de empezar a practicar.

Me puse de pie y con ayuda de Teddy movimos el banco hasta el fondo. Luego nos paramos uno al lado del otro  mientras el resto de alumnos se alejaban de mi. Al menos, en su afán de ignorarme, no se alejó como si tuviera la peste.

—Ejem, ejem—el viejo profesor carraspeo y nos señaló con su varita—Quiero que busquen un lugar y empiecen a practicar. Recuerden que el movimiento de la muñeca es en forma de espiral en sentido contrario a las agujas del reloj. Si lo hacen al revés podría tener secuencias graves.

Levante mi varita y practique un par de veces el movimiento para acostumbrar la mano. Teddy seguía sin decir nada, solo levanto su propia varita y se quedo congelado boqueando como pez fuera del agua.

—Vamos dilo—perdí la paciencia y lo presione—¿Por que me estas ignorando?¿Es porque ahora tienes novia?

Quizás ir directo al punto no era la mejor opción. Teddy se quedó petrificado, mirándome entre sorprendido y asustado. Debí haber dejado que él sacara el tema, pero para entonces la clase abría terminado y habría huido como un conejo frente a un lobo. Me enfada que no tenga el valor de enfrentarme y en cambio me esquiva e ignora ¿Acaso no está en Gryffindor?¿Donde esta la valentía de la que tanto presumen?

—¿Quién te lo dijo?

—Entonces es cierto—asentí con la cabeza, aunque ya lo sabia escucharlo fue una confirmación—Alguien lo oyó de otro alguien—termine respondiendo.

—¿Azura, verdad?—preguntó con un suspiro cansado. Mi silencio fue suficiente respuesta —Yo...quería decírtelo pero no sabía cómo.

—Esta bien—me encogí de hombros—¿Quién es?—pregunté con curiosidad. ¿Quién es la chica que pudo llamar su atención y ganar su corazón?

Teddy frunció el ceño y me lanzó una mirada que tardé en descifrar. Me miraba con desconfianza. Me enderece, sintiendo la pared de hielo que creó entre nosotros. Casi preferí que me ignorara, es mucho mejor que esa mirada. Me miraba como si fuera un monstruo a punto de atacar a sus crías.

—¿Por qué quieres saber?—pregunto, intentando en vano no sonar hostil.

Me esperaría esa reacción de todos. Todos, menos de él. No él. Lo mire y lo mire, esperando, pero sus ojos no cambiaron. Me sentí... tan estúpida. 

Estiré mi espalda, balancee mi varita, crují mi cuello. Pero el malestar no se fue. Sonreí, una sonrisa sarcástica que expresa cómo me siento en este momento. Muy, muy estúpida.

Entrecerré los ojos y lo mire. Dibuje lo que creí que era una sonrisa cruel y deje entrever mis colmillos más afilados de lo normal. Teddy trago y retrocedió medio paso, luego se arrepintió y regresó. Casualmente, puso la varita entre los dos como si estuviera por practicar el hechizo. Si, claro.

—¿Por que preguntas eso? ¿Tienes miedo de que busque a esa chica y le lance un maleficio?—avance un paso. El frunció el ceño y apretó con más fuerza la varita. Hice un puchero y puse mi mejor cara de lamento, avance otro paso—¿Temes que le envié a una serpiente mientras duerme y le clavé sus venenosos colmillos en su frágil cuello?—Teddy palideció. Borre cualquier sentimiento fingido de mi rostro y mostré lo que de verdad estaba sintiendo. Decepción, ira, pena. Sobre todo irá—¿O tienes miedo de que vaya en persona, la mire a los ojos y la convierta en piedra?

—¡Para!—gritó, sus ojos inyectados en sangre por la furia. Me apunto con la varita y un rayo rojo salió me dio de lleno en el pecho. 

Sentí como si un caballo me pateara con sus patas traseras. Retrocedí varios pasos y sentí la sangre subir por mi garganta. Normalmente me lo tragaría, pero hoy no. Escupí y la sangre se derramó por mi boca. 

El aula estaba en silencio. Todos tenían sus miradas fijas en nosotros. Atrás de Teddy, Fred me miraba con horror, Jack y Azura con satisfacción. Mire al resto, todos se veían indiferentes o sorprendidos pero felices en su interior. Mire al profesor y nuestras miradas chocaron. Él carraspeó y miró hacia otro lado, ignorándome. No me preguntó si estaba bien, a pesar de que era obvio que no, ni castigo a Teddy. Lo ignoro todo. Como siempre.

Porque soy un monstruo.

Sonreí, mostrando mis dientes enrojecidos por la sangre y mire a Teddy con burla. Burla dirigida a mi misma.

—Y-yo lo sient...—tartamudeo con los ojos húmedos.

—¡FUMUS!—Grite antes de que terminara su patética disculpa. 

Una niebla gris salió de mi varita, espesa como el agua y grande como el océano. En menos de un segundo el aula estaba completamente cubierta por una enorme nube gris como la tormenta. Cuando la niebla se disipó, o el profesor lanzó el contra-hechizo, yo ya no estaba en el aula.



***


—Es un idiota—fueron las palabras de Yolanda.

Sentada frente al lago, disfrute de la paz y tranquilidad que me obsequiaba el invierno en esta zona. La nieve era suave debajo de mi y el lago congelado tan silencioso como un muerto. Allí me encontró Yolanda después de clase, no tardó mucho en enterarse de lo sucedido en la clase de DCAO. El chisme se extendió tan rapido como la pólvora. 

—Lo es—acepte con calma—pero tengo parte de la culpa.

—Si...¿eh?

—Lo provoque—respondí.

—¿Y que si lo provocaste o lo atacaste? Nada excusa que te haya atacado de esa forma. ¡Escupiste sangre, por Merlín!

Si...lo hice. Toque mi boca y rasque la sangre seca que no me habia molestado en limpiar. Entonces seguramente parecía un vampiro que acababa de alimentarse. El sabor a metal aún persistía en mi boca a pesar de que me metí dos caramelos de menta a la vez.

—¿Qué dice el rumor?—pregunte curiosa, aunque no importaba mucho.

—El mas popular dice que Teddy se defendió después de que lo atacaras con un avada por rechazar tu confesión.

—¡Pff!-me reí a carcajadas—¡Lo ataque!¡Treinta ojos vieron lo que paso y dijeron que lo ataque!

Yoli se sentó a mi lado ignorando el frio suelo de nieve y me abrazó, dejando que las serpientes nos envolvieran a las dos en un capullo verde y escamoso.

—Lo siento tanto Tina, no creí... jamás imagine que Teddy...

—Yo tampoco—suspiré.

—¿Segura que estas bien?—Pregunto ella. No preguntaba sobre mi condición física sino por mis sentimientos hacia El.

Pero todo el cariño y amor que le tenia murió cuando me miro de esa forma. No fue cuando me ataco, aunque eso dolió mucho, sino su mirada. No solo se llevo mi amor, también destruyo nuestra amistad.

Y esto fue como si se rompieran las cadenas que me tenían atada. Ahora me siento liviana y relajada, exactamente como el paisaje frente a mi. Un bosque muerto cubierto de nieve y un lago congelado. Pacíficamente helado.

—Estoy muy bien.













Tenebrosa #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora