El hogar de los montruos

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Tártaro. El hogar de los monstruos. La cuna de las bestias. El sitio a donde van a parar todos los monstruos que mueren en el mundo mortal. Este tenebroso y aterrador lugar...

Apesta.

El suelo esta hecho de trozos de vidrios rotos y afilados. El aire es pesado por culpa de un poder tan fuerte que presiona mi espalda como una mochila de 50kg, este es el poder de alguien tan antiguo como la tierra y el cielo, que ni siquiera tienen edad. Es oscuro, frio y agotador solo moverme. Da miedo pensarlo, pero mi cuerpo no lo siente. Es como si mi razón me dijera "y por esto y esto tienes que estar cagada de miedo" pero mi corazón bombea con normalidad y mi respiración es regular. Estoy calmada. 

¿Rio de fuego? ¿Rio de fuego donde estas?

La oscuridad es tan absoluta que no puedo ver mas allá de mis manos. Pero el fuego emana luz así que debería ver aunque sea un poco de luz roja desde la distancia. Al menos esa es mi teoría, a menos que este tan lejos que ni siquiera pueda verlo. En ese caso estoy jodida.

¿Debería pedir dirección?

Ja

Jajaja

Creo que estoy empezando a perder la cordura por los nervios. Y hambre. Debí comer antes de saltar. Aunque quizás esa no fuera buena idea. Debí traer comida conmigo pero esa tampoco sea buena idea, el aroma podría atraer presencias indeseadas hacia mi. ¡Ah! Que debo hacer. Estoy totalmente perdida.

Perdida. Perdida.

Pensemos. Tina, usa el cerebro que para algo lo tienes.

Debí haber caído en la entrada del mundo mortal. De acuerdo al mapa que se hizo popular después de que Percy y su novia Annabeth se fueran a dar un paseíto por estos lares, el rio de fuego debería estar a... ¿mi derecha? Esto es como tirar a la suerte ¿en que posición caí? Debería ver el rio de fuego desde aquí si caí en la puerta del mundo mortal.

Lo que sea. 

Empecé a caminar sin rumbo solo para hacer algo antes de volverme loca. Y un rato después de caminar sin saber hacia donde, con la oscuridad envolviéndome como un manto, recordé que soy una bruja y hay un hechizo que aprendí en mi primer año de escuela que puede ayudarme con mi problema.

Agradezco estar sola o moriría de la vergüenza. Yoli estaría retorciéndose en el suelo a carcajadas si se enterara. Ah... la extraño. Las serpientes sisearon nerviosas cuando saque la varita del bolsillo interno de mi chaqueta.

Lumus—murmure el encantamiento y de la punta de mi varita una esfera de luz blanca se alzo. Lo que me rodeaba en un radio de 10 metros se hizo visible.

Tal vez debí seguir en la oscuridad.

—Mierda.

Conozco de primera mano lo molesto que es cuando estas durmiendo plácidamente y de repente prenden la luz despertándose de un bello sueño. Se que nadie en esa situación se sentiría cómodo, mucho menos seria comprensivo con el desalmado que prendió la luz.

Y ahora, ese desalmado soy yo. Y los que acaban de ser despertados de un placido sueño los Makhai.

—¡Maldición ¿Quién a prendido la luz?!—rugió uno.

—¡Alala te dije que vigilaras, no que nos despertaras!

—¡CALLENSE! Por fin pude tener una siesta tranquila ¡ALKE APAGA LA MALDITA LUZ!

—YO NO FUI

Supongo que así debió sentirse compartir habitación en Hogwarts. Rápidamente deshice el encantamiento, pero eso fue peor. Recuperando la oscuridad, los Makhai notaron mi presencia. Como niños del exorcista, torcieron sus cuellos en mi dirección y en sus cuencas vacías despertó una luz blanca fantasmal.

Ya da igual. Volví a encender la varita.

Los espíritus guerreros se pusieron de pie, alzándose en todo su altura de 2,50 cm y 200 libras de puro musculo y hierro.
El yelmo y la armadura esta unido a su piel como si hubieran nacido con ellas, las venas expuestas se hincha e incluso puedo verlas latir.
Conte tres de ellos. Uno debe ser Alala, el grito de guerra. El otro Alke, el coraje guerrero. Y el tercero aun no expuso su nombre. No importa mucho saber específicamente su identidad puesto que todos son unos jodidos guerreros bestiales con habilidades increíbles que en cualquier otra situación admiraría, pero ahora, que a todas luces parece que va a haber un enfrentamiento de 3vs1, las maldigo.

Las serpientes sisearon, maldiciendo tanto como mi cerebro. Se alzaron sobre mi, estirándose en todas dirección con sus colmillos apuntando en su dirección. Pero el acto de intimidación no funciono con ellos, al contrario solo aumento sus ansias de batalla.

—¿Una Gorgona?

—¿Cuál de las tres zorras es?

—Medusa no.

—No me digas, genio.

Sisee, ordenando en parcel a las serpientes que cuidaran mis espaldas del tercer brazo. El tercer y musculoso brazo que esconden detrás de sus espaldas.

—Caballeros, guerreros, señores de la guerra—intente adularlos—mis disculpas por molestarlos. Acabo de llegar y estoy buscando el rio de fuego. Creo que me perdí, ¿serian tan amables de señalarme el camino?

Para mi total sorpresa, la teoría de Percy de que ser monstruo te atrofia las neuronas parece ser cierta, porque uno de ellos estiro un tercer brazo y señalo una dirección.

—¿Te refieres al rio de por allá?

Que amable de su parte.

—¡IDIOTA!—su hermano le dio un zape en la nuca que por poco mando rodar su cabeza—Esta serpiente nos despertó ¿SABES LO DIFICIL QUE ES DORMIR UNA SIESTA EN ESTE LUGAR?

Supongo que el problema no se va a resolver amistosamente.

—Me disculpo profundamente—sin embargo ¿Quién toma siestas en el tártaro? ¿Los espíritus duermen?

—Discúlpate—una sonrisa sanguinaria con dientes amarillos y podridos asomo por debajo del yelmo incrustado en su cabeza—con tu cabeza.

Mis instintos de supervivencia adquirido a lo largo de los años de sufrir bullying de magos escurridizos como ratas me salvaron de perder  justamente, la cabeza. Allí donde, instantes antes de que me moviera, estaba mi cuerpo ahora habia el Makhai que declaro el inicio de la pelea con una espada medio enterrada en el suelo vidrioso.

¿Los monstruos renacen con sus armas?

Las serpientes me rodearon como un escudo verdosa y escamoso. Mi varita apunto al primero en atacar mientras mis amigas me defendían del segundo Makhai que en un parpadeo apareció a mis espaldas. Ni siquiera intente contenerme, el Avada Kedabra salió de mis labios como el hechizo mas común. La luz verde salió despedida como un rayo hacia el Makhai y en esos intentes que tardo en impactar me cuestione ¿Qué le sucede a un monstruo al morir en su lugar de renacimiento?¿Desaparecerá para siempre o renacerá inmediatamente? Espero que tenga que tomarse un tiempo para regenerarse.

La sorpresa y confusión jugaron a mi favor. El hechizo le dio de lleno y el makhai desapareció en una nube de polvo y arena. Fue una sorpresa, creí que su muerte seria diferente a la del mundo mortal.

Sus hermanos, uno a mis espaldas y otro frente a mi rugieron furiosos. Un grito de guerra salió de la boca abierta de Alala frente a mi que estremeció todos mis huesos. Y luego un severo dolor agudo que me hizo llorar lagrimas de sangre. Grite de agonía mientras una de mis fieles amigas caía inerte al suelo de vidrio, cortada por la mitad, con sus escamas cubiertas de sangre roja.

Y entonces me convertí en el monstruo que me maldijeron.

Tenebrosa #PGP2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora