❛ Prefacio ❜

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Día que estás empezando a leer esta historia

Suelto el último y más largo suspiro de la noche debido al cansancio

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Suelto el último y más largo suspiro de la noche debido al cansancio. Doblo el trapo de limpiar de la cocina, dejándolo a un lado del lavadero. Me permito adorar el buen trabajo que hice para asear el desastre que ocasioné al preparar la cena y sólo consigo observar los dos platos que se encuentran arriba de la encimera, con las velas —ya apagadas—, mientras que la rosa dentro del florero comienza a decaer.

Una mueca se forma en mi rostro y giro la cabeza para fijar la mirada en la hora que marca el reloj de la cocina. 1:13 de la mañana. La sensación de ansiedad y preocupación incrementa a cada segundo que pasa. No escuchar la puerta del departamento me tiene nerviosa, así que sirvo un poco de té en una taza y camino hacia el sillón de la sala para sentarme en éste. A esperar. Otra vez. Una noche más.

Sujeto el libro que tengo a medio terminar y comienzo a leer después de darle un último vistazo a la entrada. Me pierdo por no sé cuánto tiempo en el mundo de la ficción imaginando todas los escenarios que me otorga este libro de fantasía. Mi cuerpo se termina por sobresaltar un poco cuando la puerta del lugar se abre bruscamente y tras de ésta, un cuerpo golpea el suelo con fuerza.

Un grito asustado sale de mí y dejo el libro a un lado para ponerme de pie e ir corriendo hacia el hombre que acaba de llegar. Al fin. El profundo gruñido de mi novio se escucha por toda la sala y muerdo mi labio inferior al no estar segura de la actitud con la que ha venido.

Que esté de buenas, por favor.

Arrugo un poco la nariz por culpa del olor nauseabundo del alcohol y debo aguantarme las arcadas cuando esto tampoco parece agradar al bebé que llevo en mi vientre.

—Chad. Mi amor... —murmuro dulcemente mientras acaricio su mejilla. Los ojos azules de mi novio parpadean lentamente antes de enfocar su atención sobre mí— Vamos, levántate.

—Alicia... —pronuncia mi nombre con coquetería y mi cuerpo se tensa cuando da media vuelta para observarme mejor. Estira su brazo en mi dirección y siseo de dolor cuando su mano aprieta la zona donde un moretón se ha formado— Ese círculo morado jode demasiado tu belleza.

Suspiro.

—Lo hubieses pensado mejor antes de-

—Tal vez si no me hubieses provocado.

Me obligo a morderme la lengua para no dar una respuesta que pueda hacerme ganar un nuevo amigo moretón para el pómulo hinchado de mi rostro. Tiene razón.

No tenía por qué haber salido a la sala cuando él estaba con sus amigos. No debí haber aparecido con el babydoll que me había regalado. Realmente parecía que estuviese provocando a otro hombre. Joder.

—Tienes que pararte para poder llevarte a la cama.

—Levántame, entonces.

—Sabes que pesas mucho, Chad.

No estabas en mis planes © [1.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora