11. La vida es perra, pero no fácil.

2.6K 323 161
                                    


¿Me extrañaron? Yo sé que sí. Antes de empezar a leer, dale estrellita❤️‍🩹 Gracias.

Ahora, marquen su asistencia:

—¿Podrías dejar de ver ese teléfono cada dos minutos? Me estás poniendo nervioso y cuando estoy nervioso no logro ganar Mario Kart

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Podrías dejar de ver ese teléfono cada dos minutos? Me estás poniendo nervioso y cuando estoy nervioso no logro ganar Mario Kart. Yoshi lleva burlándose de mí desde hace veinte minutos —aclara Tyler a mi lado señalando la pantalla del televisor donde su muñeco de carrera se encuentra en segundo puesto mientras que el dragón verde se burla en su cara sobre su victoria.

La cabellera roja se sacude junto a mí y noto como su mano es capaz de quitarme el único medio que tengo para comunicarme con Alicia donde me asegura que está bien.

—Devuélveme eso.

—¿Serás una persona normal y dejarás de ver el teléfono como si fueses capaz de doblarlo con la mente?

—No.

—Entonces no.

—Tyler.

—Alicia dijo que te llamaría, ¿no? La has dejado en el departamento donde vive hace treinta minutos. Dale chance a la pelirrosa.

—Ah, sí. Omitamos la parte donde sabemos que vive con su novio, quién usualmente la golpea cada vez que se enoja —recalco el hecho más importante por el que me preocupa no saber noticias de Alicia y gano una mirada nerviosa de Tyler, por lo que esta vez me extiende mi celular.

—Creo que olvidé esa parte.

Sujeto el teléfono con molestia tirándolo en el sofá mientras me pongo de pie. Sujeto mi cabeza con las dos manos y esta vez la preocupación incrementa por lo que mis nervios también. Comienzo a caminar de lado a lado al frente de Tyler interponiéndome entre su rostro y la pantalla del televisor.

—¿Puedes ponerte nervioso en la esquina de allá?

—Es raro que no me haya llamado. Hablamos hace veinte minutos, colgó justo en el instante que noto que su novio llegaba, creo —mi cabeza empieza a imaginar lo peor— ¿Y si ese idiota le hizo algo?

—Oh, no. No, no, no —Tyler se apresura en quitarme las llaves de mi auto apenas me ve sostenerlas— No vas a ir a armar un escándalo en su casa. Su novio es un hijo de perra, sí. ¿Pero qué esperas que ella haga?

—Dejarlo.

—Claro, por supuesto. ¿Cómo no se le habrá imaginado? Tal vez tanto golpe le dificultó el razocinio —es sarcástico y estoy a dos segundos de golpearlo— Ella sabe que tiene que dejarlo, te lo dijo. Pero no es fácil.

No estabas en mis planes © [1.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora