4. I'm fucking crazy but I'm free

3.6K 454 662
                                    




Presente dijo la AnaKaren:

Mi mirada se queda fija en la pantalla de mi celular releyendo una y otra vez el último mensaje que fue enviado al número de aquel muchacho de cabello azabache, el cual fue capaz de otorgarme por lo menos quince minutos de paz tirados sobre el asf...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mi mirada se queda fija en la pantalla de mi celular releyendo una y otra vez el último mensaje que fue enviado al número de aquel muchacho de cabello azabache, el cual fue capaz de otorgarme por lo menos quince minutos de paz tirados sobre el asfalto mientras la lluvia no hacía más que empaparnos y hacerme olvidar ciertos escenarios de mi cabeza.

«A partir de hoy sólo te concederé pequeños momentos felices».

Me sentía un poco estúpida que una simple oración pudiera ayudarme a tener un mejor amanecer y cambiarme el humor de tal manera que el mal trato que me había dado Chad hace unos minutos no importaba.

Muerdo mi labio inferior para no ser tan obvia con la sonrisa en mi rostro y bloqueo mi celular al momento que observo a mi novio volver a entrar en la habitación vistiendo un traje elegante.

Ahora mis ojos quedan clavados en él y sin decir una palabra me mantengo con el pensamiento sobre si habré tomado la decisión correcta sobre mudarme con Chad cuando se supo de mi embarazo. Bueno, no es que haya tenido muchas opciones la verdad.

—¡Te largas o abortas, Alicia! —grita, asustándome.

Por lo menos el hombre frente a mí me dio la opción de no hacerlo, de ocuparse de mis necesidades hasta que nuestro hijo naciera. No sé si soy terca o una simple estúpida, pero para mí es importante que Chad acepte al pequeño apenas nazca. Necesito tener una familia con él, tal y como me lo prometió estando en la escuela.

—Alicia, reacciona.

Los chasquidos frente a mí me logran sacar de esos vagos recuerdos y giro rápido mi cabeza para divisar el ceño fruncido de mi novio en mi dirección. El gesto de confusión en su rostro me indica que ha estado llamándome desde hace un rato sin éxito alguno.

Me siento sobre la cama para mantener la atención en el padre de mi bebé y le dejo un beso en la boca inconscientemente. Es una acción de simple costumbre y reacciono a la monótona que se ha vuelto mi vida. Chad mantiene la cara seria y se aleja un poco de mí antes de sujetar dos corbatas frente a mi rostro.

—¿Cuál? ¿Negra o azul? —pregunta.

Restriego mis ojos por culpa del sueño y me fijo en el traje de mi novio. Su pantalón negro con el mismo color de la camisa le favorece claramente a su piel pálida. El cabello rubio perfectamente peinado le da esa seguridad de ser proveniente de una familia con dinero. El tono azul de sus ojos me observa y muerdo mi labio pensando para no equivocarme.

—Creo que la corbata negra va perfecta. Le das un tono más uniforme a tu postura.

—¿Si es azul se vería mal?

—No combinaría mucho. Hazme caso.

—Sólo porque eres una cerebrito con los colores.

Ruedo los ojos sin que lo note y suelto un suspiro ante su tono condescendiente que tiene conmigo cada vez que se requiere seguir un consejo mío.

No estabas en mis planes © [1.2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora